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La Diputación de Gipuzkoa clausura puestos de caza en Jaizkibel tras ser abatido un halcón

La organización ecologista Eguzki ha celebrado que la Diputación de Gipuzkoa haya clausurado algunos puestos de caza en Jaizkibel, en la zona donde el domingo fue abatido un halcón peregrino. Se trata del tercer ejemplar de especie protegida abatido en este herrialde en lo que va de mes.

Un ejemplar de halcón peregrino como el de la imagen fue abatido en Jaizkibel. (Ramón ARAMBARRI/EGUZKI)

La Diputación de Gipuzkoa ha requerido la clausura temporal de algunos puestos de caza de la línea Leuta-Guadalupe-Faro, en Jaizkibel, en el entorno donde el domingo fue abatido un halcón peregrino (Falco peregrinus).

Se trata del tercer ejemplar (conocido) de especie protegida abatido por disparo de escopeta en lo que va de mes, pues, tal y como denunció Eguzki ante la Fiscalía, el 6 de octubre fue recogida en Errezil un águila calzada (Hieraetus pennatus) y el 16 en Segura un elanio azul (Elanus caeruleus). El águila murió poco después y el elanio se recupera en Arrano Etxea.

Eguzki ha celebrado que la Diputación «haya decidido abandonar la inacción ante un problema que no es puntual, sino crónico». «Nuestras denuncias sobre este tipo de casos en los últimos años han ido acompañadas habitualmente de esta pregunta: ¿Para cuándo el cierre de una línea de caza en la que se hayan abatido especies protegidas? Pues parece que ese día ha llegado. Falta por ver si es una manera de salir del paso, en un mes en el que se acumulan los casos, o es consecuencia de que verdaderamente ha decidido corregir su política en este ámbito», ha declarado la organización ecologista.

También la Federación de Caza ha emitido un comunicado en el que condena estos abatimientos por disparo de especies protegidas, cuyos responsables, como viene denunciando Eguzki, raramente son identificados, a pesar de que a menudo están rodeados de cazadores legales.

La decisión de la Diputación coincide además en el tiempo con las denuncias interpuestas por Eguzki en la Fiscalía por los casos del elanio de Segura y el águila calzada de Errezil. En ellas reclama no solo que se identifique a los autores de los disparos, sino también esclarecer por qué no es la propia Diputación la que denuncia este tipo de hechos ante la Fiscalía.

«Cabe señalar que abatir una especie protegida puede ser delito, castigado incluso con pena de cárcel. Y que las autoridades, en cuanto tienen conocimiento de que se ha cometido un presunto delito, están obligadas a comunicarlo al fiscal o al juez, sin que puedan decidir qué comunican y qué no, como, al parecer, sucede en la Diputación en este ámbito de las especies protegidas», ha explicado Eguzki.