El proyectista del Centro de Residuos de Gongora califica de «escándalo» abandonarlo
El ingeniero de Caminos y proyectista del Centro de Tratamiento de Residuos de Gongora, Francisco Galán, ha afirmado en el Parlamento navarro que abandonar Gongora para construir un nuevo centro de residuos para Iruñerria «es un escándalo» y «una frivolidad» ambiental y económica, ya que tendrá un sobrecoste de 65 millones de euros.
Galán ha comparecido a petición del grupo de Navarra Suma, que considera que lo que se plantea es derribar las instalaciones de Góngora para construir «unas similares a muy pocos kilómetros», «un despropósito ambiental y un despilfarro económico», algo «inasumible e insostenible» y que «choca con el interés general», ha dicho el parlamentario Juan Luis Sánchez de Muniain.
El centro de Gongora, ha recordado su proyectista, se sustenta en un convenio de 2008 entre la Mancomunidad de Iruñerria y el Ayuntamiento de Aranguren basado en un informe que preveía que el veredero estaría lleno para 2020-2022.
Sin embargo, otro informe de la Mancomunidad de 2016 prolongó la capacidad hasta 2044 al disminuir la cantidad de residuos en vertedero por el aumento del reciclaje y los últimos datos del propio Galán teniendo en cuenta las previsiones del plan de residuos consideran que se podría llegar hasta 2091.
Con este escenario, el ingeniero ha apostado por renovar el convenio con Aranguren para mantener operativas las instalaciones de Góngora y su vertedero ya que, según sus cálculos, solo requeriría acondicionar 12.000 metros cuadrados para el tratamiento biológico de materia orgánica que ahora no existe y que costaría 15 millones de euros.
La Mancomunidad, sin embargo, plantea mantener el convenio con Aranguren para del vertedero hasta 2022 y construir un centro integral para el tratamiento en otro emplazamiento, en la Ciudad del Transporte, pero las instalaciones que propone «ya existen», ha dicho, y añadido que su coste, incluyendo un nuevo vertedero que se necesitará en unos años si no se renueva el convenio con Aranguren, sería de unos 80 millones de euros, en total 65 más que si se adecúan las instalaciones de Góngora.
A este coste económico, Galán ha sumado que «no sería admisible ni económica ni ambientalmente» que por no seguir en Gongora y no disponer de vertedero haya que llevar los rechazos a Gipuzkoa o Tutera, así como la «improcedencia» de ir a la Ciudad del Transporte cuando eso exige modificar el PSIS de este lugar, en el que existen una clínica, un hotel y «multitud» de oficinas, y podría afectar a futuras infraestructuras ferroviarias.
Arantxa Biurrun, del PSN, ha indicado que se necesita dar una solución al tratamiento de residuos en línea con las exigencias de Europa ya que «vamos tarde y muy mal», y la cuestión es «dónde», punto en el que ha apuntado para breves fechas la aprobación de la modificación del PSIS por parte del Gobierno con el punto de vista favorable de Fomento.
Por Geroa Bai, Pablo Azcona ha considerado que resulta «chocante» que Iruñerria no tenga una planta de tratamiento de residuos como existen en Europa, de ahí «la obviedad y la emergencia» de dar una solución que «solo en los últimos meses» ha puesto en cuestión NA+, por lo que ha pedido respeto a las decisiones políticas que se han tomando durante doce años de forma casi unánime.
Adolfo Araiz, de EH Bildu, ha recordado que el Tribunal Administrativo de Nafarroa ya ha sentenciado que la decisión del nuevo emplazamiento «no puede ser calificada de arbitraria» y que frente a los «criterios técnicos» no puede prevalecer una opinión «subjetiva», a lo que ha añadido que Galán nunca ha sido partidario del reciclaje de los residuos y que NA+ cambió de opinión para «ganar las elecciones» en Noain.
Por I-E, Marisa de Simón ha indicado que «objetivamente» la vida útil de Gongora ha aumentado y es necesario abordar el tratamiento de la materia orgánica, por lo que ha señalado que en la decisión que se tome «debe primar el interés general», criterios medioambientales y económicos «sostenibles, de eficacia y eficiencia».