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Duelo actoral entre Liam Neeson e hijo

GB-Italia. 2020. 95’ Tit. Orig.: ‘Made in Italy’. Dtor. y guion: James D’Arcy. Prod.: Pippa Cross y Sam Tipper-Hale. Int.: Liam Neeson, Micheál Richardson, Valeria Bilello, Lindsay Duncan, Yolanda Kettle, Flaminia Cinque, Marco Quaglia, Gian Marco Tavani.

Liam Neeson actúa en la película con su hijo Micheál Richardson. (NAIZ)
Liam Neeson actúa en la película con su hijo Micheál Richardson. (NAIZ)

Por lo que cuentan en las entrevistas promocionales, a Liam Neeson y su hijo Micheál Richardson rodar juntos en Italia les ha servido para unirse más. También la película les ha removido muchos sentimientos, porque además de interpretar una relación paternofilial como la que mantienen en la vida real, la historia se parece bastante a la suya, ya que está marcada por la perdida de la esposa y madre. Se da la circunstancia de que Micheál ha escogido el nombre artístico de su madre Natasha Richardson, en honor a ella, pues la actriz británica falleció en un fatal accidente esquiando en la nieve. Y la madre de ficción pierde la vida en un percance automovilístico. Así lo ha querido James D’Arcy, quien escribe y dirige su primer largometraje, tras una extensa carrera como actor, haciéndose conocido aquí por ser el protagonista de la película de Koldo Serra ‘Gernika’ (2016), y también está de actualidad estos días por su participación en la serie televisiva ‘Leonardo’.

La casa del título, aparte de servir para sumarse a la moda de películas ambientadas en esa parte de Italia tan turística, es un poco el macguffin o excusa argumental que permite el reencuentro entre padre e hijo, distanciados a causa del duelo que ha dejado a Robert (Liam Neeson) viudo y a Jack (Micheál Richardson) huérfano. Ese inmueble es lo que les queda en común, como herencia y recuerdo de sus felices veranos en familia. La fallecida era nativa del lugar, y vender la propiedad sería tanto como enterrar su recuerdo y verdaderos orígenes.

Padre e hijo trabajaran juntos en la restauración de la vivienda, pues Robert como artista que es está acostumbrado a pintar en sus paredes. Con la ayuda de la dueña de un restaurante local y la agente inmobiliaria que les anima a dejarla como nueva, conseguirán revalorizarla, pero encontrando una solución para que siga siendo suya.

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