Alcaldables de EH Bildu, por un cambio compartido
Jone Goirizelaia, Miren Larrion y Reyes Carrere aspiran a liderar el cambio en el modo de gobernar los ayuntamientos de Bilbo, Gasteiz y Donostia respectivamente, al que invitan a aquellos que aboguen por políticas progresistas. Las aspirantes a alcaldesas consideran que los tres consistorios deben dejar atrás los «viejos valores» para atender las necesidades reales de la ciudadanía.
Las tres juntas expusieron ayer, en un desayuno informativo organizado por Fórum Europa-Tribuna Euskadi, sus propuestas con mayor o menor detalle, pero con un hilo conductor: proponen virar radicalmente las actuales políticas municipales y buscan el voto progresista para materializarlo.
Como anfitriona, Goirizelaia abrió la conferencia proponiendo «abordar, de manera compartida, un segundo cambio tranquilo» tras la profunda transformación urbanística. EH Bildu persigue que Bilbo sea una «metrópoli vasca abierta al mundo», donde disminuyan las desigualdades entre el centro y los barrios, así como entre quienes los habitan.
Goirizelaia defendió que el Botxo se tiene que abrir al mundo desde sus propias raíces. «Sin una identidad y localización definida y bien enraizada, puede quedar perdida en un espacio de nadie, sin personalidad propia, y perder todo su valor específico enriquecedor», advirtió.
Miren Larrion aseguró que la noche del 26 de mayo en Gasteiz no solo se van a contar votos, «vamos a medir la fuerza transformadora» de un bloque progresista que cuestiona desde hace años «ese mundo antiguo, conservador». Destacó que el reto es «llevar esa mayoría progresista y abierta, que palpita en las calles, a liderar nuestras instituciones. Con gobiernos amplios. Con liderazgos fuertes, liderazgos compartidos».
«A Urtaran le dimos nuestro apoyo [EH Bildu fue la segunda fuerza y PNV, la tercera en 2015] para responder al ansia de cambio de nuestra ciudadanía, y le hemos dado una oportunidad –recordó Larrion–. Desgraciadamente, no ha aprovechado la ocasión para iniciar ese cambio tan necesario, y este es el momento en que no podemos esperar más». De ahí que defendiese que solo un gobierno liderado por EH Bildu garantiza un cambio de «rumbo real» y que «active todo su potencial».
La meta es gobernar
La gasteiztarra manifestó que su meta es gobernar, por lo que si obtiene «un voto más que el siguiente» se presentará a la investidura. «Eso no quita que si PNV y PSE quieren sumarse a políticas progresistas y de cambio, estemos abiertos a todo tipo de acuerdos», apostilló.
Respecto a la reedición de pactos PNV-PSE, aseguró que «son un error ya que no tienen la misma relevancia las políticas en unos sitios que en otros».
En el caso de Donostia, Reyes Carrere sostuvo que las políticas desarrolladas por el tándem Goia-Gasco son «liberales, más de derechas que de izquierdas».
Propuso un Pacto de Ciudad en el que participen agentes sociales, sindicales, económicos, políticos e institucionales. «Si los viejos valores ya no valen y el sistema económico imperante es una máquina de aumentar desigualdades, eso quiere decir que la ciudad necesita nuevos acuerdos entre todos y todas las que la habitamos, sin excluir a nadie, sin dejar a nadie atrás, poniendo el bienestar y la vida digna de las personas en el centro y poder mirar al futuro con una sonrisa», planteó.
A Carrere, así lo confesó, le preocupa que el proceso de turistificación «está poniendo patas arriba el equilibrio que se había conocido hasta hace unos años entre esta actividad económica y la vida en la ciudad». La apuesta del Gobierno PNV-PSE por el «monocultivo turístico», lamentó, ha disparado el precio de vivienda y alquileres.
Con unas desigualdades que crecen, pidió que se empleen las competencias forales para limitar los precios de los alquileres, regular de forma inmediata los pisos turísticos y aplicar la Ley Vasca de Vivienda.
Al igual que Goirizelaia en Bilbo, la aspirante a ser la próxima alcaldesa de Donostia prometió protección para el pequeño comercio frente a las grandes superficies que crecen en extensión. Asimismo, propuso la creación de una comercializadora municipal de energía y acabar con los desequilibrios entre barrios. «Tal y como resolvimos en la anterior legislatura el histórico problema de las inundaciones en Txomin y Martutene, ahora queremos saldar otra de las deudas históricas que tiene Donostia, la situación de los barrios del este: Altza, Intxaurrondo y Bidebieta», apuntó.