González, Aznar, Zapatero y Rajoy elogian a Martín Villa en vísperas de su declaración ante Servini
Los expresidentes españoles Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy, así como el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, entre otros, han remitido cartas a la jueza María Servini, que este jueves tomará declaración a Rodolfo Martín Villa en el marco de la querella argentina, en las que manifiestan su apoyo al exministro y subrayan su papel durante la denominada «transición», según informa ‘Eldiario.es’.
A medida que se acerca el día en que, este jueves, Martín Villa sea interrogado por crímenes de lesa humanidad durante la dictadura franquista y la llamada «transición española», el régimen ha cerrado filas con el que fuera, por ejemplo, ministro de Relaciones Sindicales cuando ocurrió la matanza del 3 de Marzo en Gasteiz y de Gobernación cuando la Policía mató a Germán Rodríguez durante los sanfermines del 78.
El propio Martín Villa, según informa ‘Eldiario.es’, ha hecho llegar a la jueza María Servini cartas de apoyo firmadas por, entre otros, cuatro expresidentes españoles (Felipe González, José María Aznar, José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy), el actual jefe de la diplomacia española, Josep Borrell, o los exsecretarios generales de CCOO y UGT Nicolás Redondo, Cándido Méndez, Antonio Gutiérrez y José María Fidalgo. Figura también Jaime Ignacio del Burgo, director de Coordinación, Planificación y Desarrollo de la Diputación de Navarra en el último tramo del franquismo, la presidió en 1979 estando en UCD, desde donde pasó al PP que durante años funcionó en coalición con UPN, y fue intermitente y fugaz miembro del Grupo Canario en el Congreso en 1996 y 2000.
Explica Martín Villa que lo ha hecho para «defenderme pero sobre todo defender que en la Transición, que ha sido una de las mejores etapas de nuestra historia reciente, fue imposible que hubiese un genocidio».
El citado medio de comunicación recoge extractos de algunos de esos textos, como el firmado por Zapatero, en el que se elogia la «transición» y la Ley de Amnistía como «un elemento central del Pacto de Transición». Añade el que fuera jefe del Gobierno español entre 2004 y 2011 que Martín Villa contribuyó con «convicción y eficacia (…) a afianzar el nacimiento de la democracia en mi país. No tengo duda de que esta y no otra es precisamente la huella que él deja en la historia reciente de España».
González apunta a las víctimas...
Felipe González, por su parte, pone a las víctimas del franquismo en el punto de mira y afirma que «se deberían depurar responsabilidades de los que, a mi juicio, de mala fe lo instaron [el proceso judicial] sin sentido». El comportamiento de Martín Villa al frente del Ministerio de Gobernación fue, para González «impecable y fuertemente comprometido con el respeto al Estado de Derecho».
...y ellas responden
Desde la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina (Ceaqua) han denunciado que las cartas no son «testimonios», sino «abrazos de amigos».
Es clara que la protección de Martín Villa va más allá de la que hasta ahora le ha proporcionado el Estado. Decenas de testimonios acreditan su pertenencia a las fuerzas represivas. Lo que tiene ahí la jueza no son testimonios, son abrazos de amigos. pic.twitter.com/QrTwfIrBoT
— CeAQUA (@Ce_AQUA) September 1, 2020
En una nota de prensa, destacan que estas personalidades «implementaron, consolidaron, desarrollaron y aceptaron con total naturalidad el modelo de impunidad imperante en el Estado español, que impide la investigación y enjuiciamiento de los crímenes contra la humanidad que se cometieron durante la dictadura franquista y la Transición».
Recuerdan, en ese sentido, que Martín Villa fue el «paradigma» de aquellos «líderes políticos que provenientes de una dictadura sanguinaria y cruel (…) pasaron a considerarse ‘padres de la democracia’».
Por ello, esperan que finalmente el exministro sea procesado, lo que «supondrá un avance procesalmente indudable en la tramitación del proceso y un paso importante para poner fin a un modelo de impunidad incompatible con un Estado democrático».