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¿Cuándo y a dónde volveremos a escaparnos de vacaciones?

La vacunación permite recuperar parte de la vida como era antes o, cuanto menos, soñar que pronto será así. En estas fechas, cuando no había covid, la cabeza estaba puesta en las vacaciones.

Monumentos emblemáticos de distintos puntos del planeta. (GETTY IMAGES)

Las agencias de viajes no perciben todas las posibilidades vacacionales. Captan mejor el sol y la playa que el turismo rural de interior, por ejemplo. Tampoco son capaces de ver si la gente acaba pasando las vacaciones, otro año más, en su pueblo. Sin embargo, sí pueden dar pistas sobre cómo será este año, qué tipo de gente ha empezado a pasarse de nuevo por sus oficinas y qué es lo que más se demanda en un año que sigue siendo excepcional.

Roberto Robles, de la agencia Ibiltari, cree que la recuperación del sector no ha llegado. Recuperar la normalidad necesita más tiempo. «Los bares, el día que abren, vuelven a facturar. A nosotros nos costará. Además, el confinamiento del año pasado cayó justo antes de la Semana Santa. Tuvimos que echar para atrás el grueso de las ventas de los tres meses anteriores para la Semana Santa. Lo que para otros ha sido un año, a nosotros nos ha supuesto dos».

Los primeros clientes que vuelven a tocar la puerta de Ibiltari son «los que quieren salir inmediatamente». Los que no tienen tanta prisa «se lo piensan», explica. El destino, para la inmensa mayoría, está dentro de las fronteras del Estado español.

Hay países que siguen muertos para el turismo este año... y puede que para largo. «Países clásicos de África van a desaparecer de la oferta. Por mucho que vayas con tus certificados, mientras no haya vacunas en todo el mundo, no van a funcionar».

«Los viajes al extranjero están muy parados por la incertidumbre. El que planea irse de vacaciones se pregunta si le pedirán PCR o no, si valdrá con estar vacunado, si el certificado valdrá en el destino y, sobre todo, la cuarentena. La situación es, además, muy cambiante. Esto desanima totalmente», comenta Robles.

En Ibiltari uno de los destinos que más acostumbrados están a manejar –y por los que se les conoce– es Cuba. «A nivel epidemiológico, la isla va muy bien y las vacunas están muy avanzadas. Pero falta la validación de sus vacunas en terceros países. La UE debe entender y validar que son tan eficaces como las que usan aquí. Ahí entra la política», comenta Robles. «Ahora mismo, Cuba exige una cuarentena al llegar y esto un viajero no lo asume», remata el dueño de Ibiltari.

En la agencia temen que el modelo turístico acabe siendo «un calco del año anterior», donde «quienes los tengan» se decantarán por la segunda residencia y el pueblo. Pero se trata de una sensación, no una certidumbre.

Existe, por otro lado, una nueva realidad: la de las personas que no han visto mermados sus ingresos durante la pandemia y no han podido gastar tanto debido a las restricciones, por lo que, ahora que por fin pueden, están en condiciones de gastar más en vacaciones. Aun así, Robles no cree que usar las vacaciones para este año vaya a ser algo automático. Algunos sí lo harán, pero otros esperarán tiempos mejores.

Será un año con precios competitivos, aventura el dueño de Ibiltari, si bien no necesariamente de gangas. «No todo está abierto. Grandes cadenas siguen con ERTE y no están ofreciendo todas las plazas. Lo mismo pasa con los aviones. No hay tantos vuelos. Para América Latina, Iberia ha recortado mucho y ahora llegar a destino requiere transbordo en Panamá», explica.

La seguridad, algo indispensable

La cooperativa Eroski Bidaiak es la mayor agencia de toda Euskal Herria. En 2019 movieron más de 200 millones de euros, pero el año pasado su facturación cayó un 90%. Las oficinas bajaron sus persianas y los agentes de viajes fueron recolocados reponiendo o en los cajeros de los supermercados. Sergio Gómez, director comercial de Eroski Bidaiak, comenta que las oficinas están reabriendo paulatinamente desde el 9 de mayo. Tienen un total de 130 y actualmente están activas 90 de ellas.

«Cada semana estamos duplicando las reservas. La gente tiene muchas ganas de viajar, de descansar, de desconectar...», explica Gómez. Ahora bien, los productos que están vendiendo tienen ahora un plus de seguridad. La gente no se fía del todo y pide poder recuperar el dinero por si acaso la pandemia se vuelve a torcer.

«Quieren viajar y reservar de manera segura y flexible, porque nos ha pasado de todo en este tiempo. La fórmula que hemos buscado es dejarle reservar casi sin poner nada. Con 50 euros de fianza tienes cualquier reserva y anulación hasta 24-48 horas antes. No hay gastos salvo eso. Así sí se van animando. Reservamos viajes de 2.000 euros con 50 de fianza», confiesa.

Los primeros en acercarse a los locales de Eroski buscan, además de la seguridad de la devolución del dinero, la tranquilidad de destinos conocidos. «Quieren dentro del Estado y Portugal: Península e islas. Son destinos que siempre son muy demandados y deseados por ser conocidos. Dentro del Estado, el número uno se lo lleva Andalucía. Hay que tener en cuenta que Andalucía es enorme. Este año se buscan playas largas, quizá por la distancia entre toallas. Sale mucho viaje a Huelva, a Málaga, a Cádiz... los clásicos».

Hay un tercer elemento que está notando Eroski Bidaiak. Este año tiran más los apartahoteles, el turismo rural y el alquiler de villas. La conclusión que extraen es que gente no está dispuesta a relacionarse como antes y quiere un poco más de aislamiento. No habrá codazos por el bufé.

El director de Eroski Bidaiak afirma que la gente se va animando a medida que van recibiendo la vacuna. «Hay gente que se ha marchado ya. El mismo día 10 de mayo había viajeros saliendo de casa con la maleta». Según su experiencia, sus clientes se informan y mantienen contacto con el agente por whatsapp y otros canales que otros años no se empleaban apenas. Luego, «en cuanto les vacunan, confirman».

Gómez cree que, pese a que la gente va a salir menos de la Península, este sí va a ser buen año en cuanto a precios, pues pesará más la falta de turista extranjero que lo que puede llegar de aumento de viajeros con DNI español. «Las costas, que están siendo muy demandadas, viven más del turismo extranjero que de la gente de aquí, por lo que van a tener que bajar precios para llenar. Las grandes cadenas quieren llenar, porque necesitan de una forma u otra poner de nuevo en marcha la rueda. Es lo que queremos todos».

El citado efecto de la vacunación desdibuja un poco la capacidad de las agencias para adivinar en qué mes se viajará más. Los que han acudido hasta ahora son gente mayor ya vacunada. De los que se han acercado –explica Gómez–, perfiles de cliente que viajaban en julio o agosto han adelantado sus vacaciones a junio.

En cuanto a los que están reservando vacaciones para más tarde, a partir de setiembre, por de pronto están siendo los «viajeros de larga temporada». Por esa denominación se conoce a personas del entorno de los 70 años que aprovechan a viajar todo lo que pueden.

En lo que respecta a viajes dentro de la UE, pese a los avances para abrir fronteras de forma acompasada y que varios estados ya están con la prueba piloto del «pasaporte covid», el responsable de Eroski confirma que están saliendo poco. Y, lógicamente, no será el año de la larga distancia. Hay circuitos «seguros» en grandes macrohoteles de México y República Dominicana, pero la demanda es muy baja.

Poco en la UE, nada en lo exótico

En Banoa Bidaiak organizan estos viajes que suelen llamarse alternativos, aunque quizá el adjetivo no encaje bien. Son viajes largos, de tres o cuatro semanas, a destinos como el Congo, el Perú recóndito fuera del circuito oficial, Banuatu, Camerún... «Hay mucha confusión con las normativas de entrada. La pandemia marcha a diferentes velocidades en el mundo. En algunos países sí te dejan entrar, pero en otros ni aun estando vacunado puedes pasar. Estamos pendientes de eso», comenta Jon Lazkano. La persiana de Banoa sigue por eso todavía bajada, aunque confían en poder subirla para las Navidades.

«Todo es un mar normativo. Que te dejen entrar y salir sin cuarentenas no basta, porque la gente quiere ver el país en condiciones. No sirve de nada entrar si luego no te puedes mover», prosigue.

Para este tipo de agencias la situación ha sido diabólica. «Nos encerraron y tuvimos que devolver el dinero a los clientes, pues estos viajes se trabajan con mucha antelación, pero nuestros proveedores en los países de destino no nos devolvieron todo. Fue por un lado y por el otro. Ha sido muy complicado de gestionar», confiesa.

Los países donde es posible hacer este tipo de viaje y están bien epidemiológicamente, como Australia, son muy estrictos con la entrada. «En Oceanía la situación es buena porque son islas y solo se llega en avión, pero lo que se discute ahí ahora es si dejarán entrar a alguien en 2022. África está mal, pero Oriente no es alternativa».

Con todo, en Banoa Bidaiak confían en que todos esos viajes que no hemos podido hacer se conviertan en uno de esos grandes viajes mañana. Sin duda, después de todo este tiempo, lo merecemos.