Dudas en la rebaja salarial y el mismo objetivo deportivo
El tema económico ha sido el verdadero protagonista de este parón que ha durado prácticamente tres meses. El Grupo Baskonia-Alavés, además, tampoco se ha librado del coronavirus. Hasta quince integrantes del club fueron contagiados por la covid-19.
La entidad gasteiztarra fue uno de los primeros en presentar un ERTE por fuerza mayor para todos los empleados –junto a Barcelona y Espanyol–, incluidos los deportistas profesionales. No obstante, no fue hasta principios de mayo cuando se llegó a un acuerdo con la plantilla para la rebaja salarial.
Nunca ha trascendido la identidad de los contagiados ni tampoco la cifra de la rebaja salarial, y ha sido uno de los pocos clubes que no ha querido especificar los porcentajes. En este caso, la transparencia del club ha dejado bastante que desear. Según indicó el director deportivo Sergio Fernández, «el club no acostumbra a dar detalles de las negociaciones privadas» y afirmó que existe acuerdo de confidencialidad entre las dos partes.
La mayoría de los clubes acordaron una rebaja salarial de entre el 16% y el 30% en caso de no reanudar la competición y otra más escasa en caso de volver a disputar las once jornadas que restan (entre el 3% y el 10%).
Coger una buena ola
Sea como fuere, ya es oficial la reanudación de la competición y parece que nunca conoceremos a ciencia cierta los detalles del acuerdo al que han llegado futbolistas y directivos del Alavés para tratar de afrontar las consecuencias de la pandemia.
Para Asier Garitano –según recalcó hace unas semanas– la vuelta es prematura. A él le hubiese gustado tener una semana más para trabajar con el grupo al completo –aún a finales de mayo los equipos estaban trabajando en grupos de 10 y preveían aumentar a 14 a principios de junio– pero entiende que es difícil encuadrar la Liga con las competiciones continentales.
El técnico de Bergara, al igual que los demás técnicos de la liga, deberá afrontar 11 jornadas en apenas un mes. Su continuidad en el club dependerá de la permanencia, el objetivo principal al que aspira el equipo. A siete puntos del descenso, el inicio de esta reanudación se presenta clave para cerrar la permanencia. Garitano admitió que, tanto en el confinamiento como en las primeras semanas en Ibaia, insistió en volver a activar el chip de la competición a sus futbolistas. Y es que, el trabajo está sin finalizar y cualquier relajación le puede pasar factura.
El Alavés se estaba mostrando más sólido justo antes del parón y este primer fin de semana le toca enfrentarse a un rival directo: el Espanyol de Abelardo, farolillo rojo de la clasificación.
Coger una buena ola desde el inicio será el objetivo de un Alavés que ha acostumbrado a jugar con un once tipo, sin muchas variables. Tomás Pina puede ser una de las principales novedades para Garitano que deberá dosificar más que nunca a su plantilla. Una de las buenas nuevas es que estas semanas no ha sufrido inconvenientes. Todos los jugadores están a su disposición. El sábado tendrán su primera prueba de fuego.