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El avance talibán en Afganistán y la retirada de las tropas de EEUU inquietan a Teherán y Moscú

Los talibanes controlan ya buena parte de las rutas fronterizas del norte y el oeste de Afganistán, por lo que la situación es vigilada de cerca por sus vecinos de Irán y Asia Central, así como por Rusia. El control que ejercían las tropas de EEUU está siendo sustituido por los insurgentes.

Los negociadores talibanes Abdul Latif Mansoor (izq.) y Shahabuddin Delawar (der.), este viernes, en una conferencia de prensa en Moscú. (Dimitar DILKOFF | AFP)

Los talibanes han tomado este viernes el control de dos ciudades fronterizas que conectan la actividad comercial de Afganistán con sus vecinos Irán y Turkmenistán, una captura que coincide con el anuncio de Joe Biden de que la retirada de tropas internacionales finalizará el 31 de agosto.

La toma de estas ciudades, situadas en la provincia occidental de Herat, es el último desarrollo en la ofensiva insurgente, que ha capturado al menos 110 de los 407 distritos del país desde que las tropas estadounidenses comenzaron la retirada final de Afganistán el pasado 1 de mayo.

Shahabuddin Delawar, líder de una delegación talibán que ha visitado Moscú este viernes, ha afirmado que mantendrán «abiertas y funcionales» todas las fronteras en su poder.

Durante una rueda de prensa, Delawar se ha jactado de que el movimiento talibán controla ya «el 85% del territorio de Afganistán».

Importantes ciudades fronterizas

La noche del jueves, los talibanes entraron en la ciudad de Islam Qala, fronteriza con Irán, y en Turghundi, limítrofe con Turkmenistán, según confirmó el jefe de la Cámara de Comercio e Inversiones de Herat (ACCI), Younus Qazizada.

La misma fuente señaló que los bienes de los comerciantes estaban a salvo y no fueron saqueados ni dañados, y agregó que la actividad aduanera se ha paralizado hasta que los talibanes permitan reanudar el trabajo.

Estas dos urbes se encuentran entre las principales rutas de tránsito y aduanas de Afganistán y generan fuertes ingresos a las arcas del Gobierno de Kabul.

Los insurgentes se han centrado en capturar distritos y rutas comerciales, aunque el pasado miércoles también invadieron temporalmente la ciudad de Qala-e-Naw, capital de la provincia occidental de Badghis.

El portavoz del Ministerio de Finanzas, Rafi Tabi, ha idicado que en los talibanes también han capturado cuatro rutas fronterizas con Turkmenistán, Tayikistán y Pakistán, además de otras zonas aduaneras de segundo y tercer nivel.

Precisamente, Moscú ha alertado de un aumento de la tensión en la zona fronteriza entre Afganistán y Tayikistán, dos tercios de la cual se encuentran ahora bajo control insurgente.

Quebradero de cabeza para Moscú

La salida de las tropas de EEUU y sus aliados de la OTAN de Afganistán y el avance de los talibán en el norte del país, amenaza con convertirse en un dolor de cabeza para Rusia ante un posible éxodo de refugiados hacia las exrepúblicas soviéticas limítrofes y la infiltración de grupos armados en su zona de influencia en Asia Central.

«Los intereses y objetivos de Moscú en Afganistán se reducen a prevenir una guerra civil feroz y prolongada», ha señalado a Efe Ivan Safranchuk, analista del Centro de Estudios de Asia Central y Afganistán.

«Porque esto supondría también problemas para los vecinos de Afganistán –ha añadido–, y algunos son aliados de Rusia en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)», una alianza postsoviética liderada por Moscú.

Según el Kremlin, los talibanes controlan cerca de dos tercios de la frontera con Tayikistán tras su avance en los últimos días en el norte de Afganistán, donde Moscú ha denunciado además una concentración de combatientes del Estado Islámico (EI).

A Moscú le preocupan los problemas que puedan surgir por un posible éxodo de refugiados, que conllevaría una «amenaza terrorista encubierta» porque entre ellos puede haber antiguos yihadistas originarios de la repúblicas del Cáucaso Norte, Tatarstán o Baskortostán.

En los últimos días, más de 1.500 militares afganos han huido de los talibanes y se han refugiado en Tayikistán, que comparte una frontera de 1.344 kilómetros con Afganistán.

El mandatario tayiko, Emomali Rajmon, en el poder desde 1992, ha ordenado la movilización de 20.000 reservistas con el propósito de reforzar la defensa de la frontera y ha pedido ayuda a la OTSC.

Teherán refuerza la vigilancia en la frontera

Mientras tanto, las Fuerzas Armadas de Irán han asegurado este viernes que están vigilando «los más mínimos movimientos» en su frontera con Afganistán después de que los talibanes se hicieran con el control de Islam Qala.

«Las fronteras suroriental y oriental del país están bajo vigilancia las 24 horas del día y son completamente seguras», ha destacado el subcomandante de operaciones de la Fuerza Terrestre del Ejército, Farhad Arianfar, durante una visita sobre el terreno.

Arianfar advirtió de que sus fuerzas no permitirán «ninguna operación de contrabando o entrada ilegal a través de esas fronteras».

Los nuevos acontecimientos se producen después de que el jueves concluyeran en Teherán unas conversaciones entre representantes del Gobierno afgano y de los talibanes, que coincidieron en subrayar que «la guerra no es la solución a la crisis de Afganistán».

La declaración conjunta publicada al término de las reuniones estipula que «ambas partes están de acuerdo en que la continuación de la guerra civil es peligrosa» y que «los esfuerzos deben dirigirse hacia una solución política y pacífica», aunque la situación sobre el terreno muestra otra realidad.

Irán ha recibido en su territorio en los últimos años tanto a delegaciones de los talibanes como del Gobierno afgano, defendiendo que todos los grupos políticos deben estar integrados en una futura administración para alcanzar la paz.