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Más de 100 estados acuerdan revertir la deforestación y frenar las emisiones de metano

Los líderes de más de cien estados, que albergan más del 85% de los bosques del planeta, se han comprometido este martes en Glasgow a frenar y revertir la deforestación de cara al año 2030. Y una adhesión similar ha tenido otro consenso paralelo para frenar las emisiones de metano.

«Planten más árboles». Mensaje en Glasgow para los líderes presentes en el COP26. (Oli SCARFF / AFP)

Deforestación y emisiones de metano han traído dos acuerdos significativos por su amplitud este martes en la cumbre de Glasgow. Las organizaciones ecologistas no se han posicionado sobre ellos por el momento, a la espera de conocerlos en su integridad.

El primero es el más relevante puesto que los estados firmantes de este acuerdo para revertir la deforestación suman una superficie de 33,6 millones de kilómetros cuadrados de bosques, que son «los pulmones del planeta» pero que desaparecen a un ritmo de 27 campos de fútbol por minuto.

En calidad de anfitrión de la cumbre, el Gobierno de Boris Johnson ha subrayado que este supone «el mayor paso adelante en toda una generación para la protección de los bosques del mundo».

El primer ministro británico ha remarcado que «el cambio climático y la biodiversidad son dos caras de la misma moneda».

En el mismo acto ha intervenido el presidente de Colombia, Iván Duque, quien ha destacado el compromiso de su Gobierno de declarar un 30% del país área protegida para 2022, mucho antes de la meta general de 2030, «porque hay que actuar ahora».

Se va a suscribir un compromiso de unos 10.300 millones de euros en fondos públicos de doce países entre los años 2021 y 2025 para proteger y restaurar los bosques, junto con otros 6.200 millones de euros de inversión privada recientemente movilizada.

Este acuerdo recoge el «compromiso para proteger a las comunidades indígenas» y su custodia de la naturaleza, por lo que se espera que se apruebe el destino de nuevos fondos económicos, incluido un anuncio para preservar la cuenca del río Congo –donde se destinarán casi 1.300 millones de euros–, que alberga la segunda selva tropical más grande del planeta.

Del mismo modo, también se abordarán las cuestiones relativas al comercio y las cadenas de suministros, y se presentarán iniciativas para reunir a los grandes productores y consumidores vinculados con la industria cárnica o los aceites.

Metano, acuerdo sobre la mitad de emisiones

Horas después el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado otro acuerdo en este COP26, en este caso relativo a reducir las emisiones de metano (CH4) en un 30% de aquí a 2030.

«Juntos nos estamos comprometiendo de forma colectiva a reducir nuestras emisiones de metano un 30% en 2030 y creo que realmente podríamos alcanzarlo», ha valorado este martes Biden en la ciudad escocesa, donde este lunes ha subrayado que Estados Unidos estaba de vuelta a la mesa de negociación y pedido perdón porque la administración que le precedió, la de Donald Trump, retirase a su país del Acuerdo del Clima de París.

«Hoy cerca de cien países lo están firmando. Eso es aproximadamente la mitad de las emisiones globales de metano. Va a suponer una enorme diferencia», ha añadido el mandatario estadounidense, que ha añadido que esta iniciativa propuesta por Estados Unidos y la Unión Europea no solo podría ayudar a combatir el cambio climático, sino también a mejorar la salud, cortar las pérdidas de cosechas y reducir la contaminación.

Por parte estadounidense, la iniciativa incluye una serie de normas sobre la perforación para la obtención de petróleo y gas, así como oleoductos –sector responsable del 30% de las emisiones en el país–, tal y como ha detallado previamente la Casa Blanca en un comunicado.

La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ha explicado una serie de apuntes relacionados con la producción de gas y petróleo de tal modo que propondrá ampliar y fortalecer las regulaciones ya existentes sobre las nuevas instalaciones, a la par que pedirá a los estados del país que desarrollen planes para reducir las emisiones de las instalaciones ya existentes, recoge ‘The Hill’.

Según el Gobierno, con esta nueva normativa la EPA busca reducir las emisiones de metano en, aproximadamente, un 75%, a la par que se reduce la presencia de compuestos que forman neblumo y generan toxicidad en el aire.

En el mencionado comunicado de la Casa Blanca también se reconocen los intentos del Departamento de Interior para penalizar la liberación o quema del exceso de gas, para lo que propondrá una regulación que requiera que los perforadores de petróleo y gas paguen tarifas al Gobierno por aquello que se libera o quema.

Así, se habla de una tarifa para las empresas petrolíferas y de gas que emitan metano por encima de un umbral estipulado. Del mismo modo, se aplicarán 775 millones de dólares –casi 668 millones de euros– en subvenciones para ayudar y fomentar a las empresas a mantenerse por debajo de dicho tope, apunta la cadena CNN.

«La tarifa y las reglas deben ser herramientas complementarias (...) Las reglas son críticas porque, si se diseñan correctamente, garantizan reducciones integrales en todos los ámbitos. La tarifa tiene la capacidad de aumentar las regulaciones al generar reducciones más rápidas y potencialmente adicionales», ha explicado el líder del Fondo de Defensa Ambienta, Jon Goldstein, a la mencionada cadena.

En lo que se refiere a la Agricultura, el Departamento competente buscará la adopción de formas alternativas de gestionar el estiércol que reduzcan las emisiones, la energía renovable generada en las granjas y el aumento de las inversiones en innovaciones para abordar las emisiones de metano del sector.

Los defensores de abordar las emisiones de metano han argumentado que puede ser una forma rápida de disminuir el calentamiento global, pues el metano es más potente que el dióxido de carbono, un tema que se puso de manifiesto cuando en el mes de agosto Naciones Unidas pidió «reducciones fuertes, rápidas y sostenidas» de las emisiones de dicho gas.