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Casado insta a Sánchez a lograr «acuerdos de Estado» pero reitera su voto en contra en la investidura

Pablo Casado ha confirmado a Pedro Sánchez que no se abstendrá en la investidura. Sin embargo, le ha instado a alcanzar «acuerdos de estado» y ha puesto sobre la mesa la posibilidad de modificar las normas para la investidura del presidente del Gobierno español tras unas elecciones, poniendo como ejemplo el modelo griego, donde el ganador tiene un bonus de 50 escaños.

El presidente del PP, Pablo Casado. (Gabriel BOUYS/AFP)

El presidente del PP, Pablo Casado, ha insistido en que no se abstendrá para la investidura del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, por «coherencia y responsabilidad» como líder de la oposición y ha advertido de que, después de dos meses «no se puede seguir perdiendo el tiempo».

En rueda de prensa en el Congreso, tras la reunión de algo más de una hora con Sánchez, ha dicho que el candidato del PSOE es el «responsable» de desbloquear la situación, para lo que ha apuntado que igual es el momento de dejar de hablar de abstención y empezar a hacerlo de «coaliciones de gobierno o gobiernos estables».

Casado ha dicho que por su parte «más no pueden hacer» y ahora «la pelota está en el tejado de Sánchez» y tendrá que explicar él por qué no se pone de acuerdo con quien ya ha pactado a nivel autonómico, en referencia a Podemos.

Tras la reunión que han mantenido ambos en el Congreso, el dirigente del PP ha reiterado su oferta para llegar a acuerdos de Estado con el Gobierno de Sánchez y, en ese sentido, ha apuntado la posibilidad de modificar las normas para la investidura del presidente del Gobierno tras unas elecciones. Como no es partidario de cambiar la Constitución, Casado ha sugerido a Sánchez «soluciones más pragmáticas» como la de explorar otra posibilidad, la de implantar en España el modelo griego que otorga una prima de 50 escaños al ganador de los comicios.

En este sentido, Casado ha recordado que la propia Constitución prevé la posibilidad de ampliar el Congreso de 350 a 400, un margen que podría aprovecharse para primar al ganador de las elecciones generales sin tocar la Carta Magna.