Ibar está dispuesto a seguir peleando en un proceso largo y costoso para lograr la libertad
La familia de Pablo Ibar ha señalado que el preso de origen vasco, encarcelado en 1994 tras ser acusado de la muerte de tres personas en Florida, está dispuesto a seguir peleando. Han presentado recurso contra la última sentencia a cadena perpetua, y esperan que conocer el fallo dentro de un año.
Pablo Ibar lleva 24 años en prisión, ha pasado 16 en el corredor de la muerte del estado de Florida y está dispuesto a seguir peleando para lograr la libertad. Así lo han indicado su padre, Cándido Ibar, y su pareja, Tanya Ibar, en una comparecencia ofrecida ante los medios de comunicación en un céntrico hotel de Gasteiz. Una rueda de prensa en la que han estado acompañados de Andrés Krakenberger, portavoz de la Asociación Pablo Ibar-Juicio Justo.
Este último ha sido el encargado de explicar la situación procesal de Ibar, condenado a cadena perpetua en 2019 tras ser declarado culpable de la muerte de tres personas el 27 de junio de 1994 en la ciudad de Miramar, cerca de Miami. La defensa ha recurrido la sentencia y confía en que se pueda repetir el juicio. «Si tiramos para adelante es porque tenemos una batería de argumentos demoledores», ha señalado Krakenberger, que ha advertido de que será un proceso largo y costoso.
Así, ha apuntado que podría pasar un año hasta que se conozca la decisión del Tribunal de Apelación del cuarto distrito judicial de Florida. En el caso de ser favorable, Ibar afrontaría una nueva vista, la quinta desde que fue detenido. El juicio de 1997 se declaró nulo porque el jurado no se puso de acuerdo, en 2000 fue condenado a muerte y en 2016 el Tribunal Superior de Florida anuló la sentencia y ordenó la repetición del juicio al considerar que las pruebas eran «escasas» y «débiles». Sin embargo, esas pruebas bastaron para que el Tribunal de Fort Lauderdale le condenara de nuevo, esta vez a cadena perpetua.
Y en el caso de que la decisión no sea favorable, Krakenberger ha insistido en que seguirán apelando, primero ante el Tribunal Superior de Florida y después ante los tribunales federales, «pero eso ni lo contemplamos».
Lo que sí tienen previsto es impulsar una nueva campaña para recaudar fondos, ya que el proceso judicial en Estados Unidos no resulta barato. Basta con señalar que la última apelación ha supuesto un coste de 250.000 dólares, y el último juicio supuso un desembolso de más de un un millón de dólares. «El mensaje que queremos transmitir es que la gente no se olvide de Pablo. Porque no tenemos que subir el Everest, tenemos que trepar el Himalaya entero», ha manifestado.
«Graves errores jurídicos»
Cabe recordar que el abogado de Ibar, Joe Nascimento, ha presentado un recurso en el que recoge todas «las irregularidades» cometidas en todo el proceso que, a su juicio, suponen vulneraciones constitucionales y que deberían llevar a un nuevo juicio.
Sostiene que el Tribunal de Primera Instancia de Broward County «abusó de su discrecionalidad» y «cometió graves errores jurídicos». Y asegura que «violó los derechos constitucionales» del acusado a un jurado justo e imparcial, al denegar, entre otras cuestiones, «la moción de la defensa de sacar al jurado de la sala cuando el Estado se refirió de manera inadmisible al derecho constitucional del acusado a guardar silencio, implicando que su silencio era una admisión de culpabilidad, lo cual constituye una clara violación de la Quinta Enmienda de la Constitución».
También entiende que el mismo órgano judicial no actuó de manera imparcial cuando prohibió a la defensa interrogar a testigos «clave» para los intereses del procesado, o cuando admitió la declaración sobre una rueda de reconocimiento fotográfica de otro testigo que dijo haber visto el día de los hechos a Ibar a bordo del Mercedes de Casimir Sucharski, una de las víctimas.