Presentan una querella contra Martín Villa por la muerte de un joven en una protesta en 1976
Un hermano de Ángel Almazán, fallecido durante una manifestación en diciembre de 1976, ha presentado una querella contra el entonces ministro español de Gobernación, Rodolfo Martín Villa, y contra cuatro policías a los que acusa de delitos de lesa humanidad y homicidio.
Javier Almazán, hermano de Ángel, fallecido durante una manifestación en diciembre de 1976, ha presentado una querella contra el entonces ministro español de Gobernación, Rodolfo Martín Villa, respaldado por la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella Argentina contra los Crímenes del Franquismo (CEAQUA). Lo ha hecho este miércoles en los juzgados madrileños de Plaza de Castilla.
La querella va dirigida contra el entonces ministro, que ya tiene abierta una causa en Argentina por delitos de lesa humanidad en la que se le responsabiliza de la muerte de doce personas por disparos de las fuerzas de seguridad, y contra tres agentes y un capitán de la Policía armada, a los que responsabiliza directamente de la paliza que causó la muerte al joven.
«A mi hermano le pegaron una paliza que lo mató. Es la conclusión a la que hemos llegado a pesar de todos los obstáculos e impedimentos que nos han puesto para aclarar la situación», ha denunciado el hermano del fallecido en la puerta de los juzgados momentos antes de presentar la querella.
Los hechos ocurrieron durante la concentración celebrada en Madrid el 15 de diciembre de 1976 en la que los manifestantes, convocados por el Partido del Trabajo de España, pedían la abstención de los ciudadanos en el referéndum sobre el Proyecto de Ley para la Reforma Política.
En ella, según ha explicado la abogada del hermano, Ángeles López, la Policía tenía instrucciones de que fuese reprimida con violencia.
La abogada ha detallado que Ángel Almazán recibió, «como indica la autopsia», varios golpes por todo el cuerpo por parte de los policías y que, después, fue «abandonado en un portal» y más tarde llevado a una casa de socorro, donde tras varios días falleció.
En aquel momento, la familia de la víctima denunció «inmediatamente» la agresión con el testimonio de tres testigos, pero no prosperó.
«Contra una ley de amnistía no se puede pelear», ha sostenido el hermano del fallecido, quien ha lamentado los muros legales con los que se ha enfrentado durante el proceso: «Cuando se ha abierto una rendija, yo he estado ahí».
Esta querella se suma a las más de 60 que ya han sido interpuestas por crímenes contra la humanidad cometidos durante la dictadura franquista.
El hermano ha defendido que con esta querella «solo» pretenden que haya un «reconocimiento moral de lo que pasó aquel día» y se conozca la verdad.