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Bolsonaro cumple un año en el poder y piensa ya en cómo ser reelegido en 2022

El presidente de Brasil, el ultraderechista Jair Bolsonaro, inicia este 1 de enero el segundo año de su mandato con el desafío de construir un nuevo partido político que le garantice la gobernabilidad y le sirva de trampolín para su reelección en 2022.

Jair Bolsonaro, durante un acto en el cuartel general de la Marina, en Brasilia. (Evaristo SA / AFP)

El ultraderechista Jair Bolsonaro ha pasado por una decena de formaciones de centro y derecha en sus treinta años de trayectoria política, pero ahora, cuando arranca el segundo año de su mandato como presidente y con unos índices de aprobación bajo mínimos, se propone fundar su propio partido, sobre el que ha dicho que será el primero «realmente conservador» de Brasil.

El último capítulo de su poca fidelidad política tuvo lugar en 2019, ya en el Gobierno, cuando abandonó el Partido Social Liberal (PSL), al que se había afiliado a principios de 2018 y que le sirvió de plataforma para ganar las elecciones. Junto a él,lo dejaron sus tres hijos volcados en la política: el senador Flavio, investigado por corrupción, el diputado Eduardo y el concejal de Río de Janeiro Carlos.

La ruptura se dio en medio de sospechas de «caja B» en la campaña del PSL, que llevaron a la destitución del ministro de la Secretaría General de Gobierno, Gustavo Bebianno, y que afectan al titular de Turismo, Marcelo Álvaro Antonio, quien permanece en el cargo.

Alianza por Brasil

La Alianza por Brasil sólo será formalizada como partido político una vez que presente ante la Justicia electoral, y ésta las verifique, un total de 492.000 firmas de adherentes, de las cuales la formación ha informado que ya ha conseguido poco más de una quinta parte.

El partido, que Bolsonaro pretende que le garantice la gobernabilidad y le sirva de trampolín para su reelección en 2011, tendrá como principios «el respeto a Dios y a la religión», la «defensa de la vida» y de las «garantías de orden y seguridad», así como el «patriotismo, el conservadurismo» y la defensa de «los valores judeocristianos», según ha adelantado el propio presidente.

La formación señala, además, al «emprendedurismo como propulsor de la economía», lo cual ratifica el carácter liberal que prima en la línea económica del actual Gobierno.

Las iglesias evangelistas, que según datos oficiales crecieron un 61% en Brasil entre 2001 y 2010 hasta sumar cerca de 50 millones de fieles (22% de la población), son el pilar religioso del proyecto de Bolsonaro, quien se dice católico pero fue bautizado en los ritos de esa creencia en 2016 y con quien comparten su agenda de «valores y costumbres».

Más armas

Junto a los valores religiosos más fundamentalistas y la dictadura militar, Bolsonaro en un acérrimo defensor también de la tenencia de armas. Así, esta misma semana ha celebrado el aumento de casi un 50% en el registro de armas de fuego desde su llegada al poder, a pesar de que su proyecto de ley sobre esta materia quedó muy diluido en el Parlamento.

«Según los ‘expertos’, el número de homicidios debería haber aumentado en Brasil, pero en la práctica se ha reducido en un 22%», escribió el Twitter el presidente ultraderechista.

El diario ‘Folha de Sao Paulo’ reveló la semana pasada que entre enero y noviembre de 2019 la Policía Federal registró 70.800 nuevas armas, un incremento de al menos un 48% respecto a las 47.600 registradas en todo el año anterior.

Con respecto al número de homicidios, el Gobierno no proporciona estadísticas a nivel nacional, pero el sitio de noticias G1 informó en octubre que la cifra había caído un 22% en los primeros ocho meses del año, en comparación con el mismo período de 2018, según los datos publicados por cada estado del país.