Castaner evoca una «amenaza terrorista real» a 50 días del G7 en Biarritz
El ministro de Interior galo, Christophe Castaner, ha iniciado su visita a Euskal Herria con motivo de la próxima cumbre del G7 en Biarritz, a cuyo aeropuerto ha llegado poco antes del mediodía, con una hora de retraso. El primer mensaje ha sido para hablar de «amenaza terrorista real».
Castaner ha llegado a Lapurdi acompañado del ex prefecto Eric Morvan, actualmente director de la Dirección General de la Policía francesa. Morvan ejerció de prefecto en Pirineos Atlánticos en un periodo particularmente sensible, como es el que precedió al desarme de ETA.
El primer lugar al que ha acudido el séquito de Interior ha sido la comisaría de Biarritz, situada en pleno centro de la ciudad costera, y por lo tanto en el epicentro mismo de zona de seguridad que se establecerá con motivo de la cumbre del G7, que tendrá lugar entre el 24 y el 26 de agosto.
Ha sido recibido ahí por el alcalde de la ciudad, el centrista Michel Veunac, el prefecto de Pirineos, Eric Spitz, y el subprefecto de Baiona, Hervé Jonathan. Tras una breve visita a la instalación policial se ha dirigido a pie hacia el centro de congresos Bellevue, que acogerá las reuniones de los mandatarios del G7, deteniéndose antes de manera breve en el casino municipal, otro de los referentes de la cita internacional.
En el palacio de congresos ha hecho las primeras declaraciones, para transmitir ánimo a los servicios implicados en los preparativos de una cumbre que ha definido como «evento excepcional para Biarritz y también para Francia».
Castaner ha remarcado la dimensión de ese encuentro, al que se prevé asistan delegaciones de 24 países y en torno a 4.000 delegados, y ha anunciado una «movilización excepcional para afrontar ese reto de seguridad, ya que el riesgo terrorista existe».
En la Subprefectura
Desde allí se ha desplazado a la Subprefectura de Baiona, donde el ministro ha saludado a representantes de los distintos servicios que estarán movilizados durante la cumbre del G7. Les ha trasladado el apoyo del Gobierno y el presidente de la República, sin dejar de reconocer que «la cumbre no llega en el mejor momento, al coincidir con las vacaciones estivales».
Castaner ha compartido un almuerzo con electos en la propia Subprefectura, antes de abordar la segunda parte de su jornada, ya que esta tarde acude a Hendaia, donde visitará la dirección de policía de fronteras y mantendrá un encuentro con su homólogo español, Fernando Grande-Marlaska, dedicado a abordar la cuestión del G7 pero también otras materias como la cuestión de la migración.
Hendaia e Irun –al confirmarse finalmente que se permitirá el uso de Ficoba– serán precisamente el escenario de los encuentros y movilizaciones con los que diversas organizaciones, entre las que se cuentan partidos, sindicatos y asociaciones, mostrarán su rechazo al modelo socio-económico y de relaciones internacionales que encarna el G7.