Ter Stegen impide el pase de una bravísima Real a la final de la Supercopa
Los goles de De Jong al filo del descanso y de Mikel Oyarzabal de penalti al comienzo de la segunda parte han llevado el encuentro a la prórroga. En los penaltis, el Barcelona ha ganado por 2-3 y en la final se enfrentará al vencedor del duelo entre Athletic y Real Madrid de este jueves a las 21.00.
Una pena. La Real ha caído en la tanda de penaltis y no estará en la final de la Supercopa, después de 120 minutos de derroche físico y buen juego. El Barcelona peleará por el título porque su portero, André Ter Stegen, ha dado un recital en la prórroga y en la tanda de penaltis, con intervenciones increíbles que han cercenado el sueño de los donostiarras. Nada que afear a un equipo que ha puesto sobre el césped del Nuevo Arcángel de Córdoba todo lo que tiene.
Las horas previas han estado marcadas por el anuncio de la baja de Messi, por molestias físicas. Es innegable que el argentino es importantísimo, aunque tampoco es que viva rodeado de tuercebotas. Solo De Jong, Griezmann y Dembelé suman más de 300 millones de euros pagados en traspasos.
La Real ha empezado con el once esperado, formado por Remiro; Gorosabel, Zubeldia, Le Normand, Monreal; Guevara, Guridi, Merino; Oyarzabal, Portu e Isak.
Los donostiarras han salido sin complejos, buscando al Barça muy arriba. Imanol extrajo conclusiones de lo acontencido en la primera parte en el Camp Nou, y Le Normand seguía a Griezmann cuando este bajaba a recibir.
Isak, Portu y Le Normand han dado los tres primeros avisos en el cuarto de hora inicial. Más claro ha sido aún el mano a mano del sueco, pero Ter Stegen ha cerrado muy bien los espacios. Los primeros 20 minutos han sido claros para los donostiarras, pero sin premio.
Al Barça le ha costado 22 minutos buscar la puerta de Remiro, con un disparo lejano de Lenglet que se ha marchado demasiado cruzado. Ha sido el despertar de los azulgranas, que han comenzado a tener más el balón.
Dembelé generaba problemas por la derecha y Braithwaite ha cabeceado fuera tras una posesión eterna. Cuando tocaba defender en su campo, la Real se refugiaba en un 5-4-1 para capear el temporal. El dominio culé sí ha tenido premio, con un centro de Griezmann que De Jong ha cabeceado a la red. La definición en el área, eso es lo que cuesta tanto dinero.
Empate desde los once metros
La Real ha tenido a fortuna de empatar poco después del descanso. De Jong ha sacado el codo para cortar un balón dentro de su área y el hasta ese momento infalible Oyarzabal no ha desaprovechado la ocasión.
El holandés casi arregla su desaguisado un minuto después, pero Gorosabel ha salvado in extremis cuando ya se disponía a fusilar a Remiro. Ninguno de los dos equipos se conformaba con el empate, y se ha entrado en un duelo de ida y vuelta, con la velocidad de Dembelé e Isak generando pánico.
La Real no se ha encogido en ningún momento, ni siquiera cuando el reloj se acercaba al 90 y cualquier tanto era definitivo. Este no ha llegado y la semifinal se ha ido a la prórroga.
En el alargue, Zaldua –que había entrado por Gorosabel– ha estado en un tris de marca el gol de su vida, pero su espléndido disparo se ha topado con una mejor manopla de Ter Stegen.
La réplica culé ha tenido su origen en un robo que ha desembocado en un cuatro contra dos, pero el hiperactivo Dembelé ha disparado muy centrado y Remiro ha detenido el balón.
Revulsivo Januzaj
Ya en la segunda parte, un agotado Oyarzabal casi culmina con éxito un contrataque conducido por Januzaj. Los 120 minutos han sido una paliza física de las memorables pero el belga, más fresco porque ha entrado en la prórroga, ha protagonizado una cabalgada desde su propio campo que ha salvado el meta rival, definitivamente el mejor de su equipo, mandando a córner.
La Real no quería los penaltis y se ha ido a por la victoria. Todo o nada. Januzaj ha lanzado una falta magistral que Ter Stegen ha desviado con las yemas y ha repelido el poste.
La semifinal se ha ido a la tanda de penaltis. La Real ha fallado los tres primeros. Bautista y Oyarzabal se han topado con Ter Stegen –primera pena máxima que falla el de Eibar en su carrera–, y WJ con el poste. El error de Griezmann y los aciertos de Merino y Januzaj han abierto una puerta a la esperanza, pero el canterano culé Puig ha aguantado la presión y ha engañado a Remiro para dar el pase a su equipo.
Su rival saldrá del choque este jueves entre Real Madrid y Athletic. La Real descansará el fin de semana –no le vendrá nada mal– y volverá a este campo la semana que viene para jugar su eliminatoria copera contra el Córdoba.
Imanol: «Hemos hecho un partido enorme»
El entrenador de la Real, Imanol Alguacil, ha preferido quedarse con los aspectos positivos. «Espero que todo el aficionado de la Real, que estará fastidiado porque nosotros también lo estamos por la derrota y no pasar, esté tan orgulloso como yo. Creo que hemos hecho un partidazo; ayer dije que éramos favoritos, hoy lo hemos demostrado y hemos hecho un partido enorme a nivel ofensivo y defensivo. Esto nos ayuda a crecer, pero sabiendo que estábamos fastidiados porque el objetivo era pasar a la final».
«Viendo a una Real competir como ha competido, no solo este partido sino que lo venimos haciendo desde hace tiempo, solo tengo palabras de elogio hacia los jugadores y a todos los aficionados por todo el respeto que nos están demostrando. El fútbol nos debe una, y estoy seguro de que lo vamos a conseguir», ha añadido.
El de Orio ha revelado que «mucha gente estaba en el vestuario llorando, pero es normal, porque sentimos así esta camiseta y este escudo. Cuando tú sientes desde dentro y tan de verdad es normal que Mikel esté hundido, pero a la vez seguro que orgulloso. Muchos de sus compañeros también estaban así».
El presidente Jokin Aperribay ha felicitado a ambos equipos «por el partidazo. Nos ha tocado a nosotros fallar, pero no hay que darle importancia a qué jugadores han fallado porque todos han hecho un gran partido. Hemos dado la cara, a ver si toca a la próxima. Le doy las gracias a los jugadores de la Real por las ganas y por el esfuerzo».
Mikel Oyarzabal ha comentado que«duele más» caer de esta manera, pero «es para estar orgulloso de este equipo, que ha jugado de forma valiente». Respecto a su error en la tanda de penaltis, ha asegurado que «tenía claro que lo metería pero no ha sido así», aunque si lanzase uno «mañana, lo tiraría igual. No cambiaría nada, pero el portero juega».
Su compañero Mikel Merino entendía que han «merecido mucho más» tras haberse «cascado un partido impresionante», pero ha reconocido que «cuando se perdona es complicado» obtener una victoria frente a un rival que «tiene a los mejores en cada puesto, y se nota», pero «hay que quedarse con el partido, seguro que servirá para la Copa».
El técnico del Barça, Ronald Koeman, ha manifestado que «hemos jugado contra un gran contrario. Al final hemos sido el equipo que jugará la final. Nos ha costado por la presión que ellos nos han hecho».