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La sombra del narco pone contra las cuerdas al presidente de Honduras

Las acusaciones y los desmentidos vienen de lejos, pero el cerco a Juan Orlando Hernández parece estrecharse después de que la Fiscalía de EEUU calificara a Honduras de «narco-Estado» y señalara al presidente durante el juicio contra un supuesto narcotraficante.

Carteles contra Juan Orlando Hernández en una calle de Tegucigalpa. (Orlando SIERRA / AFP)

El presidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, conocido por el acrónimo JOH, se encuentra contra las cuerdas tras haber sido señalado por la Fiscalía federal de EEUU en el juicio contra un supuesto narcotraficante de su país, en el que un testigo le apuntó directamente por recibir sobornos a cambio de protección y favorecer el tránsito de droga. Los fiscales, que tacharon a Honduras de «narco-Estado», aseguran que el acusado, Geovanny Fuentes Ramírez, se asoció con JOH en 2013, cuando era candidato a la Presidencia, y que juntos planearon enviar «la mayor cantidad posible de cocaína a EEUU». «El acusado fue una parte fundamental de un narco-Estado hondureño», afirman.

JOH, estrecho aliado de EEUU, niega las acusaciones y dice que mantendrá la «alianza internacional antinarcotráfico» hasta el final de su mandato, pero advierte a Washington de que si los narcotraficantes que están siendo juzgados en territorio estadounidense «con la llave mágica de la mentira ganan beneficios de USA por falsos testimonios, la alianza internacional colapsaría con Honduras».

Pero el origen de sus supuestos vínculos con el narcotráfico no es nuevo. Su hermano Juan Antonio «Tony» Hernández, implicado también en el caso de Fuentes, ya fue condenado en octubre de 2019 en EEUU por tráfico de drogas –185 toneladas de cocaína– y armas, y por sus vínculos con el cártel Los Cachiros, que presumía de ser uno de que controlaba las rutas en Honduras. Ya entonces los fiscales consideraron a JOH «co-conspirador» y plantearon que recibió millones del narcotráfico para sus campañas.

Tony Hernández recibirá el 30 de marzo una segunda sentencia que podría ser de cadena perpetua si el tribunal federal que debe emitirla atiende a la petición de la Fiscalía. En su solicitud los fiscales sostuvieron que «el acusado era un congresista hondureño que, junto a su hermano Juan Orlando Hernández, desempeñó un papel de liderazgo en una conspiración de narcotráfico violenta y auspiciada por el Estado». Y añadieron que JOH fue un «co-conspirador» clave de su hermano, al que lo que le diferencia de otros narcos es «la profundidad de su corrupción y su uso de las instituciones hondureñas para facilitar sus crímenes». Durante el juicio, la Fiscalía señaló que Tony Hernández traficó con cocaína durante años, «ayudando al Cártel de Sinaloa a operar como un comité de acción política criminal encubierto» y operando, a su vez, «con total impunidad» gracias a la protección de su hermano JOH, lo cual contribuyó a la «putrefacción» de las instituciones de Honduras.

Sobornos por protección

A ambos hermanos situó el viernes el fiscal Michael Dennis Lockard, durante su alegato final, como socios de Geovanny Fuentes Ramírez dando valor a las declaraciones del principal testigo, el exlíder del cártel hondureño de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, y a dos testigos protegidos, que aseguraron haber sobornado a JOH y a su vicepresidente, Ricardo Álvarez. Uno de los testigos protegidos relató haber presenciado dos encuentros en los que Fuentes entregó «sobornos» en efectivo al ahora presidente durante la campaña de 2013.

Según este testigo protegido, en el primer encuentro JOH –que entonces presidía el Congreso Nacional– propuso que «Fuentes con su narcolaboratorio trabajara para él», y le dio el contacto de su hermano. «El señor Juan Orlando Hernández le dijo que no había que preocuparse por la Justicia ya que tenía al fiscal (general Óscar) Chinchilla para protegerlo y que el trasiego de la droga se haría por medio de transporte militar y policial», señaló. Añadió que Hernández sostuvo que «cuando EEUU se diera cuenta ya habrían modificado las leyes a su favor» para eliminar la extradición, algo que no ha ocurrido.

Fuentes Ramírez montó un negocio para el que buscó el apoyo, según el fiscal, de los hermanos Hernández después de que Los Cachiros le dieran la espalda. Lockard aseguró que Ramírez sobornó a JOH a cambio de protección, tal y como hacían Los Cachiros.

Fabio Lobo, hijo del expresidente de Honduras Porfirio Lobo –del Partido Nacional, el mismo de los Hernández– fue condenado a 24 años de cárcel en Nueva York en 2017 por ayudar a traficar 1,4 toneladas de cocaína a EEUU.

Parece claro que los carteles de la droga usan a Honduras como punto de tránsito hacia EEUU. Su espacio aéreo ha sido el puente necesario y estratégico entre en sur y el norte de América, y se estima que en territorio hondureño han funcionado más de 300 aeropuertos clandestinos para el tráfico de drogas. En los años 80, ya fue utilizado como plataforma por EEUU durante su guerra contra la Nicaragua sandinista y contra la guerrilla en El Salvador. Y desde allí operaban los aviones de la CIA empleados en el escándalo Irán-Contra.

El descrédito del Partido Nacional podría favorecer en las elecciones generales de noviembre de 2021 al opositor Partido Libertad y Refundación (Libre), tras dos citas marcadas por las denuncias de fraude.