Salhaketa edita una guía para ayudar a los presos de la macrocárcel de Iruñea

La asociación en defensa de los derechos de las personas presas Salhaketa ha elaborado un breve manual, muy básico, para que sirva de guía tanto a los encarcelados como a sus familias. El documento, si bien recoge derechos básicos, está especialmente pensado para la cárcel de Iruñea. 

El documento, un PDF de seis páginas, tiene «el doble objetivo de que las personas que pasan por un proceso de encarcelamiento como sus familiares conozcan ciertos aspectos básicos que hagan algo más sencilla esta dura situación». No se trata, según exponen, de difundir las leyes de penitenciarias españolas, sino que los afectados por la privación de su libertad «dispongan de la máxima información posible». 

Así, en una primera parte, advierten de que se producirá una segregación por sexos que no va a respetar la diversidad sexual, así como otra nueva división en función de la edad y exponen los criterios que se emplearán. También se enumeran los pocos derechos que se le reconocen, como la llamada gratuita tras el ingreso, par que estas personas los puedan exigir. 

En el apartado de entrada de paquetes, la guía incluye cuál es el funcionamiento concreto de la cárcel de Iruñea y los principios básicos de materiales cuya entrada está prohibida. Y el mismo detalle se encuentra en el tema de las visitas, donde aparecen descritos los horarios que funcionan en dicho centro para los contactos con los seres queridos, así como otras particularidades de la macrocárcel ubicada en las afueras de la capital navara, como cuánto tiempo de antelación hay que llegar, teléfonos de contacto, etc. 

Dos de los detalles más prácticos que aparecen en la guía es la fórmula y el contacto para ingresar la cuenta de peculio y la dirección postal del centro penitenciario. Asimismo, también se da a conocer el servicio de transporte público que existe a la cárcel de Iruñea, que fue implementado por la Mancomunidad esta legislatura.  

El documento no está exento de crítica y se cierra con la siguiente afirmación: «Todos estos datos pueden ser modificados según el criterio totalmente arbitrario de la cárcel. Porque ya sabes... donde acaba la lógica, empiezan instituciones penitenciarias».