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La crisis climática, detonante de la violencia en el mundo en el comienzo de siglo

La crisis climática y la escasez de recursos han sido uno de los detonantes de la violencia en el mundo en los primeros años de este siglo, según un estudio de la ONU que destaca además que, entre 2000 y 2017, se han registrado tantos homicidios causados por el crimen organizado como muertes en guerras durante el mismo período.

Policías en una de operación antidroga en Filipinas. (Ted ALJIBE/AFP)

Más allá del conocido efecto de la desigualdad, el crimen organizado o el machismo en las tasas de homicidio, la crisis climática y la lucha por unos recursos cada vez más escasos aparecen como detonantes que pueden elevar los niveles de violencia, advierte la ONU 

«Científicos del clima estiman que los cambios asociados con el calentamiento del planeta y otras formas de degradación medioambiental agravarán enormemente los conflictos en el futuro» indica el Estudio Mundial sobre Homicidios de 2019 publicado por la Oficina de Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD).

El texto recuerda que el informe de 2015 ‘Climate and conflict’ estima que por cada grado centígrado que suba la temperatura global, los conflictos interpersonales pueden aumentar un 2,4 %, y los choques entre grupos más de un 11%.

Como ejemplos, el informe de la ONUDD señala que en Afganistán el 70% de todos los crímenes están motivados por disputas sobre la propiedad de la tierra

En África, la bajada del nivel del lago Chad ha afectado a la pesca y a las tierras cultivables, provocando que algunas personas se unan a grupos armados en la búsqueda de otras fuentes de ingreso.

Asimismo, la falta de agua ha desempeñado un papel en la guerra en Siria y la pérdida de cosechas ha provocado aumentos de la violencia política en India.

El documento explica que el problema está complejamente entrelazado con cuestiones de desigualdad y corrupción, pero concluye que «(...) la violencia y el homicidio puede vincularse con los problemas medioambientales y la escasez de recursos», como el agua y la tierra cultivable.

En otro aspecto de la relación entre violencia y ecología, la ONUDD recuerda que 151 activistas por la defensa del medioambiente han muerto en homicidios en Asia y América Latina entre 2011 y 2016.

Tantos muertos como las guerras

Por otro lado, el informe de la ONUDD señala que, con cerca de un millón de personas muertas desde el inicio del siglo, el crimen organizado es responsable de un número similar de víctimas mortales a las de todos los conflictos armados que se produjeron en el planeta desde entonces, advirtió este lunes la ONU.

«Se estima que un promedio en torno a 65.000 asesinatos por año estuvieron relacionados con el crimen organizado, incluidas las pandillas», indica.

«Una gran parte de los homicidios relacionados con el crimen organizado o las pandillas están concentrados en América Latina y el Caribe, que es también la región con las tasas más altas de homicidios registradas en el mundo», resalta el documento.

Aunque la ONU afirma que aunque el crimen organizado produce el 19 % de todas las víctimas, su actividad no siempre genera altas tasas de homicidios

Crimen organizado sin muertes.

Las actividades delictivas organizadas a gran escala, incluido el tráfico internacional de drogas, pueden llevarse a cabo sin mucha violencia, siempre y cuando estén bien «organizadas», afirma.

Durante la década de 1990 en el sudeste de Europa la combinación de las guerras yugoslavas y la transición al capitalismo en los países del este permitieron al crimen organizado operar con relativa impunidad. A pesar de ello, las tasas de homicidios en la mayor parte de esa región han sido bajas y en disminución.

De forma similar, Países Bajos, con una tasa de homicidios relativamente muy baja, tiene un alto nivel de tráfico de drogas.

En gran parte del continente americano, y en especial en América Central, las pandillas y el crimen organizado se asocian al alto número de homicidios, que está también vinculado a la pobreza y la desigualdad social. Igualmente, subraya «la amplia disponibilidad de armas de fuego» como explicación a un mayor nivel de homicidios en América

En este aspecto, el primer lugar lo ocupa Puerto Rico, donde el 92 % de las muertes violentas se cometieron con armas de fuego, seguido de El Salvador, Trinidad y Tobago, Jamaica, Honduras, Colombia, Brasil, Uruguay y Panamá.