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Guerra abierta entre Salmond y Sturgeon, única grieta a la que se aferra el unionismo escocés

Alex Salmond y Nicola Sturgeon, los últimos dos ministros principales de Escocia, se encuentran en una guerra abierta. La batalla interna de las principales figuras del independentismo en la última década se presenta como la única baza del unionismo para recuperarse antes de las elecciones de mayo.

Nicola Sturgeon y Alex Salmond, en un congreso del SNP. (Andy BUCHANAN/AFP)

El independentismo escocés se encuentra en máximos históricos, con todas las encuestas otorgándole una amplia mayoría frente al unionismo y, a tres meses de las elecciones escocesas, todos los sondeos arrojan una amplia victoria del SNP. Sin embargo, la formación de Nicola Sturgeon parece ser su propio peor enemigo.

Y es que la guerra abierta entre la actual ministra principal escocesa y su antecesor, Alex Salmond, está abriendo grietas en una formación heterogénea pero que, bajo la promesa independentista y los grandes resultados electorales de la última década, había sabido mantenerse unida.

De hecho, Salmond y Sturgeon lideraron juntos la formación durante 10 años. Pero la dupla, al menos de puertas afuera, se rompió en 2018, cuando el SNP denunció a la Policía trece delitos de abusos sexuales de Salmond a nueve de sus trabajadoras entre 2008 y 2014, mientras fue el líder de la formación. En marzo de 2020 declararon a Salmond «no culpable». El expremier, que durante su carrera política ya demostró que jugar a la defensiva no es su estilo, pasó a la acción y denunció al que fuera su partido (fue expulsado) por irregularidades en la investigación. De hecho, el SNP asumió los hechos.

Salmond defiende que la acusación contra él la dirigió la propia Sturgeon. Y en ese camino, además de las irregularidades, impulsó una segunda investigación parlamentaria. En este caso para dilucidar si la actual premier escocesa mintió cuando afirmó que se había enterado de las acusaciones contra Salmond en una reunión celebrada entre ambos en su casa de Glasgow. Salmond sostiene que Sturgeon lo sabía de antes. Lo que parece probado es que la actual mandataria no registró aquella reunión en el acta del Gobierno y que está obligada a hacerlo con todas las reuniones gubernamentales. Ella, por contra, defiende que no fue una reunión gubernamental, sino del SNP. Si se probara que sí que lo fue, entonces habría roto el código ministerial. Aunque en estas latitudes suene incluso extraño, esa mentira sería suficiente para obligar a dimitir a la ministra principal escocesa.

El proceso de independencia como telón de fondo

Esta partida a dos se juega a tres bandas. Peter Murrell, marido de Sturgeon y consejero delegado del partido, ha ofrecido versiones contradictorias sobre aquella reunión. Aseguró primero que no estaba en casa cuando se produjo la reunión y que no sabía que Salmond la iba a visitar. En otro testimonio afirmó que sí estaba en casa y que desde el día antes que ya sabía que Salmond iba a visitar a Sturgeon.

Sin embargo, y a pesar del camino que recorrieron juntos, la disputa va más allá de lo personal y ha enfrentado a dos facciones internas del SNP, marcadas por las distintas vías que debe tomar el proceso de independencia de Escocia. La actual dirección, con Sturgeon a la cabeza, se muestra tibia y ha sido acusada en numerosas ocasiones de no presentar alternativas a la negativa de Londres a realizar un nuevo referéndum. Los partidarios de Salmond, por contra, apuestan por buscar alternativas, pese a que por el momento tampoco han tenido recorrido. Hace unas semanas, esta disputa entre facciones se hizo más visible con la destitución de la diputada Joanna Cherry, aliada de Salmond, como portavoz de Justicia de la formación.

El último capítulo de este enfrentamiento se ha producido en las últimas horas. Está previsto que Salmond comparezca mañana en la comisión del Parlamento de Holyrood que estudia si ha habido mala praxis por parte del Gobierno. Su testimonio sobre los hechos ya fue publicado ayer en la página de Holyrood y la Oficina de la Corona pidió que se eliminase parte del contenido. El documento vuelve a estar visible, pero con cambios y, según la ley, lo que no aparezca redactado no podrá ser tenido en cuenta por el comité a la hora de dictar una sentencia.

La oposición unionista es más débil que nunca al norte de las islas. Los beneficios de la unión del Reino Unido están en entredicho, más si cabe tras el Brexit y la gestión de la pandemia, por lo que su única baza es la autodestrucción del SNP. Y en ello están, viendo en la grieta abierta por los dos principales líderes independentistas de los últimos 15 años su única válvula de oxígeno.