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Medidas más flexibles para una vuelta a las clases «obligatoria» de solo dos semanas

El Ministerio de Educación francés ha optado por aliviar algunas de las restricciones sanitarias para que pueda producirse un retorno más generalizado de alumnos a las aulas el próximo lunes 22 de junio. Se reduce o suprime la distancia de seguridad pero se generaliza en cambio el uso de mascarilla. Con todo, sin clases diarias ni servicios esenciales como el comedor garantizados, las clases desde casa seguirán siendo la opción de muchas familias .

Primer día de clase tras el desconfinamiento en la escuela pública del barrio de Urdazuri en Donibane Lohizune. (Guillaume FAUVEAU)

El presidente francés, Emmanuel Macron, anunció el pasado domingo que la vuelta a clase será obligatoria a partir del 22 de junio, y para que ese nuevo anuncio tenga alguna opción más de cumplirse, el Ministerio de Educación ha optado por suavizar su protocolo de condiciones sanitarias.

Así, según el documento remitido ese miércoles a los centros, en la escuela maternal desaparece el requisito de la distancia física.

Mientras que en primaria y secundaria (colegio) se establece un metro de distancia. Cambia, eso sí, la forma de tomar la medida: se contará del centro de una silla en que se sienta un alumno al centro de la silla del alumno más próximo.

Ahorro de unos 40 cm de cara a permitir, se supone, que entren más estudiantes en el aula. Ello aliviaría en parte las carencias de los centros más pequeños.

Se mantendrá el requisito que se aplica desde que comenzara el retorno parcial y gradual a las aulas, el pasado 12 de mayo, de que no se mezclen los grupos de alumnos y de que se evite que los alumnos de distintas clases se encuentren en el pasillo.

Sin embargo, en los espacios exteriores desaparece también el imperativo de distancia física.

Estas son algunas de las reglas actualizadas para esa nueva fase de retorno a los centros, que estarán vigentes durante las dos próximas semanas, ya que el 3 de julio acaba el curso. La pandemia no ha alterado esa fecha que marca el el final de las clases y el inicio de las vacaciones de verano.

Según los centros

Ese es el guión general, pero corresponde a cada centro determinar cómo lo aplica, por lo que no se puede hablar de una «vuelta a las aulas» ni general ni mucho menos homogénea.

Por poner un ejemplo, el colegio Piarres Larzabal de Ziburu garantizará el retorno parcial de los alumnos aunque priorizando a hijos de padres y madres que trabajan en sectores prioritarios. Mantendrá, por lo tanto, la opción de que los alumnos cuyas familias así lo decidan sigan trabajando desde casa.

A partir de ahí pocos cambios con respecto a lo que se venía haciendo hasta la fecha. El colegio solo abrirá cuatro días a la semana y asegurará dos días de clase presencial por semana y nivel educativo.

Los alumnos deberán llevar una comida fría de casa, ya que no hay servicio de comedor escolar. Deberán llevar además la máscara obligatoria que, por el alivio de las medidas de distanciamiento, se hace, si cabe, más imprescindible.