Avance de los ecologistas y batacazo del partido de Emmanuel Macron
En una jornada electoral marcada por la abstención, la de la segunda vuelta de las elecciones municipales en el Estado francés, aplazada a causa de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del covid-19, el dato más relevante fue el avance de los ecologistas y el pronosticado batacazo electoral de LREM, el partido del presidente, Emmanuel Macron, que no logró hacerse con ninguna Alcaldía y su única victoria fue mantener Le Havre. La participación, según proyecciones, rondó el 41%.
El Partido Socialista (PS) logró conservar París y recuperó Marsella después de 25 años. El primer ministro, Edouard Philippe, ganó en Le Havre y los ecologistas se impusieron en Lyon, Estrasburgo, Tours y Besançon. La ultraderecha se alzó con la victoria en Perpinyà, capital de Catalunya Nord, su mayor ciudad desde 1995, abriendo una grieta, pequeña pero simbólica, en el cordón sanitario formado por el resto –el llamado «frente republicano»– de partidos políticos en su contra.
En el plano estrictamente político, la primera noticia al cierre de las urnas fue la reelección como alcalde de Le Havre, la ciudad situada en la desembocadura del Sena, del primer ministro y candidato de La República En Marcha (LREM), Edouard Philippe, con cerca del 59% de los votos, según medios locales.
Ola verde
Esta sería la única victoria política para el presidente, Emmanuel Macron, que mide sus fuerzas ante el «tsunami» de los verdes (EELV), que estarán en el Gobierno de las tres principales ciudades francesas tras haber ganado la segunda, Marsella, donde acabaron con un cuarto de siglo de Gobiernos de derecha, y la tercera, Lyon, la que era la gran esperanza del «macronismo», mientras que en París lo harán aliados con Anne Hidalgo, que revalidó el puesto de forma clara.
Además, los ecologistas conquistaron Burdeos y Estrasburgo y se quedaron a 227 de votos de arrebatar Lille a la histórica socialista Martine Aubry.
La ola verde fue la principal noticia de la jornada junto con la victoria de la extrema derecha en Perpinyà y la elevada abstención, ya que solo dos quintas partes del censo acudieron a los colegios electorales en unos comicios locales celebrados tres meses después de haber sido aplazados en medio del avance del covid-19, tras la primera vuelta del 15 de marzo en la que solo votó el 45%.
La ciudadanía parece no haber perdido el miedo al contagio a pesar de la mejora de la situación sanitaria y de las medidas de seguridad con las que se celebraron las elecciones ayer.
La baja participación no ocultó el revés «macronista», que podría llevar al presidente a llevar a cabo una amplia remodelación del Ejecutivo para darle un giro más social y ecológico con el que afrontar los dos años que le quedan de legislatura. Una nueva dirección que difícilmente podría encarnar Philippe, una figura procedente de la derecha y que, a menudo, ha afirmado que no está dispuesto a renegar de sus convicciones.
El resto de sus candidatos fueron barridos en ciudades importantes, incluida Lyon, que en medio de divisiones internas, se esfumó en manos ecologistas.
La tercera ciudad del país fue uno de los símbolos del avance de los verdes, que un año después de haber dado la sorpresa en las europeas, donde fueron terceros por delante de los dos partidos históricos, demostraron que gozan de una dinámica ascendente, que permitió al eurodiputado Yannick Jadot, su rostro más visible, asegurar que su formación debe liderar un frente de izquierdas para las presidenciales de 2022.
El PS conserva París
El PS se conformó con la victoria de Anne Hidalgo, reelegida alcaldesa de París tras lograr el apoyo de la gran mayoría de los partidos a su izquierda. Hidalgo se impuso claramente (49,5%) a su rival conservadora, Rachida Dati (31,7%) y a la candidata de Macron, Agnès Buzyn (14,4%).
Los socialistas conservaron Nantes y, por los pelos, Lille.
La izquierda ganó también en Marsella con la candidatura de Michèle Rubirola, cara visible respaldada por los ecologistas, socialistas, Francia Insumisa y el Partido Comunista. Rubirola permitirá a la izquierda volver a gobernar Marsella tras 25 años de ausencia.
La derecha de Les Républicains contó las batallas por derrotas, aunque sigue siendo el partido con más implantación territorial y su único consuelo pasa por ser quienes más municipios controla. Pequeña recompensa tras dejar escapar Marsella, Burdeos y Estrasburgo.
La ultraderecha de Rassemblement National, por su parte, se hizo con Perpinyà. Los sondeos no se equivocaron y Louis Aliot será el próximo alcalde de una ciudad con importantes problemas socioeconómicos que la ultraderecha espera convertir en plataforma electoral para próximas contiendas.