INFO

La incidencia ya estaba empeorando cuando Lakua abrió el tránsito entre herrialdes

Lakua ha vuelto a restringir la movilidad entre los herrialdes de la CAV por la mala evolución epidemiológica. La situación, sin embargo, tampoco era buena cuando reabrió el tránsito, el pasado 23 de diciembre, pues la incidencia del covid ya estaba empezando a repuntar.

Reunión del Comité Asesor del LABI el pasado lunes, con Jonan Fernández y Denis Itxaso en primer término. (Irekia)

El evidente empeoramiento de la situación epidemiológica, y también de la presión asistencial –hay 97 pacientes más en los hospitales de la CAV desde el 1 de enero– condujo el lunes al LABI a endudecer algunas de las medidas tendentes a frenar la transmisión del coronavirus. Una de las nuevas restricciones afecta a la movilidad entre los herrialdes, que ha vuelto a quedar prohibida a partir de hoy.

La consejera de Salud, Gotzone Sagardui, argumentó al respecto que la situación «es preocupante», al confirmarse una tendencia ascendente del covid-19 en un contexto de «alta incertidumbre». Lo que ocurre es que esa incertidumbre era ya patente cuando se abrió el tránsito entre Araba, Bizkaia y Gipuzkoa el 23 de diciembre.

En realidad, cuando se levantó esa prohibición los datos de incidencia del virus no solo habían dejado de mejorar sino que incluso empezaban a empeorar. Así, en el informe de Osakidetza del 23 de diciembre la tasa de incidencia acumulada en catorce días era de 282,77 casos por cien mil habitantes, frente a los 281,72 casos del día anterior. Una variación pequeña, de apenas un punto, pero que ya indicaba un cambio de tendencia.

De hecho, la mala evolución de los datos, junto a la situación en las comunidades y países del entorno y la aparición de la nueva variante inglesa, motivó que la víspera, el día 22, Lakua modificara las medidas adoptadas el día 9, menos de dos semanas antes, y ampliara algo más las restricciones de aforo y movilidad de cara a las fiestas de Navidad. En aquella rueda de prensa, Sagardui advirtió de «un periodo de alta vulnerabilidad» durante las siguientes semanas, sin embargo, el Ejecutivo decidió mantener la apertura del paso entre los territorios, que ahora ha decidido revocar.

Aquel día tampoco se tomó ninguna decisión tendente a que los residentes de las localidades en zona roja, donde la hostelería se ha mantenido cerrada, no pudieran pasar a otros municipios, algo que se aprobó el día 9 haciendo prácticamente baldío el cierre de esas poblaciones. Esa incongruencia se ha resuelto más de un mes después.

«Han buscado la trampa»

Precisamente, sobre este asunto, Jonan Fernández, que ejerce de coordinador del Comité Técnico del LABI, apuntó ayer que «en los municipios en rojo, hay sectores que han buscado la trampa, y eso nos ha llevado a volver a implantar el cierre municipal». Sin embargo, fue el propio Ejecutivo quien dio opción a hacer trampa, en una decisión que el mismo día que se anunció fue objeto de chistes en las redes sociales, pues era evidente que había gente que iba a pasar de una localidad a otra.

En una entrevista en Onda Vasca, Fernández admitió que «preveíamos que esto pudiera ocurrir», pero añadió que «lo que queríamos es que el cambio de tendencia se produjera cuando estuviéramos en el punto más bajo posible en la incidencia acumulada». Una afirmación que apenas casa con la realidad, ya que tanto la decisión de aliviar las medidas, el 9 de diciembre, como el cambio, muy limitado, del día 23, se produjeron con unas tasas de incidencia que todavía eran altas: de 327 y 281 casos, respectivamente.

Sucede que, a partir del día 23 y durante varias jornadas, el número de pruebas diagnósticas diarias se redujo sustancialmente, sobre todo en los días más señalados de las fiestas, provocando una bajada de la incidencia hasta los 235,10 casos del pasado 1 de enero. Un dato que no reflejaba realmente la afección del virus, como se ha visto después, a medida que el número de test se ha ido recuperando.

Casi mil positivos

Así, los 817 contagios detectados este lunes, con 12.238 pruebas realizadas, elevan la incidencia de la CAV a 326,77 casos por cien mil habitantes, con subidas destacadas en todos los herrialdes, pero especialmente llamativa en Bizkaia, que notificó el mayor número de positivos en los últimos dos meses: 490.

Con el número reproductivo básico Rt en 1,38, Bizkaia mantiene la peor evolución de este principio de año, y algunas localidades, como Zornotza, Bermeo y Lekeitio están registrando muchos casos. También Muskiz –57 en el informe de ayer–, pero en principio esos positivos estarían vinculados al brote de la residencia Marcelo Gangoiti. En el resto de los herrialdes los datos tampoco fueron buenos, y la cifra de contagios en Hego Euskal Herria volvió a rozar los mil casos –fueron 979– por primera vez desde noviembre.

Respecto al brote detectado en la citada residencia vizcaina, que afecta de momento a 93 usuarios y veinte profesionales, ELA calificó de «inaceptable» que la Diputación «apunte a las trabajadoras» como responsables de los contagios, después de que el diputado de Intervención Social, Sergio Murillo, hiciera declaraciones en ese sentido. Ese sindicato denunció también que el martes pasado fueron cuatro residentes y dos trabajadoras las que dieron positivo, y que, sin embargo, no fue hasta el domingo cuando se realizó los PCR a todo el personal.