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Satorralaia denuncia la «fraudulenta permisividad» de Costas con el Metro de Donostia

El movimiento vecinal Satorralaia ha denunciado la «fraudulenta permisividad» del Servicio de Costas con el Metro de Donostia, cuyas obras ha vuelto a exigir que se paralicen.

Comparecencia en la que Satorralaia ha denunciado la «fraudulenta permisividad» del Servicio de Costas con el Metro de Donostia. (NAIZ)

Satorralaia ha reclamado nuevamente la paralización de las obras el Metro de Donostia y ha denunciado «fraudulenta permisividad» del Servicio de Costas con esa infraestructura.

En una comparecencia ante los medios, el movimiento vecinal ha denunciado que la resolución adoptada por la Dirección de Costas autorizando la reanudación de las obras del túnel bajo la playa de La Concha «no hace sino confirmar el fraude y el engaño que han caracterizado su actuación en el asunto del Metro».

Desde el inicio de esta controversia, la Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar concedió el permiso de costas para la construcción de esta infraestructura «cometiendo un subterfugio, al establecer en el punto 5 de sus condiciones que ‘se deberán cumplir todas las condiciones y medidas establecidas en la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), en relación a las afecciones a la bahía de La Concha’».

Sin embargo, el movimiento vecinal ha recordado que la Declaración de Impacto Ambiental «no dice absolutamente nada a este respecto, porque fue formulada sobre un proyecto inicial cuyo trazado no transcurría bajo la playa».

«A esta escandalosa irregularidad», se suma que el Servicio de Costas «despachó de forma nada rigurosa» la denuncia presentada por Satorralaia a raíz del gran socavón detectado el 7 de mayo bajo las cabinas de La Concha y en la que este colectivo solicitaba que investigara «las responsabilidades existentes en las graves afecciones ocasionadas en el dominio público marítimo-terrestre de la playa».

Su respuesta fue que los tres socavones se habían producido «en terrenos particulares, fuera de los bienes de dominio público marítimo-terrestre gestionados por esta administración», añadiendo que «se ha dado traslado de su denuncia a Ura/Agencia Vasca del Agua, órgano competente al haberse producido los hechos en la zona de servidumbre marítimo-terrestre».

Satorralaia ha criticado que Costas «se escondió en falsedades y en una supuesta falta de competencias para permitir la evasión de responsabilidades» y al respecto, ha añadido que «ni qué decir tiene, la Agencia URA, presidida hoy en día por Arantxa Tapia y el exviceconsejero de Transportes Antonio Aiz, se limpió las manos respondiendo inmediatamente que ‘no compete a esta administración investigar y depurar las responsabilidades existentes en las afecciones que puedan haberse producido en el entorno de las obras’ ».

Respuestas «inadmisibles»

En la misma comparecencia pública, Satorralaia ha dado a conocer «las inadmisibles respuestas ofrecidas recientemente por el jefe del Servicio de Costas de Gipuzkoa en una reunión mantenida el pasado 19 de noviembre».

En la misma, el movimiento vecinal, «aportando documentación», expuso «las advertencias muy claras presentes en el Proyecto Constructivo del tramo Miraconcha-Easo (fase 2) en relación a los gravísimos riesgos que conlleva la ejecución de la obra bajo la playa de La Concha».

De hecho, los estudios realizados tras el accidente acaecido el 5 de junio de 2020, cuando la rotura del túnel en construcción bajo la playa provocó la entrada de un elevado caudal de agua que anegó la obra subterránea y originó el socavón que afectó a los cimientos del nº 8 de la calle Zubieta, «ponen de manifiesto que ‘nos encontramos con un tramo con unas condiciones geotécnicas muy adversas’», ha destacado Satorralaia.

Esos trabajos añaden que «los sectores donde el sustrato rocoso está más hundido y fracturado no sólo están en la playa, sino que progresan hacia las zonas urbanas», haciendo que «la ejecución del túnel pueda llegar a afectar a la integridad de las edificaciones, incluso las muy alejadas del trazado».

Asimismo, el proyecto advierte de que a pesar de las inyecciones realizadas para intentar impermeabilizar y consolidar el terreno, «en el tramo estudiado entre el Punto Kilométrico 0+750, donde se produjo el siniestro, y la Estación de Centro-Concha, es previsible que aparezcan numerosas filtraciones de agua, incluso con grandes caudales», con la consiguiente «afección a la estabilidad de los edificios del entorno, así como a la seguridad de la obra y de los trabajadores».

Teniendo en cuenta estas condiciones, Satorralaia preguntó sobre qué garantías existían para que no se produjeran hechos similares, a lo que, según ha denunciado, «el jefe del Servicio de Costas respondió: ‘¿Garantía? Ninguna. Se ponen los medios conocidos... ¿Que garantías hay de que no se caiga este edificio?’».

Tras mostrar su «perplejidad ante semejante ligereza», le recordó que el 6 de agosto de 2020, el Servicio de Costas «había requerido la paralización de las obras y señalado textualmente que ‘las obras del túnel han influido negativamente en la realidad física de la playa’». Al ser preguntado sobre el tipo de impacto negativo al que se refería y en qué consistía esa afección, «el jefe del Servicio de Costas contestó sin rubor alguno que ‘debe ser un error de redacción... debería decir que podría influir negativamente’».

Y mientras, Satorralaia ha puesto el acento en que «las obras reemprenden impunemente su marcha, abocando la construcción de esta infraestructura a una espiral de problemas agravada por dudosos remedios».

Ha recordado que el proyecto «prevé ejecutar sistemáticamente inyecciones de geofoam (poliestireno expandido, además de morteros y lechadas de cemento) tanto en el subsuelo de La Concha como en toda la zona del centro urbano relacionada con el entorno de la playa».

Además, se ha diseñado adicionalmente un revestimiento de hormigón armado de 35 a 40 cm para el túnel «debido a la presión que puede ejercer la afluencia de aguas en todas estas zonas, donde también será necesaria la colocación de una lámina de impermeabilización continua para poder contener las filtraciones de agua, etcétera».

Por todo ello, el movimiento vecinal ha denunciado que para el Gobierno de Lakua, promotor del Metro de Donostia, «prima el interés por finalizar la obra, que se ha convertido en un fin en sí mismo por encima de cualquier otra consideración».

Y ha vuelto a exigir «la paralización de las obras de esta infraestructura, que consideramos como un derroche económico absolutamente innecesario y un  exponente del urbanismo desbocado que se está fomentando en nuestra ciudad».