Amanecer en fase 2 tras el primer día sin muertes y con la alarma en cuenta atrás
La desescalada no solo multiplica hoy opciones de ocio sino sobre todo abre puertas cerradas a cal y canto durante más de dos meses: las de residencias de tercera edad y personas discapacitadas. Una señal alentadora sumada a un indicio –ni un fallecido reportado el sábado– y a un anuncio: el estado de alarma puede caer antes de lo previsto.
La pandemia va para largo, pero de momento Euskal Herria encara este lunes el amanecer más esperanzador de los últimos 70 días, con tres noticias tan espectaculares como el contraluz de esta imagen de Juan Carlos Ruiz en la bahía donostiarra.
La primera tiene que matizarse por la evidencia de que los reportes de fallecimientos el fin de semana no suelen estar completos: este sábado no se comunicó ni una muerte con coronavirus en el conjunto de Euskal Herria, algo que no ocurría desde la primera quincena de marzo y tras un periodo en el que se han llegado a computar más de 50 fallecimientos diarios. La segunda se declina en presente: Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa entran hoy en fase 2 de desescalada, que reabrirá actividades de negocio y sobre todo de ocio. Y la tercera apunta al futuro, quizás cercano: Pedro Sánchez prometió ayer a los mandatarios autonómicos que el estado de alarma no se levantará de modo global sino por comunidades y que puede ser pronto, según algunas fuentes en semanas y otras en días. Quizás la resaca de esta última prórroga haya hecho al presidente español abrir su posición a lo que le reclamaba sobre todo la Generalitat catalana.
Residencias e institutos
Los decretos de los gobiernos Urkullu y Chivite acabaron de poner letra pequeña ayer a los criterios estatales de la fase 2. Lo más relevante, por la crítica situación que han atravesado tanto residentes como trabajadores y también familias, es la luz verde a la posibilidad de visitas, que tendrán que terminar de concretar las diputaciones como entes competentes.
En la CAV se estipula que «se podrán reanudar las visitas a las personas residentes en viviendas tuteladas, centros residenciales de personas con discapacidad y centros residenciales de personas mayores, así como la realización de paseos por las y los residentes, de acuerdo al calendario y regulación que establezcan las diputaciones». En Nafarroa se abre esta puerta de momento solo para casos «excepcionales».
La fase 2 trae consigo también la recuperación de la movilidad completa dentro del herrialde, por el que se podrá transitar para cualquier actividad no solo laboral o educativa, sino también de puro ocio: es lo que ansiaban los miles y miles de mendigoizales y txirrindularis. Se mantiene la prohibición de pasar de un herrialde a otro, salvo en las excepciones permitidas en el estado de alarma, como atender a familiares de edad avanzada. El aumento del tráfico será de una de la cuestiones a tener en cuenta hoy.
La jornada medirá también el seguimiento de la reapertura educativa en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa (que no Nafarroa). Según los datos filtrados por el propio Gobierno de Lakua, la vuelta a las aulas será mucho menor de la que delataba su afán de acelerarla aún más: apenas un 20% de los institutos públicos abrirán sus verjas, y en casi todos los casos para clases de refuerzo y con quorums muy escasos por cuestiones de seguridad. Sindicatos y organizaciones estudiantiles se han posicionado en contra. Apenas dará clases alguna ikastola suelta.
Lakua adelanta a Nafarroa
En la ligera asimetría permitida por el Estado, si en la entrada en fase 1 Nafarroa aparecía por delante, en este inicio de la fase 2 la CAV ha abierto la mano más que su vecina. Y no solo en el tema educativo o en el muy sensible de las residencias, sino en detalles menores como que los txokos podrán abrir en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa pero no en Nafarroa (tampoco los piperos, txabiskes o bajeras juveniles).
Otra cosa es lo que ocurra luego a pie de calle, porque por ejemplo txokos donostiarras no piensan abrir sus cocinas hasta conocer al detalle las condiciones. Y algo similar puede ocurrir con los bares que desde hoy tienen permiso para dejar entrar a la clientela con aforos máximos del 50%; quienes lo hagan tendrán que tener un ojo puesto en la inspección, como ya ocurrió hace dos semanas al montar de nuevo sus terrazas.
Prefieren esperar los cines, teatros o museos, que según los contrastes que ayer hizo NAIZ no se plantean abrir este lunes pese a tener luz verde para ello con aforos limitados.
La sombra de la incertidumbre cae también sobre las playas. Desde hoy, según la normativa estatal se podrá tomar el sol y bañarse, no solo nadar o surfear, pero todo depende en última instancia de las regulaciones municipales que se irán articulando poco a poco.
En Nafarroa han conseguido que las playas fluviales y ríos tengan el mismo estatus que los arenales de la costa, algo que estaba en entredicho.
En la carrera algo absurda por aumentar los cupos de personas que pueden reunirse tanto en ámbitos públicos como privados, el Gobierno de Lakua ha pasado de no permitir reuniones de 10 al inicio de la fase 1 a autorizar ahora que se junten hasta 15, que pueden elevarse hasta 20 en los casos de turismo activo o senderismo.
Y lo que cambiará aún más la cotidianidad ciudadana será la eliminación de las franjas horarias que se han mantenido durante este último mes. Se mantiene únicamente la preferencia de las personas mayores y discapacitadas para disfrutar del espacio público entre las 10-12 y las 19-20, pero ni se ha establecido una prohibición para el resto en esos horarios ni la pretensión es que esta personas no puedan salir el resto del día a la calle si lo desean.
Articular esa preferencia parece un imposible, del calibre de garantizar la obligatoriedad de llevar la mascarilla. Algo que no cambia con la fase 2, ni con la 3.