Nostalgia por el viejo periodismo
EEUU. 2021. 108’ Tit. Orig.: ‘The French Dispatch’. Dtor.: Wes Anderson. Guion.: Wes Anderson, Roman Coppola, Hugo Guinness y Jason Schawartzman. Prod.: Wes Anderson, Jeremy Dawson y Steven Rales. Int.: Léa Seydoux, Timothée Chalamet, Bill Murray, Frances McDormand, Tilda Swinton.
En Cannes la prensa extranjera se sintió decepcionada con la presentación de ‘La crónica francesa’ (2021), debido a que, como era de esperar, el cineasta se presentó allí con toda su troup, pero sin comparecer a la rueda de prensa anunciada. Y la crítica también pareció contagiarse de las quejas de sus colegas, porque la recepción no fue lo que se dice muy entusiasta, con un veredicto unánime al afirmar que gustará a muy andersonianos, pero que al resto les dejará un tanto indiferentes. Toda una paradoja, porque la película es precisamente un homenaje a la profesión periodística, marcado por un tono nostálgico al recordar las grandes viejas revistas que, como ‘The New Yorker’, contaban en su nómina con las mejores firmas del articulismo y la literatura.
Anderson sitúa la redacción europea de una publicación estadounidense en la localidad ficticia de Ennui-Sur-Blasé, aunque en realidad la película se rodó en Angouléme. Y aprovecha dicho contexto para hacer sendos guiños a la Nouvelle Vague, al blanco y negro de Godard, al musical de Jacques Demy o a los decorados de Tati en ‘Mon oncle’ (1958), asi como a las viñetas de Hergé y su ‘Tintin’.
Dividide el metraje en tres episodios, que representarían las secciones de un periódico, con sus diferentes narradores. En la primera hace de guía Tilda Swinton, en la segunda Frances McDormand y en la tercera Jeffrey Wright. Son como diferentes reportajes, el primero trataría de arte, el segundo de disturbios estudiantiles del Mayo del 68 inspirados en la Revolución Francesa y el último de gastronomía y crónica de sucesos, ya que hay un secuestro de por medio. El uso de la voz en off y las simetrías en la planificación de formato cuadrado siguen siendo la marca de la casa, más los rótulos de rigor, lo que puede llegar a saturar a falta de mayores novedades.