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El rechazo expreso a vacunarse es solo del 1% según el viceconsejero Quintas

El viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, ha restado importancia este viernes al rechazo a vacunación, un debate que sitúa más en los medios que en las esferas técnico-políticas. Ha cifrado esa negativa expresa en torno a un 1% de la población.

Manifestación contraria a la estrategia sanitaria contra el covid, en julio en Donostia. (Jagoba MANTEROLA | FOKU)

Un día después de que el Gobierno de Lakua y las diputaciones abordaran –y descartaran por el momento– la vacunación obligatoria a personal sociosanitario, el viceconsejero de Salud, José Luis Quintas, ha quitado peso a este debate, asegurando que la negativa expresa a inmunizarse entre la población generla se sitúa en torno al 1%.

Otra cosa es, ha dicho en Radio Euskadi, que muchos sectores se muestren reticentes a coger cita para vacunación, argumentando motivos vacacionales o simplemente optando por dilatar los plazos.

De hecho, Quintas ha asegurado que esta semana hay más vacantes todavía de las comunicadas a finales de la pasada semana, cuando su número se fijó en torno a 55.000 en el conjunto de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa.

Para el número dos del departamento que lidera Gotzone Sagardui, el debate sobre la vacunación obligatoria es más mediático que otra cosa, puesto que ve perfectamente posible llegar a la inmunidad de grupo con las personas ya vacunadas y las pendientes pero dispuestas a hacerlo.

Dos novedades: ya infectados y menores de 12

En la entrevista, el viceconsejero ha aportado una novedad: «Ya no va a ser necesario esperar seis meses a vacunarse cuando una persona se infecta de covid, este periodo se acorta a dos meses», ha informado.

Por lo que respecta a la situación producida al vacunarse irregularmente a menores de 12 años, y que ha llevado a Osakidetza a paralizarlo este jueves, José Luis Quintas ha alegado que «no se les llamó, se les abrió la agenda», recordando que el proceso de vacunación se está articulando desde el principio por años completos. Es decir, se abrió la posibilidad de coger cita a todos los nacidos en 2009, sin reparar en que en cada momento habría niños que ya tenían 12 años pero otros que no los habían cumplido, contraviniendo así las fichas técnicas de las farmacéuticas.

Así las cosas, se han mantenido las citas de agosto pero se han suspendido las posteriores y esos niños y niñas no serán vacunados hasta que cumplan 12 años. Ello hace que las dos dosis puedan acabar distanciándose más de lo debido en quienes ya han recibido la primera y no están próximos a su cumpleaños. En la entrevista Quintas no ha expuesto solución a este asunto.