Las generaciones doradas de España y Argentina, a un paso de echar el telón
Argentina se coló como tercero con un solo triunfo y se cruza con una Australia invicta y con un Patty Mills enrachado, dispuesto a compensar la ausencia de Aaron Baynes. La selección española busca su primera victoria olímpica sobre el combinado de Estados Unidos.
Todo lo bueno se acaba, y las generaciones doradas de basket masculino de España y Argentina están a un paso de echar el telón en los cuartos de final de estos Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Sus respectivos cruces ante los Estados Unidos y Australia, siendo realistas, los ubican con la condición de víctima.
Ha sido duro de ver la selección de Argentina en la primera fase. A pesar de ir en clara línea ascendente y derrotar sin problemas a Japón, no ha podido colarse en los cruces sino como mejor tercer clasificado. Sí, la albiceleste es peligrosa siempre en los cruces a un solo partido y Australia, con la baja de Aaron Baynes, ha perdido su principal bastión interior. Por ende, los del «Oveja» Hernández tendrán una opción de ver dilatada la andadura de Luis Scola en el torneo olímpico.
Australia partirá con toda la presión y eso es algo que los «Boomers» no suelen negociar del todo bien. Siendo esta además la última de las eliminatorias de cuartos, el conjunto oceánico estará ansioso por saltar a la cancha y finiquitar sus propias dudas y echarle el cerrojo a la generación dorada de Argentina.
Si los sudamericanos ganaron solo un partido y ofreciendo una inusual imagen de intermitencia y fragilidad, es misión de la selección criolla de encontrarse. Campazzo y Deck han jugado a un nivel lejano al exhibido a lo largo del año; Scola y Delía forman un dúo interior apañado, pero no se le puede pedir milagros y un jugador tan peculiar como Nico Laprovittola, pese a su exhibición ante España, no pueden ser el líder ante un equipo con gente como Patty Mills, Dellavedova o Dante Exum en su plantilla. Así las cosas, será el momento en el que Luca Vildoza muestre su verdadero talento de una buena vez, luego de haber rozado la intrascendencia en este torneo, tal vez fruto de la inactividad al marcharse de Gasteiz y Nueva York, pero sin opción de debutar todavía con los Knicks.
Australia ha pasado inmaculado a los cruces y promediando 86,3 puntos. Lástima de la lesión de Baynes y de la retirada de Bogut, lo cual ha dejado solo ante el peligro a un falso pívot como Landale, con Nick Kay y Reath teniendo que echarle una mano.
Para su consuelo, Patty Mills, erigido más en ejecutor que en director, está que se sale. Promedia en esta primera fase 21,7 puntos y 5,7 asistencias, lo cual supone un foco de anotación que como dé lugar tendrá que frenar la albiceleste. El propio Landale, pese a su cambio de asignación dadas las circunstancias, está siendo uno de los lugartenientes de Mills, por lo que el acceso a semifinales es algo que está perfectamente al alcance de los entrenados por Sandy Brondello.
Un obstáculo insalvable
La mejor generación del baloncesto español solo superó a los Estados Unidos en el Mundial de 2002, en el partido por el quinto puesto y los dos oros mundiales hispanos llegaron después de que, respectivamente, Grecia y Francia apartaran del camino a los estadounidenses.
Cierto que salvo la paliza de aquel 82-119 de la primera fase de Beijing 2008, los partidos de los Juegos Olímpicos entre españoles y norteamericanos han sido muy reñidos, pero los cuatro que se han disputado con Pau Gasol en danza –los cuartos de final de Atenas 2004, las semifinales de Río 2016 y las recordadas finales de Beijing 2008 y Londres 2012– siempre han caído del lado de las barras y las estrellas.
Por eso, y porque tras el bofetón ante Francia los de Gregg Popovich han ido afinando ante Irán y la República Checa –aunque hasta el tercer asalto los checos aguantaron bien–, la derrota frente a Eslovenia dolió como un punzón en el alma para el combinado hispano.
Dolió porque la derrota sobrevino a pesar de limitar el impacto anotador de Doncic –pero sumó 14 rebotes y 9 asistencias, sin obcecarse en el tiro, y elevando su cuenta a 16-0 en sus partidos oficiales con el combinado balcánico–, pero por otro lado en el lado hispano se vieron los costurones de un una fraternidad Gasol en horas muy bajas. La forma física de Marc está muy castigada y con eso apenas si le da para defender y cerrar el rebote; Pau, con Willy Hernangómez erigido en ala-pívot de circunstancias –la ausencia de Juancho Hernangómez y la bisoñez de Usman Garuba están pasando factura–, se ha convertido en el «plato favorito» de los ataques rivales, que obligan al gigante de Sant Boi a moverse, algo que, a sus 41 años y pese a su innegable talento, le está costando disgustos a los de Sergio Scariolo.
«Siempre los hemos tuteado y siempre han sido partidos reñidos», ha declarado Sergio Scariolo en la previa, a lo que Pau Gasol ha añadido que «este partido es una oportunidad única y especial que tenemos que ir a por ella y afrontarla con el máximo de confianza y determinación posible». Tan única como que es la última.
Doncic y los outsiders
Eslovenia contra Alemania parece tal vez el cruce de cuartos más sencillo, ya que Alemania ha accedido como tercer clasificado, con una sola victoria ante Nigeria, y gracias a las palizas que ha ido recibiendo la República Checa. En teoría, la selección balcánica es la favorita indiscutible, con un Luka Doncic a tan gran nivel, y unos secundarios perfectamente engrasados como Mike Tobey, Cancar o Prepelic.
Eso sí, hay que recordar que la selección alemana sabe lo que es ir sobreviviendo desde el Preolímpico, en el que tuvo que dejar en la cuneta a Croacia y Brasil, jugando siempre sin varias de sus estrellas. Así las cosas, el combinado teutón jugará sin presión ante un rival al que todo el mundo ve en la finalísima, al punto que hasta los medios especializados de los Estados Unidos han fruncido el entrecejo diciendo que a Doncic le ha tocado el camino «fácil» en comparación a los Estados Unidos.
El duelo entre Francia e Italia es el otro gran plato fuerte del día. Un duelo de outsiders sin nada que perder, pero como es el caso del cuadro galo, capaz de ganar a los Estados Unidos en la jornada inaugural y en el caso de Italia, después de apear a Serbia en el Preolímpico, está siendo uno de los animadores del evento, con el baskonista Fontecchio y el joven Nico Mannion erigidos en esa nueva ola regeneradora.
Australia se salva
Las «Opals» de Australia debían ganar por 24 puntos ante Puerto Rico para que la selección australiana femenina no quedara apeada en primera ronda. Por fortuna para el combinado oceánico, el 96-69 final ha supuesto su tabla de salvación en perjuicio de Canadá, que por tres puntos de basket average ha quedado fuera de combate.
A falta de la estrella Cambage, la pívot Marianna Tolo se ha ido a los 26 puntos y 17 rebotes ante el combinado boricua, por 19 de Cayla George.
Puerto Rico, con una vieja conocida como la ex de Gernika Jazmon Gwathney firmando 26 puntos y 6 rebotes, ha aguantado hasta el descanso, al que se ha llegado con un alarmante 45-44 para Australia. La reacción de las «Opals» ha llegado tras el receso, un parcial de 51-25 que ha dejado las cosas en su sitio.
No es que el sorteo posterior de cuartos haya beneficiado mucho a las «Opals», ya que después de tanto sufrimiento se las verán con unos Estados Unidos que han jugado con el freno de mano echado en esta primera fase.
Las norteamericanas han batido a Francia por 82-93. A'ja Wilson (22 puntos y 7 rebotes) y Breanna Stewart (17 y 7) han liderado a sus compañeras para ir a cuartos de final con pleno de victorias.
Las francesas, empero, han dado guerra casi hasta el final, al punto de que han ido en cabeza casi hasta el descanso y solo han perdido comba en los minutos finales.
El sorteo para la selección «bleu» tampoco es el más halagüeño, ya que deberán jugar contra la selección española, un rival que ha pasado pleno de victorias y que cuenta con Alba Torrens y Astou Ndour en buena forma, más un surtido de secundarias que han elevado su nivel respecto al Eurobasket Femenino de junio.
Japón, por su parte, se las verá con Bélgica, después de que las europeas hayan sido sorprendidas por una China que ha ganado por 74-62 y ya es un candidato más que serio a jugar las semifinales. Si las belgas deberán recuperarse ante Japón, las chinas tendrán un hueso muy duro de roer como es Serbia, flamante campeona de Europa, pero que en esta primera fase lo ha pasado mal para colarse en cuartos de final.
Hablando de generaciones que terminan, en el bando serbio puede ser el último partido de Sonja Vasic, que a sus 32 años, las rodillas maltrechas y deseos de empezar otra vida como puede ser la maternidad, se retira.