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Crece en intensidad la bronca en el PP de Bizkaia tras el descalabro

Los pésimos resultados obtenidos por el PP en Bizkaia –con 11 ediles, 2 junteros y 7.164 votos menos– han servido a los críticos con la actual dirección para arremeter contra ella. Mientras se reclaman dimisiones, también en la Ejecutiva de la CAV, la presidenta Raquel González asegura que «ahora que el proyecto despega con equipos cerrados y leales, las cosas irán mejor».

Uno de los tuit en los que se piden responsabilidades por la crisis del PP en Bizkaia.

No han sorprendido las críticas vertidas públicamente por militantes con los que no se contó en la elaboración de las listas municipales y forales. La crisis no es nueva, ya que comenzó el día después de que González asumiera en junio de 2017 la dirección del partido en Bizkaia. «No somos el sector crítico sino el sector renovador, nuestro ánimo es totalmente constructivo», dijo en aquella campaña interna, apoyada por el actual secretario general en Bizkaia, Gonzalo Zorrilla-Lequerica, que fue apoderado en Juntas Generales en el periodo 2003-2015.

Antes incluso de la noche electoral se advirtió del batacazo que se avecinaba. Eduardo Andrés Ricoy, ex juntero y portavoz municipal en Sestao, manifestó el martes a través de las redes sociales que era «tarde para admitir que las candidaturas no se pueden hacer solo con los amigos, el PP desaparece en Sestao, Santurce, Erandio, Durango, Galdakao, el grupo de Juntas Generales....», preguntando a Alfonso Alonso y Pablo Casado si van a pedir responsabilidades a la dirección de Bizkaia.

Javier Ruiz, portavoz saliente en la Cámara vizcaina, acusa a González de no cumplir nada de lo prometido, alertando de la «descomposición interna y retroceso electoral». Entiende que su partido en Bizkaia y en la CAV «necesitan nuevos proyectos y liderazgos», por lo que insta a la dimisión de González y Alonso, la constitución de una gestora y la convocatoria de un congreso.

Ruiz asegura que desde hace dos años «se ha perdido un 30% de votos, un 42% de la representación municipal y el 50% de los representantes forales». Raquel González se presentó para renovar un partido en declive, que pasó de 67 concejales en 2007 a 26 en 2015; ahora se queda con 15 actos de concejal. La propia presidenta dijo en junio de 2017 cuando concurrió a las primarias que dirigentes como Antón Damborenea o Nerea Llanos debían asumir responsabilidades, ahora otros se las exigen a ella.

Tras el «descalabro« dimisión

Otro crítico muy activo ha sido Nacho Toca, expresidente de Nuevas Generaciones y fuera del PP de Bizkaia, que censuró que Raquel Gonzalez no dé la cara. «El único desenlace válido tras el descalabro es la dimisión. #GestoraYa», reclamó en un tuit desde Madrid donde desarrolla su carrera profesional quien fuera edil en Iurreta. El getxoztarra acusa a la presidenta de mentir y de destrozar el partido.

Toca, que llegó a pedir la jornada de reflexión que no se votara al PP, lleva tiempo arremetiendo contra otro de los apoyos de la presidenta, el coordinador general y portavoz de la Ejecutiva, Eduardo Andrade. Tras quince años como edil, este abogado ha sido el cabeza de lista en Getxo, donde ha sido elegido al igual que Gonzalo Zorrilla-Lequerica, además es uno de los dos junteros que tendrán en Gernika; la otra es Amaya Fernández, secretaria general del PP en la CAV y presidenta del partido en Barakaldo.

Toca llega a interpelar a Andrade por «los papeles amarillos» y «las donaciones en campaña», antes de solicitarle que dé la cara. En Sestao, donde no tendrán representación, otros militantes censuran que sus simpatizantes no sabían «ni quiénes eran las personas que iban en la lista»

La crisis llegó con la deriva ultra tras la primarias en que Raquel González se impuso a Nerea Llanos. Al tiempo que se afiliaban al PP de Bizkaia reconocidas ultraderechistas como la santurtziarra Yolanda Couceiro, candidata a la Alcaldía de Portugalete de 2015 bajo las siglas del Partido por la Libertad, otros históricos militantes de perfil moderado comenzaban a replegarse, como por ejemplo el portavoz en el Consistorio bilbaino Luis Eguíluz.

Desde entonces era un secreto a voces que los nuevos dirigentes iban a llevar a cabo una purga, que se materializó en la confección de las listas con exclusión de la mayoría de anteriores cargos públicos, con el plácet del secretario general del PP en la CAV, Alfonso Alonso, y el impulso de Javier Maroto.