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La consejera y sus problemas con la realidad

Gotzone Sagardui, consejera de Salud. (IREKIA)

Tras el Consejo de Gobierno, en una rueda de prensa que comienza con un inusual retraso de 25 minutos, la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, da cuenta de la situación epidemiológica y de las vacunaciones y termina su intervención pidiendo «responsabilidad» a la ciudadanía. Hay que preguntarle para que hable de Ibon Etxeberria, el miembro del LABI que se saltó sus propias normas para golfear. Tanto en euskara como en castellano se para tras deslizar que se tomarán medidas y tanto en euskara como en castellano se le tiene que tirar de la lengua para que concrete que se le va a cesar como director del Departamento. La consejera de momento da muestras de tener problemas con verbalizar la realidad.

Más adelante se le pregunta qué planteó a la Comisión de Ética Pública sobre los ceses de los directores de Santa Marina y Basurto, y si lo acompañó con documentación sobre el intercambio de whatsapp con José Luis Sabas. La consejera responde que «lo que yo he acompañado en la consulta que elevo es lo que ya he trasladado al Parlamento delante de todos, donde es la sede que corresponde como miembro del Gobierno que soy».

Se le recuerda que ante la Cámara omitió una parte decisiva del intercambio de mensajes, la frase en la que el 15 de enero el director de Santa Marina le adelantaba que el «punto fuerte era que se va a hacer a la totalidad de la plantilla en una jornada» y se le inquiere sobre por qué lo hizo. La contestación de Gotzone Sagardui es que «yo en el Parlamento di cuenta del listado de whatsapp que habían correspondido a ese traslado de, no sé muy bien qué decir, por parte  del señor Sabas. Y eso es lo que dije y ahí está escrito. No tengo nada qué ocultar, se lo vuelvo a decir».

Se le insiste en por qué no mencionó esa advertencia, y zanja con que «yo lo que fui hice una enumeración de los distintos momentos en los cuales me había remitido el señor Sabas los whatsapp».

Ahora ya no solo muestra problemas con verbalizar, sino con la propia realidad.