INFO
Entrevista
Alain Lamassoure
Ex diputado-alcalde de Angelu y eurodiputado

«La decisión del Consejo Constitucional, sin sorprenderme, me ha causado tristeza y enfado»

Antiguo diputado-alcalde de Angelu por la extinta UDF, y coautor, junto a Jacques Toubon (RPR), del artículo 2 de la Constitución, utilizado ahora como argumento por el Consejo Constitucional francés para cuestionar el sistema inmersivo, Alain Lamassoure apela al «sentido original» de ese texto.

Alain Lamassoure era secretario general de la UDF cuando se fijó el francés como lengua de la República en la Constitución. (Gaizka IROZ)

Antiguo diputado-alcalde de Angelu y europarlamentario, el veterano político conservador Alain Lamassoure augura, en esta entrevista concedida a Mediabask, que el presidente francés, Emmanuel Macron, no permanecerá impasible tras la decisión del Consejo Constitucional sobre la llamada «Ley Molac».

¿Cuál es su punto de vista con respecto a la decisión del Consejo Constitucional, en particular sobre el artículo que afecta al sistema inmersivo?

Lamento enormemente esa decisión que deja entrever un mal conocimiento de la situación de las regiones donde se practica este tipo de enseñanza y también un desconocimiento de la intención del legislador-constituyente de 1992. La introducción del que se convertiría en el artículo 2 de la Constitución no tenía en absoluto el sentido de limitar el uso o la enseñanza de las lenguas regionales en Francia.

¿Cuál era su sentido?

Hay que situarse en contexto. Estamos en 1992, se acababa de adoptar un tratado de gran importancia para la construcción europea. En ese época gobierna la izquierda y a la derecha la UDF de la que fui portavoz, y el RPR, formación de la que Alain Juppé fue secretario general y Jacques Toubon portavoz, somos favorables al tratado pero ese texto contiene disposiciones contrarias a la Constitución francesa, en especial en relación a la moneda única. Por lo tanto había que reformar la Constitution lo que exigía bien un referéndum, bien un voto por mayoría cualificada de dos tercios de la Asamblea Nacional y del Senado. Junto a Jacques Toubon abrimos la reflexión sobre qué disposiciones podrían contar con el apoyo de nuestros electores, a sabiendas de que en esa época en la derecha había una franja bastante reticente a la construcción europea.

¿Qué es lo que hicieron?

Quisimos demostrar que la construcción europea era una construcción original, que el objetivo final no era sustituir al Estado francés por un super Estado europeo, y que cada Estado conservaría su identidad, su sistema de Educación, su cultura, una parte de su soberanía, y claro está su lengua. Por eso sugerimos esa enmienda relativa a la lengua francesa, para dar seguridad a nuestros electores sobre la preservación de la identidad francesa y para defender la utilización del francés en las instituciones europeas y a escala internacional.

Naturalmente, pensamos en las lenguas regionales, tanto yo mismo como, por su parte, también François Bayrou. Con un cierto número de diputados, enseguida calibramos el riesgo que podría derivarse de una mala interpretación de esas disposiciones, por lo que, cuando defendimos esa enmienda constitucional, los portavoces de todos los grupos citados especificamos que el objetivo era reafirmar que la construcción europea no ponía en cuestión la identidad francesa, que se trataba más bien de reforzar la posición de Francia frente al inglés, y que en ningún caso ello debía causar perjuicio a la enseñanza y uso de las lenguas regionales. Por eso esa decisión del Consejo Constitucional, aunque no me ha sorprendido, me ha causado tristeza y enfado.

¿Por qué hace usted esa afirmación?

Lo que nos hizo daño desde el principio es que algunos de nuestros colegas quisieran ir más lejos y que presentaran enmiendas para introducir el reconocimiento de las lenguas regionales. Sabíamos que no contábamos con mayoría para ganar. Eso jurídicamente es un desastre porque cuando hay un litigio de interpretación el juez se remite a los trabajos preparatorios, a los debates. Y la idea de que pueda existir otra lengua se convierte en una agresión contra la identidad francesa.

Cuando usted va a otras regiones verá cómo las identidades regionales desaparecen. Cada uno siente apego hacia sus monumentos, pero no hacia su lengua

¿Considera usted que ha habido una evolución en la interpretación entre 1992, cuando se introduce el cambio, y en 2021, a la vista del fallo del Consejo Constitucional? ¿Hay una evolución en Francia durante ese periodo?

Por desgracia, mientras ha habido una evolución favorable en nuestro ámbito cercano en el resto de Francia se ha mantenido ese modo de ver las cosas. Cuando usted va a otras regiones verá cómo las identidades regionales desaparecen. Tienen un carácter folclórico. Cada uno siente apego hacia sus monumentos, pero no hacia su lengua. La idea de que puede haber otra lengua se ve como una curiosidad y, de golpe, hay quien ve eso como una agresión a la identidad francesa. De hecho, si he entendido bien, el recurso al Consejo Constitucional ha emanado de la mayoría en el gobierno mientras que el presidente de la República era favorable a la Ley Molac.

¿Está seguro de ello? El presidente Emmanuel Macron dejó hacer a sus diputados retrasando la promulgación de la ley hasta el límite de plazo.

No le revelaré mis fuentes pero tengo buenas razones para pensar que (el presidente) era hostil al recurso y que tiene la intención de adoptar iniciativas para intentar sortear las dificultades.

¿No es ya demasiado tarde?

La Constitución se puede modificar cuando se quiera. No se si será eso lo que hará, pero tengo buenas razones para pensar que el presidente no está para nada satisfecho con lo ocurrido y que no tiene intención de quedarse en esta situación.

Creo que hay que dejar el artículo 2 como está. El de las lenguas regionales es un fenómeno muy limitado en Francia

Hay quien cree que para justificar el rechazo a la inmersión lingüística se ha hecho una amalgama de los problemas del Estado, con esa franja de la sociedad a la que se tacha de «comunitarista».

Habría que preguntar a los jueces pero es cierto que existe el problema que se plantea en algunos barrios con la enseñanza de lenguas extranjeras en ciertas familias que querrían que se enseñe la lengua de sus padres, lo que no me choca. Pero ahí nos enfrentamos con una problemática absolutamente diferente que nada tiene que ver con el vasco o el bretón. Esa percepción de la cuestión en el resto de Francia puede haberse complicado por ese fenómeno de lenguas extranjeras, en particular del árabe y el turco.

¿Es una solución modificar el artículo 2 de la Constitución?

La desaconsejo. Creo que hay que dejar el artículo 2 como está. El de las lenguas regionales es un fenómeno muy limitado en Francia. De los 67 millones de franceses ¿a cuántas personas afecta? Es una cuestión marginal. El artículo 2 es uno de los primeros artículos, pero luego se introdujo el artículo 75 ( consagra las lenguas minoritarias como patrimonio de Francia). Ese es el que hay que reforzar.

En todo caso, creo que debemos tener la sabiduría, una vez superada esa rabia que comparto, de hacer pedagogía. El presidente de la República ha lanzado un gran debate europeo el 9 de mayo coincidiendo con el Día de Europa. Creo que necesitamos dar se debate en Francia. ¿Que es lo que esperamos de nuestra comunidad francesa? Tendremos la oportunidad de abordar ese debate el año próximo, durante la campaña a las elecciones legislativas y presidenciales.