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Lars Von Trier vela por ti

[Crítica]: ‘Talento’

Koldo Landaluze
Koldo Landaluze

Armado con una cámara, un joven director capta las diversas y dispersas secuencias del actor Fermín en un parque. Fermín simpre está dispuesto a acudir a la llamada de este irreductible director existencial que suspira con hacerse un hueco en el Olimpo de los cineastas de autor.

En su ordenador, el director monta las secuencias que grabó con Fermín y les aplica un texto leído en el que plasma la insoportble levedad del ser humano. De repente, nuestro cineasta irreductible y guerrillero recibe una llamada que, tras una inicial alegría compartida con su sufrida compañera sentimental, cambiará por completo su existencia.

El sueño anhelado de rodar una gran película con Mario Casas y José Coronado le aguarda a la vuelta de la esquina pero cuando vuelve a leer el guion descubre que es una mierda y que está a años luz de sus aspiraciones como cineasta de autor.

Es este momento de catarsis cuando nuestro director se encuentra en la cuerda floja, aceptar el encargo de rodar una historia que odia o, por el contrario, mandar a todos a hacer puñetas y hacer el cine que él quiere.

El diablo del cine comercial llama a su puerta, el director se coloca al borde de un ataque de ansia constante que tan solo puede aliviar la imagen de Lars Von Trier que vela por él y su integridad creativa. Mientras tanto, Fermín aguarda una nueva secuencia.

En esta inteligente tragicomedia de David González Rudiez, lo maquiavélico goza de un acertado toque de perversión en unas últimas y determinantes secuencias que coquetean con ‘El sirviente’ de Joseph Losey.

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