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Lecciones de liderazgo con los «top» mundial del banquillo, más allá del fútbol

Valverde, Tite, Capello, «Bob» Martínez, Scaloni... Entrenan a Brasil, Argentina o Bélgica, han sido inquilinos del banquillo del Camp Nou o el Bernabéu, pero más allá del fútbol saben mucho de liderazgo y del complejo ser humano. Y lo han contado hoy en el Internacional Football Summit de Bilbo.

Ernesto Valverde responde al periodista Axel Torres en un momento del Internacional Football Summit. (Luis JAUREGIALTZO / FOKU)

En la zona vip de San Mamés, con el verde aún humeante a un lado, la cuarta edición del Internacional Football Summit ha reunido este jueves a un plantel de entrenadores impresionante, con Valverde como protagonista por rabiosa actualidad y un montón de lecciones que van más allá del fútbol de elite, incluso del deporte. Esta es una breve selección:

Siempre el colectivo. Tite entrena a Brasil, palabras mayores, desde 2016. Fue el único que sobrevivió a un mal resultado en el Mundial (2018) y acabó ganando la Copa América de 2019. Entre medio se había lesionado Neymar: «Ahí vimos una oportunidad de reiventarnos como equipo. Ni el éxito ni el fracaso se pueden personificar, la sociedad es algo colectivo».

La importancia de pasar página. Se le ha insistido a Valverde en cómo se siente tras echarle del Barça. No ha habido respuesta clara –el Txingurri siempre ha huido de titulares, y hoy más– pero sí ha dejado una moraleja: «Siempre hay que tratar de pasar página. No podemos quedarnos pensando en qué me pasó aquí, en qué me dijo aquel... Lo que interesa es mirar hacia adelante».

El duelo del entrenador. Valverde sí ha reconocido que no ha vuelto a ver al Barça tras su cese, salvo en el partido copero de cuartos en San Mamés, «A todos nos cuesta ver a los equipos en los que hemos estado, hay que tomar distancia. Aunque lo que vi fue muy parecido al partido de Liga» (que el Barcelona también perdió 1-0, con él en el banquillo, e igualmente en la recta final del encuentro).

Gestionar egos. Capello ha entrenado a Beckham en el Madrid, Rooney en Inglaterra o Gullit en el Milán. ¿En qué se parecen? «En que te miran para ver cuánto sabes. Te están midiendo continuamente. Entrenador es un empleo difícil; somos 1 contra 35 [incluyendo staff técnico, médicos...] Un jugador del Bolonia le preguntó una vez al entrenador por qué le dejaba en la grada a veces y el entrenador le contestó ‘porque quiero ganar’. Es así de real».

La dificultad de decidir. Lionel Scaloni ha llegado al banquillo de Argentina (el más incómodo del planeta según Guardiola) desde el equipo técnico de su predecesor, Jorge Sampaoli, «y ahora es cuando me doy cuenta de que decidir no es tan fácil como antes creía. Y luego hay que ser franco; yo como jugador no quería nunca que el entrenador me diera explicaciones, pero si me las da, quiero que sean verdaderas».

La presión de un país. Roberto «Bob» Martínez ha intervenido desde Bélgica, selección a la que este catalán llevó al tercer puesto del pasado Mundial. Y ha confirmado que la camiseta de un país pesa más que la de un club: «Y esta pesa además porque son la ‘generación de oro’ belga. Pero en Rusia 2018 aprendimos a sobrellevar esa presión de país y hoy los jugadores se encuentran a gusto».

Aburrirse es necesario. «Un defensa tiene que defender», ha reivindicado Scaloni, recordando que él como futbolista también se aburrió soberanamente entrenando 25 días seguidos los mismos conceptos de «catenaccio» al llegar a la Lazio: «Esa cultura se ha perdido porque hoy en el fútbol moderno el defensa tiene que salir jugando el balón y hasta quiere hacer goles. Cultura defensiva es que te enfades cuando vas ganando 4-0 y te meten un gol».

La impaciencia moderna. Varios se han quejado de ello, como Bob Martínez, cuando se le ha preguntado por qué Hazard aún no arranca en el Real Madrid: «Es que hoy no hay paciencia. Si quieres conseguir algo, no tienes ni que salir de casa, te basta con el móvil. Y en el fútbol está ocurriendo igual».

Fuerza mental. «Al fútbol se juega con la cabeza», les dijo Tite a sus chicos antes de la final de la Copa América que Brasil ganó a Perú. Ha usado una frase de Mandela para abundar en ello: «Coraje es la capacidad de enfrentar el miedo, en todas las decisiones que tomé estaba presente el miedo». Cuando a Valverde le han preguntado cómo se pudo caer su Barça con tanto estrépito en Roma o Liverpool, no ha hallado respuesta clara. La fuerza mental, como el liderazgo, no se compra.

Cuidado con los datos. El abuso de la estadística «me mata», ha admitido Capello. Scaloni tiene una buena anécdota al respecto: «Jugué en el Atalanta al final de mi carrera y todas las semanas me decían que daba los mejores datos en los entrenamientos. Era un animal, sí... pero jugué cinco partidos en dos años y medio. El que me quitaba la titularidad salía en los datos en el puesto quince o por ahí. Simplemente ocurría que el entrenador quería ganar, y sabía que él era mejor».

Agentes y redes sociales. Un agente de jugadores ha querido saber qué piensa Capello sobre su ocupación, y el italiano ha vuelto a hacer gala de sinceridad: «Los agentes y las redes sociales son dos cosas modernas y preocupantes. Pueden ayudar al jugador, pero también hacerle mucho daño. Las redes sociales, más aún».

La silla eléctrica de la rueda de prensa. Los entrenadores están sometidos hoy a un escrutinio público sin precedentes. Valverde ha admitido que es un problema evitar titulares, «sobre todo porque tu capacidad de atención se acaba a los diez minutos de rueda de prensa, y luego solo quieres quitarte las preguntas de encima e irte a entrenar. Es igual en Barcelona que en Bilbao, Valencia... En Grecia no, no había ruedas de prensa, ¡era genial!».

Bajar a tierra. Un líder también debe saber bajar a tierra. Ha narrado Capello cómo en 2006 su Madrid hizo una primera parte lamentable en el partido final ante el Mallorca, que debía ganar para conquistar la Liga. Se le ocurrió por una vez no hablar de pie en el vestuario en el descanso, como era costumbre, sino sentado junto a Roberto Carlos, situándose al mismo nivel postural que sus alicaídos jugadores. Funcionó: 3-1.

Cambia, todo cambia. Entre el público estaba Irureta, a cuyas órdenes ganó el Deportivo una Liga con Scaloni en sus filas. Ello ha dado pie al argentino para destacar que el fútbol, y todo en general, «ha cambiado absolutamente en estos años. Con Jabo salíamos a jugar, pero ahora mandas un analista a que te diga qué jugador del equipo contrario va a salir con tacos altos. Hay que simplificar esto más», ha pedido. Desde el público, Capello ha bromeado con el asunto: «¡Pero ahora damos trabajo a mucha gente!».

Valverde y el Athletic. Dos apuntes de fútbol vasco para acabar. Valverde no ha querido ocultar que donde más ha disfrutado en su carrera ha sido en el Athletic, al preguntársele si no acarrea un plus de presión entrenar al equipo del que tú y tu familia sois seguidores. Sin embargo, ha dado por pasada esa página: «Yo he cumplido 56 años, soy de los 60; el Athletic tiene ahora un entrenador nacido en los 70, Gaizka; y veo ya otros nacidos en los 80, como Andoni Iraola o Joseba Etxeberria».

Robert Moreno e Isak. Desde Mónaco ha intervenido Robert Moreno, que ha sido entrenador español en la clasificación para la Eurocopa, donde se enfrentó a Suecia: «Aquel día ya me alegré de que no jugara Isak. Y se lo dije a Aperribay, ‘vaya jugador que habéis fichado’».