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Taubira, exministra de Justicia, desvela su candidatura presidencial con la izquierda en la UCI

Ha terminado de deshojar la margarita de las elecciones a la Presidencia de la República francesa: Christiane Taubira tiene intención de ser candidata. Pero podría dar marcha atrás. Como ministra de Justicia (2012-2016) abordó el dossier de los presos vascos; posteriormente apoyó el proceso de paz.

La exministra francesa de Justicia Christiane Taubira, en una fotografía tomada en 2016 en la Universidad de Nueva York. (Jewel SAMAD/ AFP)

La candidatura de Christiane Taubira (Cayena, Guayana Francesa, 1952) puede servir de revulsivo para una izquierda que, dividida, agoniza en los sondeos de cara a las elecciones del próximo abril o, si no logra la deseada suma de fuerzas, ser la puntilla definitiva.

La que fuera ministra de Justicia durante el mandato de François Hollande ha anunciado este viernes que ya se está planteando seriamente anunciar su candidatura presidencial siempre y cuando consiga reunir tras de sí a todas las fuerzas de la moribunda izquierda francesa.

«Siempre he dicho que asumiré mis responsabilidades. Veo el callejón sin salida en el que estamos. Por ello, planeo ser candidata a las elecciones presidenciales de la República francesa», ha remarcado Taubira a través de las redes sociales.

No obstante, ha indicado que su anuncio definitivo queda condicionado a una candidatura con respaldos. «No voy a ser otra candidata más. Echaré mano de todas mis fuerzas para agotar hasta la última posibilidad de un consenso, y nos veremos de nuevo a mediados de enero», ha añadido en un mensaje en el que se ha propuesto como solución a la incertidumbre y a la debilidad institucional.

«Lo que importa es la fragilidad de la vida cotidiana de millones de ustedes, las incertidumbres del futuro, la fragmentación del trabajo en la sociedad francesa, la lentitud de la Unión Europea ante las emergencias, los fallos de la comunidad internacional ante las tantos disturbios en el mundo», ha indicado la que fuera candidata del Partido Radical de Izquierda (PRG por sus siglas en francés) a las presidenciales de 2002, en las que recogió el 2,32% de los votos.

Reactivar a la izquierda

De entrada, con este anuncio Taubira ha conseguido parte de la reactivación que pedía. La candidata del Partido Socialista y alcaldesa de París, Anne Hidalgo, ha abogado una vez más por la celebración de unas primarias entre todos los partidos de izquierda para acumular fuerzas.

El candidato de los Verdes, Yannick Jadot, que no comparte la propuesta de Hidalgo, ha advertido a Taubira de que «tenga cuidado de no desviar la atención de los franceses de nuestras propuestas para resolver el estancamiento», mientras que el del Partido Comunista, Fabien Roussel, ha subrayado que la solución a la fragmentación actual no pasa por proclamar a una persona común, sino debatir «en torno a qué» se pueden unir los diversos movimientos.

«Trabajemos con todos los candidatos de izquierda y todos los ambientalistas en una plataforma sobre temas en los que se nos espera y sobre los que debemos actuar con urgencia», ha añadido Hidalgo, que también ha propuesto un debate televisado para que la opinión pública pueda pronunciarse sobre la candidatura de izquierda que prefiere.

La candidata del PS figura con una intención de voto del 5%, según una encuesta publicada a principios de mes por Franceinfo, que sitúa por delante a Jadot (7%) y al aspirante de La Francia Insumisa (LFI), Jean Luc Mélenchon, que ronda el 8%, muy lejos de las fuerzas de derecha y extrema derecha, que parecen mejor posicionadas para enfentarse a Emmanuel Macron, que todavía no ha formalizado su candidatura a la reeleción.

Presos y proceso de paz en Euskal Herria

Desde la perspectiva de Euskal Herria, el paso de Christiane Taubira por el Ministerio de Justicia le llevó a conocer de primera mano la situación de los presos vascos gracias a la labor de Etxerat, principalmente, que le reclamó el fin de la dispersión y de las medidas de excepción en la aplicación del reglamento penitenciario.

En setiembre de 2015, la entonces ministra insinuó que el Gobierno francés ya había satisfecho algunas peticiones de acercamiento. Pero Etxerat replicó que «no ha habido ningún movimiento que avale la intención sugerida por Christiane Taubira». No obstante, consideraba «un gesto positivo» la voluntad mostrada por Taubira, por el valor de que esas manifestaciones fueran «las primeras que expresa un ministro francés» en esa dirección.

Más adelante y ya sin la cartera ministerial, en junio de 2019, fue una de las voces que pidieron un gesto en favor del proceso de paz en Euskal Herria con motivo del juicio a Josu Urrutikoetxea. Taubira indicó que, de la misma forma que se señala a los combatientes en un conflicto y se apunta a sus responsabilidades, «hay que valorar también su fuerza moral y su contribución a la hora de buscar una salida».

«No tengo autoridad para pronunciarme sobre un caso individual, pero creo que hay que dar todas las oportunidades a un proceso de paz que yo también deseo que avance más rápido, y con más decisión política», manifestó.

La ética que le llevó a la dimisión

Pese a sus escasas apariciones mediáticas en los últimos tiempos, la carismática política guayanesa sigue teniendo una elevada popularidad entre el electorado de izquierda en el Estado francés, un sector de la población que recuerda especialmente su combate para que se aprobara en 2013 el proyecto de ley que abría el matrimonio a las parejas del mismo sexo (‘Le mariage pour tous’).

Durante los debates en el Parlamento, en los que estuvo particularmente presente, sus numerosos discursos y su habilidad le valieron el respeto, más que la aprobación, de la oposición, lo que la convirtió en un objetivo primordial cuando entró en el Gobierno, haciendo de este debate un «momento» especial de su carrera política. Una ley que ella describió como una «reforma de la civilización».

Su salida del Ministerio de Justicia, en enero 2016, también fue sonada y obedeció al compromiso con sus propios principios éticos. Taubira presentó su dimisión después de haber criticado abiertamente la actitud del presidente Hollande y algunas reformas que impulsaba el Gobierno como la retirada de la nacionalidad a quienes sean «acusados de terrorismo».

En su cuenta de Twitter, Taubira explicó que «en ocasiones, resistir es quedarse, en ocasiones resistir es irse. Por fidelidad con uno mismo, con nosotros. Por la última palabra a la ética y al derecho». «El peligro terrorista que amenaza es grave, pero no creo que se le deba conceder ninguna victoria, ni militar, ni diplomática, ni política, ni simbólica», añadió.