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Israel-Palestina, un conflicto que debe solucionarse superando la conculcación de derechos

La mesa redonda sobre Israel y Palestina ha sido la primera de las jornadas sobre resolución de conflictos que están teniendo lugar en la Asamblea Nacional francesa. Los ponentes han destacado que la solución vendrá cuando se garanticen todos los derechos a todos los habitantes.

El moderador Sébastien Nadot, Charles Enderlin, Hagit Ofran y Avraham Burg, en el coloquio organizado por la Asamblea Nacional francesa.

La situación de Palestina y de Israel ha sido el tema del primer debate en el marco de las jornadas sobre resolución de conflictos que están teniendo lugar en la Asamblea Nacional francesa y en la que se atenderá también a Euskal Herria, con la participación de Josu Urrutikoetxea.

En la mesa redonda sobre Palestina e Israel, ha habido una baja de última hora. Se trata de Hanan Ashrawi, miembro del Consejo Ejecutivo de la OLP y jefa de la delegación palestina en las negociaciones que culminaron con los hoy denostados Acuerdos de Oslo.

Ausencia de Hanan Ashrawi

El moderador, el diputado Sébastien Nadot, ha explicado que la baja de Ashrawi se ha comunicado a última hora y ha lamentado no poder contar con ella. De este modo, el coloquio ha estado protagonizado por Avraham Burg, antiguo presidente de la Knesset o Parlamento israelí por el Partido Laborista y que ideológicamente ha evolucionado a posiciones antisionistas; Charles Enderlin, periodista francés que ha sido corresponsal en Jerusalén de la televisión France 2 desde 1981 hasta 2015, cuando se jubiló; y Hagit Ofran, directora de la ONG israelí Peace Now's Settlement Watch.

Enderlin ha señalado que la ausencia de Ashrawi puede interpretarse como un signo de la debilidad de la Autoridad Palestina. Esta debilidad se ha acrecentado en las últimas semanas, cuando Gaza estaba siendo bombardeada y la Autoridad Palestina de Mahmud Abbas ha brillado por su ausencia. Este coloquio ha tenido lugar apenas días después de que este conflicto haya mostrado su cara más amarga.

Burg ha destacado que los tres agentes que protagonizan este conflicto (Israel, el Gobierno de Ramallah y Hamas) se caracterizan por su debilidad por distintas razones, lo que complica que se pueda avanzar hacia una solución. En este sentido, ha subrayado que la base para ir hacia adelante es reconocer que todos los habitantes entre el mar Mediterráneo y el río Jordán tienen derechos que deben ser reconocidos.

Complicado escenario

Enderlin ha mencionado el papel que ha jugado EEUU, con la decisión de Trump de trasladar su embajada a Jerusalén, lo que también supuso el cierre del Consulado en Jerusalén Este. Considera que uno de los retos de la Administración Biden es deshacer este camino. También ha criticado a Abbas, por enrocarse en mantenerse en el poder en Ramallah, neutralizando, por ejemplo, a impulsores de la Iniciativa de Ginebra que buscaban salir del impasse. El escenario menos proclive al diálogo se completa, según el diseño que ha realizado Elderlin, con un Parlamento israelí en el que cada vez tienen más poder las fuerzas de extrema derecha, homófobas y mesiánicas que buscan expulsar a todos los árabes de Palestina. «En el lado israelí, el problema es de carácter democrático», ha señalado. No se ha olvidado de completar el ciclo de elementos que se oponen al diálogo, destacando que «Hamas no es un movimiento de resistencia palestino, sino un movimiento teológico que lucha contra Israel para crear un Estado teocrático musulmán». En este panorama, sí que ha reconocido que hay ONG como las que combaten la colonización o las formados por antiguos soldados que pueden ser una luz para la esperanza.

Precisamente, Hagit Ofran trabaja en una de esas ONG y ha explicado en qué consiste el proceso de judaización de Jerusalén Este, que estos días ha salido al foco mediático por la situación del barrio de Sheikh Jarrah. Ha señalado que el objetivo de Israel es que Jerusalén sea una única ciudad para lo que confisca tierras y casas de palestinos de Jerusalén Este para comenzar la colonización judía. «Cuando una familia palestina es expulsada, siempre es una operación militar», ha constatado. La base jurídica para ello es considerar que antes de 1948 era tierra judía, lo que ha calificado de «ley discriminatoria usada por los colonos para expulsar a los palestinos de sus propios casas».

Ausencia de democracia

Ofran ha destacado que esta no es una cuestión jurídica sino política y que «el problema es la ausencia de democracia, ya que colonización supone un ataque a los derechos humanos». Ha señalado que «para los jóvenes israelíes es duro renunciar a privilegios para dar derechos a los palestinos» y ha subrayado que, pese a que no fue fácil, consiguieron organizar una manifestación en la que participaron israelíes y palestinos desde Silwan, otro de los barrios más afectados por la judaización, hasta la residencia del primer ministro.

Elderlin ha incidido en este punto, subrayando las dificultades que tienen los grupos israelíes que se oponen a la colonización para manifestarse, ya que incluso corren el riesgo de ir a prisión.

Preguntado sobre si es necesario negociar con Hamas, Burg ha matizado que no tiene una respuesta sencilla a esta cuestión, pero ha destacado que para ello sería necesario que previamente hubiera una reconciliación nacional palestina para poder hablar en nombre del conjunto de la sociedad con el interlocutor israelí. Ha añadido que Israel habla con Hamas «todos los días», pero no sobre cuestiones dirigidas a encontrar una solución del conflicto. A su juicio, debe ser una resolución entre dos democracias que respeten todos los derechos, algo que todavía no se da.