La escritora de novela negra Noelia Lorenzo presenta su última obra, ‘La estrella de quince puntas’
Después de cosechar grandes éxitos con su último trabajo, ‘Corazones negros’, la autora nacida en Irun vuelve de la mano de Erein con su nueva novela, ‘La estrella de quince puntas’. Los agentes Eider Chassereau y Jon Ander Macua tendrán que investigar un horrible crimen: en Plaiaundi ha aparecido el cuerpo decapitado de una mujer.
La escritora Noelia Lorenzo Pino (Irun, 1978) es una autora de mapa y no de brújula porque «son tan complejas las tramas, que con brújula no podría dejar los cabos atados. De otra forma no habría manera de dejarlo todo tan redondo». Así lo ha explicado esta mañana de miércoles en la presentación de su útlimo trabajo, ‘La estrella de quince puntas’.
Vuelve a la escritura sin apenas descansar de los éxitos logrados con su anterior trabajo, ‘Corazones negros’ (2018), publicada también con Erein. Aquella la escribió del tirón; esta última, sin embargo, le ha llevado más de un año y medio: había que coser y rematar todos los flecos, porque la trama que plantea es compleja, llena de tensión y giros inesperados. Solo al final el lector logrará encajar todas las piezas.
La aparición del cadáver de una mujer, decapitada y con las yemas de los dedos abrasadas con ácido sulfúrico, es la espita que enciende la mecha de la trama. Los agentes de la Ertzaintza Eider Chassereau y Jon Ander Macua, ya protagonistas en sus anteriores trabajos, vuelven a ser los encargados de la investigación.
También esta vez la autora nos propone los paisajes y entornos cercanos para ubicar la narración. El Paque Ecológico de Plaiaundi en Irun y Punta Galea, donde viven los Careaga, una familia adinerada, cuyos miembros, todos, esconden secretos. Este será el telón de fondo. «Los investigadores policiales son ertzainas, y trabajan en la zona del Bidasoa, Irun. [Estos emplazamientos] le dan proximidad, estamos acostumbrados a tanta películas y parece que solo ocurre en grandes urbes lejanas. Como lectora –ha añadido– me gusta leer a Larsson, me traslada a otros lugares. Y eso es lo que me gusta, le da carácter a la novela. Irun, como ciudad fronteriza, le da mucho juego a las historias».
La trama y los afectos personales
La familia Careaga es otro núcleo importante en torno al cual se desarrolla la trama. «Hay mucho secreto, nadie se salva, todo el mundo ha sufrido y todo el mundo tiene su pasado. Cuando alguien ha sufrido y vive algo gordo con otra persona se crean lazos entre ambos, aunque a veces no sabes si el uno le oculta cosas al otro».
Por un lado tenemos a Alexander, un chico atractivo que arrastra una enorme carga y el padre, también salpicado de mucha miseria. «El dinero fácil le arrastró al mundo del narcotráfico. La familia vive en los 70 y 80 en California, donde se deja seducir por el cartel mexicano. Viene de ese mundillo, donde ha convivido con mucho depredador. Lo que queda claro es que el dinero no da la felicidad», ha dicho. Melisa y Paula, dos mujeres que saben lo que es convivir «con hombres de carácter» y que encontrarán la una en la otra un apoyo para cubrirse…
Lorenzo se ha interesado por la relación que hay entre ambos ertzainas, al margen de la trama criminal. «Al lector le gustan las relaciones personales. Tengo una forma de narrar muy íntima y tiendo a desnudar a los personajes. Eider y Jon Ander quieren ser fieles a la relación de amistad, como compañeros de trabajo que son, pero parece que los roces y la relación entre ellos de estar permanentemente juntos despierta algo… Se tienen lealtad y arriesgan su vida por el otro. Hay dependencia, son una pareja de muchas horas, han pasado por mucho juntos», ha dicho la autora.
Lorenzo opina que «no hay novela sin enredo ni vida sin enredo». «‘La estrella de quince puntas’ podría ser una metáfora de cómo nuestro pasado arrasa nuestro presente de una manera impredecible…». La estrella, que lo observa todo desde el aquario del salón de los Careaga, es como el pasado, está siempre ahí.
Perfiles criminales diferentes
Para escribir sus historias Noelia Lorenzo mira a su alrededor, porque es en la propia realidad donde ocurren los sucesos más terribles, pero en las cinco novelas que ha editado hasta el momento el perfil criminal «es muy diferente». En ‘Chamusquina’ (2013) planteó una trama corrupta político-empresarial, mientras que en ‘La sirena roja’ (2015) se trata de un asesino en serie. Para escribir ‘La chica olvidada’ se inspiró en el crimen de una joven, cerca de Madrid, y que quince años después sigue sin ser resuelto. «Recuerdo que cada vez que se incorporaba un miembro al equipo de investigación de la Guardia Civil reabrían y revisaban el caso. Aquelló me marcó. Quise trasladar el sufrimiento de la familia, y ubiqué la historia en Hondarribia», a recordado.
Su anterior trabajo, ‘Corazones negros’, habla sobre la trata de mujeres, y fue galardonada con el Premio Cubelles Noir a la mejor novela negra publicada ese año y finalista en Tenerife Noir, Salamanca Negra, Premios Novelpol y en el prestigioso Dashiell Hammett que se entrega en la Semana Negra de Gijón. «El eje central es cómo nos marca el dolor, cómo lo que sufrimos de pequeños hace que seamos quienes somos de adulto. Los monstruos muchas veces arrastran de la infancia traumas, traumas que vuelven y se repiten», ha concluído.