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Confirman la muerte de un preso en el hospital de Santiago, en Gasteiz, tras un grave incidente

Salhaketa-Araba ha informado de la muerte de un preso en el hospital gasteiztarra de Santiago, al parecer de un infarto, después de mantener «un altercado con el personal sanitario» y de que la Ertzaintza interviniese «con contundencia», información que han confirmado posteriormente fuentes penitenciarias.

Al parecer, el preso habría fallecido de un infarto en el hospital de Santiago. (Juanan RUIZ/FOKU)

Con el objetivo de «recabar información» sobre el suceso, Salhaketa ha informado de que un preso ha fallecido en el hospital de Santiago, a donde habría sido trasladado para ser operado, dado que dicha persona estaba «en espera de ser excarcelada por enfermedad grave e incurable», de la que se derivaban «diversas patologías físicas y mentales».

Al parecer, y dejando claro que se trata de una información «que no hemos podido contrastar», el citado organismo ha revelado que podría haber sufrido un infarto en el momento «o con posterioridad» a una «contundente» intervención de la Ertzaintza, después de que dicho paciente mantuviese «un altercado con el personal sanitario».

El fallecido tenía programada una intervención al día siguiente y también estaba «en espera de ser acogido en algún centro especializado, al no tener familia».

Salhaketa ha hecho público este suceso con el objetivo de «contratar esta información y conocer la identidad del preso», además de realizar un informe «para recabar información», dado que «no se nos facilita de un modo oficial, ni desde instancias sanitarias, ni penitenciarias, a las que nos hemos dirigido para tratar de esclarecer este grave suceso», denuncia.

Más tarde, fuentes penitenciaerias han señalado a Efe que el hombre amenazó a una enfermera a la que puso unas pinzas quirúrgicas en el cuello y, ante este ataque, los agentes de la Ertzaintza que lo custodiaban intervinieron para evitar la agresión y rescatar a la enfermera.

Las mismas fuentes han confirmado que el recluso sufrió una parada cardiorrespiratoria y días después falleció.

Asimismo, han confirmado que era de nacionalidad rusa y que, dado su grave estado de salud, se le concedió la libertad condicional y se le buscó un recurso donde alojarle, dado que no tenía a dónde ir ni familia que se hiciese cargo de él.

Sin embargo, al producirse la pandemia de coronavirus, la asociación de Ciudad Real a la que iba a ser trasladado dijo que en las actuales circunstancias de confinamiento no podía admitir a nadie, por lo que tuvo que quedarse en la cárcel alavesa.