Los verdaderos méritos de Espejel para ir al Constitucional
Concepción Espejel es una juez de partido. Tan cercana al PP que hasta la dejaron fuera del juicio de la «Gürtel» y la «caja B». Esposa de un alto mando de la Guardia Civil, su participación en el juicio a los jóvenes de Altsasu puede hacer que el juicio sea anulado en Europa.
De la renovación del Tribunal Constitucional, pactada entre PSOE y PP, destaca para mal el nombramiento de Concepción Espejel. Se suponía que el más importante de los tribunales del Estado debiera quedar fuera, aunque solo fuera en apariencia y por conservar prestigio, de un mero cambio de cromos político. Pero no ha sido así.
No es que el nombramiento de Espejel sea muy distinto de los anteriores, pero su marcadísima significación política implica –quizás– un paso adelante en su deriva decadente, porque implica que el PP ya no se tapa, no siente necesidad de hacerlo. Quería a una de los suyos en el TC y lo ha conseguido.
Espejel es amiga personal de Dolores de Cospedal. Eso tampoco se oculta. Y esposa de un un alto mando de la Guardia Civil, cuerpo por el que también ha sido condecorada (curiosamente, fue su amiga Cospedal la que le entregó la medalla). Esto puede parecer un tema menor, pero no lo es. Todas las defensas del caso Altsasu pidieron su recusación como presidenta de la sala que juzgó a los jóvenes de esa localidad por este motivo. Su petición, sin embargo, cayó en saco roto.
Como es sabido, las defensas de los jóvenes de Altsasu han recurrido el caso a Estrasburgo y la participación de Espejel como enjuiciadora es uno de los motivos por los que decidieron recurrir a Europa. Si Estrasburgo entiende que tienen razón, el juicio derivaría en nulo. Es lo mismo que ocurrió con el ‘caso Bateragune’, solo que en esa ocasión la jueza sobre las que existían dudas sobre su imparcialidad era Angela Murillo.
No es solo que Espejel no revistiera suficiente apariencia de imparcialidad, sino que además tumbó una serie de pruebas que las defensas presentaron en descargo de los acusados y que la recién elegida para jueza del Constitucional se negó a que se tuvieran en cuenta.
El ‘caso Altsasu’, lógicamente, es solo una anécdota dentro de la carrera judicial de Espejel. En Catalunya se la conoce más por otras decisiones polémicas. La más sonada, su voto particular contra la decisión de la Audiencia Nacional de exonerar al jefe de los Mossos durante el referéndum, Josep Lluís Trapero. La sentencia favorable a Trapero elaborada por los compañeros de Sala de la Audiencia Nacional tenía 94 páginas, mientras que el voto escrito por Espejel negando la mayor y argumentando que había que meterle en la cárcel sumó más de 460 folios.
En lo que respecta a Euskal Herria, existen otros «méritos» (por llamarlos de alguna manera) que Espejel puede colgar en su currículum. En 2016, por ejemplo, esta magistrada fue señalada por una eventual «prevaricación» al bloquear la aplicación de la reducción retroactiva de penas a Alex Bustindui, que debería haberse beneficiado de la reforma legal para «delitos menos graves».
Sare también trató de apartarla en el litigio abierto por los 104.000 euros que le requisó la Guardia Civil en una manifestación den 2015. Nuevamente, Espejel se mantuvo en el sillón, votó como votó, y Sare no volvió a ver ese dinero.
La sustituta de Marlaska
No cabe obviar tampoco cómo Espejel llegó a la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional. Sustituyó en ese cargo a Fernando Grande-Marlaska. No era la única que aspiraba a ese sillón. Manuela Fernández Prado, de sensibilidad progresista, también se presentó. Fernández Prado llevaba 25 años en la Audiencia Nacional, mientras que Espejel solo tres. La votación fue, probablemente, más reñida de lo esperado, pero acabó ganando Espejel por 11 votos frente a 8.
En cuanto a lo referente ya a las causas abiertas contra el PP y sus tramas corruptas, se suele decir genéricamente que fue apartada de la Gürtel. No resulta esto del todo exacto.
Lo correcto es que ha sido apartada por falta de imparcialidad ante la Gürtel en siete ocasiones distintas. Hasta tal punto llegó la situación que tanto ella como su amigo Enrique López, el consejero de Justicia de Isabel Ayuso que fue mediador entre el PP y el abogado de Luis Bárcenas, decidieron apartarse motu proprio y de las causas relativas a juicios al PP sin que nadie se lo pudiera. A saber, del caso de la visita del Papa a Valencia, de la pieza separada sobre AENA, de la pieza separada sobre Jerez...
En resumen, que con el veto que tenía Espejel a tomar parte en las causas contra el PP que siguen abiertas en la Audiencia Nacional, el partido parece haber decidido que le es más útil en el Constitucional. Por eso la propuso, dejando en evidencia qué méritos debe de hacer un juez para medrar en el Estado. Y, por extensión, cómo funciona la justicia en el Estado español.
Lo dicho: ya ni siquiera sienten la necesidad de taparse un poco.