El derbi de las camisetas
En vísperas del derbi de El Sadar, en NAIZ hemos hablado con Txema García (@txema_osasuna_museum) e Iker Bernal (@athbilbaoshirt), dos coleccionistas que entre ambos acumulan más de 500 camisetas de Osasuna y Athletic. Algunas de sus reliquias se pueden ver en Instagram.
Existen pocos elementos que representen de forma tan icónica y nítida a los clubes de fútbol como sus elásticas. Emblemas que van mutando en modo, tejido y aspecto, pero que conservan su esencia principal a través de los colores, y sobre todo, su escudo.
El navarro Txema García comenzó con su acopio hace más de 25 años y confiesa que «cuando empecé jamás pensé que conseguiría estas cosas». No obstante, reconoce que «desde crío siempre he coleccionado cromos, llaveros o pins y también tuve una colección de cómics de Conan bastante amplía que acabé. Siempre he tenido ese afán». Una infancia en la que explica que «mi padre me transmitió la pasión por Osasuna». Ahora, décadas después y con más de 300 elásticas del conjunto rojillo en su haber, «bajo con mis hijos a El Sadar y eso es fantástico».
Su camiseta más antigua es una Mont-Hal –la marca textil del antiguo presidente del Barça Agustí Montal, que equipaba a varios equipos– del recientemente fallecido Clemente Iriarte. «Limpia, sin publicidad, con el número 10, firmada por él. Me encantan la sencillez y el trabajo que tiene el bordado del escudo». En ese sentido explica que «me quedo siempre con las antiguas, es una maravilla ver cómo se conservan y la calidad que tenían comparado con lo de ahora. Todo ha cambiado. Llevó 40 años bajando a El Sadar y me gusta lo vintage. Tengo la primera camiseta con publicidad que lució Osasuna, era de la marca Ressy y llevaba el patrocinio de Rosado de Navarra. Era algo bonito porque publicitabas algo tuyo, de la tierra». La constancia le ha llevado a ir ampliando un trabajo en el que se adentró hace un cuarto de siglo, «las más antiguas las fui consiguiendo cuando empezó internet, entonces el campo no estaba muy labrado y se podían conseguir cosas bonitas a precios muy buenos. Luego la cosa fue cambiando».
Algo más joven, el bilbaino Iker Bernal arrancó con su colección tras la final de Copa disputada ante el Barcelona en Mestalla en mayo de 2009. Una explosión para todo el entorno rojiblanco, que entonces acumulaba 24 años sin optar a un título, y que llenó Valencia de color, entre otras cosas, gracias a la variedad de elásticas del club que se pudieron ver por la ciudad: «Cuando que empecé a trabajar, cada dos o tres años me la compraba y así junté seis o siete camisetas, pero el ver en Mestalla a todo el mundo con camisetas del Athletic distintas fue muy bonito y me enganché. De hecho, una de las primeras que adquirí fue una réplica de la 1984, bastante regular porque con el tiempo se ven imitaciones muy buenas, con el pensamiento de que nunca iba a tener una original. Ahora, tengo cuatro o cinco». En apenas 13 años, su pasión ha ido aumentando y subraya que «tengo más de 200, pero no las tengo contabilizadas. Te metes poco a poco, al principio no sabes distinguir cuáles son las que utilizan los jugadores y empiezas con las de la tienda. Poco a poco, te pica más el gusanillo, te ofrecen una de un futbolista, consigues una aquí y otra allí, para cuando te quieres dar cuenta te has metido en el charco».
Su objetivo es por conseguir «una por modelo y no priorizo mucho el jugador. Yo quiero la camiseta del Athletic, si me cambian una cosita o tiene un detalle, ya es un tipo nuevo». Preguntado por alguna de las joyas de su colección, subraya que «conseguir reliquias es casi un milagro en todos los sentidos. Por ejemplo, de las de 1984, el 99% de las que ves en páginas de intercambio como Wallapop son imitaciones y te van a pedir una barbaridad de dinero. A mí me la colaron una vez, pero gracias a otras coleccionistas pude evitarlo».
¿Cómo se llegan a lograr tantas y tan especiales?
Ambos cuentan con una gran cantidad de rarezas en sus respectivas colecciones, algo que han ido logrando, con tesón y una amplia red a través de todo el mundo. Bernal admite que «con las redes sociales te haces más conocido, hay otros coleccionistas a los que ayudas y que, a su vez, también te consiguen alguna. Tenemos un grupo de whatsapp, nos vamos avisando si surge o nos ofrecen una oportunidad de cualquier equipo, enseñamos nuestro frikismo y nos ayudamos». Algo que también comparte su compañero rojillo, «es una maravilla. Personas magníficas que nos gusta este hobby y nos hacemos favores mutuos».
Asimismo, reconoce que, «no soy de pedir, mi padre tenía amistades en Osasuna, pero nunca he ido a pedirle un recuerdo a nadie, me da mucho palo. Hay futbolistas a las que no les importa mucho, pero para otros es un orgullo guardarlas. Yo he ido recopilando camisetas de toda la geografía, gente que las tenía en Guadalajara, Madrid, Sevilla o Toledo, cosas que el club ha enviado, de gente que ha fallecido y que te las acaban vendiendo o dando. También desde Alemania, Brasil, EEUU o Serbia, de donde vienen casi todas las de Milosevic».
Una de las más especiales para Iker Bernal «llegó desde Inglaterra, la azul de Kappa que se utilizó en casa en el partido de UEFA ante en Newcastle, que es una de las más cotizadas». No es la única que ha conseguido en lugares, a priori, insospechados: «Tengo bastantes camisetas antiguas que vienen de Sudamérica, de Argentina, Brasil o Chile, páginas tipo Ebay de cantidad de países europeos o de repente una que aparece en un sitio como Ucrania». En cambio, reconoce que no suele pedir elásticas a los futbolistas, «no conozco a ninguno, aunque es cierto que Eneko Bóveda, Iago Herrerín y Xabi Etxeita me han ayudado». Eso sí, con una sonrisa, admite también que «no quiero me den, pero me hace ilusión que un jugador del Athletic vea mi colección en redes sociales, eso mola mucho».
Gracias a su extensa e histórica colección, en 2018, Txema García pudo organizar una exposición en Itaroa. Con orgullo, resalta que «por allí pasaron rojillos ilustres como Javier Mina, Clemente Iriarte o Roberto Santamaría. Fue una muestra gratuita y fue muy bonito ver a abuelos o padres explicando a hijos o nieto. Una oportunidad para divulgar lo que es Osasuna». Además, «con el club siempre hay contactos, una vez me pidieron ayuda para una campaña publicitaria y fue un placer poder colaborar, necesitaban camisetas de momentos históricos como ascensos o clasificación europea».
Otro de los aspectos recurrentes al hablar de las elásticas antiguas es el precio que pueden llegar a alcanzar, cientos de euros en algunos casos, pero el navarro matiza que «son 25 años dedicándonos a esto, al final, haces amigos, ni ganas ni pierdes dinero. En la colección inviertes dinero, hay gente a la que le gustan las motos o a otro el ciclismo, a mí me apasiona Osasuna. Todo el mundo lo enfoca al dinero, hace cálculos sobre lo que cuestan 300 camisetas, pero lo comparas con el que se compra una moto, sale bastante menos. Al final, es tener un trozo de la historia del club en casa y me llena». Bernal, por su parte, recalca que «intento no gastar el dinero en cosas que ya tengo».
Las efímeras Líneas Aéreas de Navarra o la frustrada publicidad de Caja Laboral
Desde fuera, se podría pensar que todos los equipos disponen de una camiseta titular y otra reserva para cada la temporada y que eso se repite anualmente. Sin embargo, los coleccionistas saben ver donde el resto no observa diferencias, catalogar basándose en pequeñas diferencias y, sobre todo, identificar auténticas rarezas o curiosidades. «Es una labor de investigación y documentación grande, saber qué camiseta se utilizó, si llevaba un logo o no. Con la azul que se reutilizó en la 94-95 me pasó algo curioso, le comenté a otro coleccionista amigo de Pamplona que ya tenía todas las camisetas de los noventa, pero me dijo que me faltaba esa, que el tampoco la tenía. Al final, han sido años para poder conseguirla y estoy muy contento». Txema García se refiere a que «en la 94-95, deambulando por Segunda, el primer año tras descender, se utilizó una camiseta azul con el logo de Kappa y la publicidad de la CAN. Ambas estaban superpuestas sobre la marca original de la elástica Elements que usó Line7 y el patrocinio de Diario de Noticias. Es una camiseta de Edu Martínez, un chaval de la cantera al que le tocó vivir una etapa difícil. Primero, bajando y luego con las prisas o la exigencia por ascender se tardaron seis años en volver a subir».
Una explicación que también le sirve para hacer una defensa encendida de Tajonar, «muchísimos canteranos han tirado de Osasuna, para bien y para mal. Siempre me ha llamado mucho la atención que en El Sadar siempre se ha exigido muchísimo a los de casa, pero, luego, viene un Chimy Ávila y la gente se deshace con él. A mí me gusta mucho más un buen pase de Roberto Torres que otras parafernalias. No obstante, también hay tener visualmente a alguna estrella como han sido Milosevic, Pandiani, Urban o Robinson, que le dio mucho nombre internacional al club». Pensamiento en el que ahonda señalando que «sin los jugadores de la casa no se entendería Osasuna. Somos un club de cantera, reducida además por habitantes o territorio, pero dentro de esa pequeña comunidad ver a César Azpilicueta levantando la Champions es todo un orgullo. Él es cien por cien Tajonar, igual que otros jugadores como Monreal, Raúl García, Javi Martínez o todos estos jugadores que han estado muchos años en la élite. Eso demuestra que se han hecho muy bien las cosas». Otro de los emblemas es Patxi Puñal, el jugador del que más camisetas dispone, «tengo doce o trece. Hay que decir que estudió conmigo en Salesianos, su hermano mayor Txema, mi tocayo, iba conmigo a clase y con Patxi coincidíamos en el patio. Somos amigos y ha sido un honor tenerlo como rojillo».
Volviendo a sus camisetas más preciadas, una de las últimas joyas que ha añadido es una camiseta blanca de la marca Meyba utilizada en la UEFA de 1985 con un logo en favor de la entonces candidatura olímpica de Barcelona para los Juegos de 1992: «Levaba muchísimos años detrás de ella y es un placer haberla logrado. Al final es un desahogo, no la ves aunque sabes que existe y, ahora, la he conseguido. A nosotros, los coleccionistas, el que tenga algo diferente nos cambia la camiseta. La liguera es de Patxi Ripodas y la europea de Jose Mari Lumbreras». Unos años ochenta en los que también resalta «una del portero Enrique Mazinger Basauri, una Ressy que tiene la curiosidad de llevar bordado el escudo en el lado contrario al habitual para tapar la marca publicitaria. Joyas de la época en la que empece a ir al fútbol, para mi Mazinger Basauri era un ídolo por la presencia y el carisma que tenía. También tengo una Meyba de otro meta como Vicuña o las de Roberto Santamaría y Ricardo. Me encantan las de los porteros, son míticas, vistosas y diferentes»
Una etapa histórica, «un tiempo que es imposible de entender sin el ascenso de 1980. Osasuna empezó los setenta en Tercera y acabó la década ascendiendo a Primera con 11 jugadores de casa y un par de retoques más. Mantenerse en los primeros años de los ochenta era un milagro, el crecimiento del club fue bestial, hubo dos clasificaciones europeas, pero luego también hay épocas negras». De los años de Pedro Mari Zabalza, guarda con afecto dos rarezas, «una Umbro gris con el número 5, que apenas se utilizó una vez en Burgos y en dos partidos jugados en Mallorca» y «una verde de Jan Urban del partido contra el Ajax en El Sadar, que se jugó con la segunda equipación».
Tras el descenso de 1994, la empresa italiana Kappa pasó a vestir a Osasuna, al igual que a otros clubes como el Barcelona, el Betis o el propio Athletic. De aquellos años en Segunda, además de la citada camiseta azul reutilizada, García cuenta con una importante rareza en su particular tesoro rojillo. Se trata de «una camiseta suplente verde, empleada por Julen del Val, con la publicidad de Líneas Aéreas de Navarra. La gente me dice que no se jugó nunca con ella, pero yo tengo la foto del partido disputado con esa elástica en Mallorca. Líneas Aéreas de Navarra, llevó al equipo a Palma, y esponsorizó al club en dos partidos. El del antiguo Lluis Sitjar y otro con la camiseta roja clásica, que también la tengo. En este caso, la de Pizo Gómez». Aquel proyecto, nacido en 1994 con el impulso de un grupo de empresarios navarros y la participación de la Caja de Ahorros de Navarra (la antigua CAN) y Sodena, operó durante tres años.
Precisamente la entidad de ahorros navarra sustituyó a Caja Laboral como patrocinador del equipo en aquella época. La entidad rojilla negoció con la cooperativa de Arrasate, las camisetas llegaron a editarse y una de ellas no falta en la colección de Txema. Aquella hubiera sido la primera vez que una inscripción en euskera hubiera aparecido en una camiseta de Osasuna. Algo que tuvo que esperar hasta 2017, cuando el conjunto iruindarra lució las inscripciones «Osasuna nunca se rinde» y «Osasunak amorerik ez» en un partido ante el Barcelona. Por supuesto, Txema García también la tiene para sorpresa de los propios jugadores. «Me avisó un amigo de Barcelona diciéndome que le había caído una de esas desde el vestuario culé y le dije que me interesaba. Me la mandó, la llevé a Tajonar para que me la firmase Roberto Torres y él mismo me preguntó a ver cómo había podido conseguirla. Había tres, una la tiene él, otra la regaló y la que dejó en el Camp Nou la tengo yo».
De la de la Intertoto con Eder Martínez a la europea de un no inscrito Zubiaurre
La camiseta más antigua que posee Iker Bernal data de 1982, siendo una de las más complicadas de conseguir, ya que «tenía el cuello rojo, el primer equipo la utilizó únicamente la temporada 82-83, pero no fue el único modelo de ese curo». Algo que se explica porque «en los ochenta, hay partidos en los que ves tres camisetas distintas dentro del mismo once titular, variando por ejemplo la colocación o el color del logo de Adidas». Es más, anteriormente, «las primeras camisetas de Adidas que tuvo el Athletic, en 1980 y de las que yo no tengo ninguna, no llevaban el logo de la marca alemana porque se consideraba publicidad. Hay muchas en las que el escudo está cambiado a la izquierda para tapar la marca». Las cosas fueron cambiando y durante dicha década «se va viendo una profesionalización». Cambios que también se va observando en el tipo de tejido y tallajes, «los materiales de las de los ochenta, son de esos que hacen sudar. En cambio, las de Kappa de los 90 son muy ligeras. Lo que sí que se nota mucho es la evolución de las tallas, coges a dos jugadores como Alkiza y Beñat, que pueden ser de un perfil similar y resulta que hay cinco tallas de diferencia. Por no hablar de los pantalones microcortos de los ochenta».
Entre sus joyas más preciadas están las equipaciones reserva de aquella época, «de las azules no ves muchas, la de la temporada 86-87 con un escudo un poco raro, son de las más buscadas. Era una que sí utilizaba el Bilbao Athletic más habitualmente, pero el primer equipo la lució alguna vez». Una constante que se repite con el tiempo, «las suplentes también son más difíciles ahora. De la temporada pasada tengo las cuatro que se utilizaron, ya que también se usaron algunas con el logo de Bizi Ametsa de cara a las finales, conseguir la gris con ese parche es muy complicado. Lo mismo cuando se empleó un emblema del premio One Club Player». Y, también, obviamente, las elásticas para un único encuentro o ni llegaron a saltar al verde, «algunas con parches que únicamente se llevan en un par de partidos, publicidades concretas o las que se han empleado en un partido como fue una azul que se llevó en Formentera o una roja para otro partido de Copa en Irun en 2002. Luego están las que no se han usado nunca en partido oficial como la del centenario con un león o una gris y otra roja de Adidas de 2000 y 2001 que se vendían, pero que el equipo no lució».
Bernal subraya que «la rojiblanca de Liga, moviéndote bien y con contactos, se consigue relativamente fácil, la suplente de Liga siempre cuesta un poco y, luego, ya las de Europa. Si quieres de las previas, que suelen ser dos o cuatro partidos, sobre todo las segundas equipaciones, son más complicadas de lograr porque hay menos unidades. Es difícil conseguir una, tiene que ser porque un jugador se la dio a alguien, la tiró a la grada o la cambió con alguien y que luego llegue hasta ti».
Una de sus principales reliquias es «una de esas rarezas idiotas de los noventa, ya la camiseta suplente azul que se utilizó en la Champions de 1998 contra la Juventus y el Rosenborg, que es preciosa, no se vendió en la tienda». Él consiguió la de Josu Urrutia con el seis a la espalda. No es fetichista a la hora de buscar las camisetas de un determinado jugador, pero reconoce que «tener únicamente camisetas de Aduriz, Etxeberria o Guerrero me parece que está muy bien, pero del día del 1 a 7 en Lieja tengo la de Murillo, un jugador al que le tocó hacer después un trabajo muy ingrato, que le cayeron muchos palos, pero que si no es por esos perfiles a saber dónde estábamos. Es el Athletic, de la Champions de 1998, tengo la de Alkiza y la de César Caneda, un titularísimo y un chaval que empezaba y sigue jugando con 43 años. Es lo que me va surgiendo, no busco de un jugador concreto, este año tengo la de Vesga. Ahora bien, por ejemplo, tener la camiseta de Urrutia, un jugador que luego ha sido presidente, en un partido emblemático es algo que pone».
En su colección también aparecen otras prendas singulares de participaciones europeas. Por ejemplo, de la inolvidable campaña 2011-2012, tiene la de Iban Zubiaurre, un futbolista que no disputó ni un minuto. Lo explica diciendo que «supongo el Athletic prepararía unas camisetas en verano y, finalmente, Marcelo Bielsa diría que no iba a ser inscrito. Lo curioso no es que yo tenga la camiseta, es que aquel dorsal 16 se quedó vacío, no lo ocupó ningún jugador. El que me la pasó dice que se la dio Zubiaurre en San Mamés. Es de manga larga, que no se vendían, todas sus características hacen de ella una camiseta muy peculiar. De ese año, también tengo la elástica negra que se llevó en la ida de la semifinal ante el Sporting de Lisboa. Es de Gurpegi, que se acababa de recuperar, viajó a Portugal y con él su camiseta, pero no llegó a entrar en la convocatoria». Otra rareza corresponde a las elásticas de la eliminatoria de la Intertoto ante el Cluj transilvano bajo la dirección de Mendilibar en 2005. Confiesa que «tengo las dos de la Intertoto, aunque la azul de Garmendia que no se llegó a utilizar y la rojiblanca de Eder Martínez».
Unas singularidades que continúan al explicar que «una de las más raras que poseo es una granate que preparó Nike para la temporada 2013-2014 como segunda equipación, pero que finalmente se descartó. Yo tengo una de Ibai con el 11, pero sé que hay más porque otro coleccionista tiene la de Iñigo Pérez. A mi me parece preciosa, se quedó en un descarte, aunque después se la vimos a los porteros». Otra particularidad de su colección son «dos camisetas de Iago Herrerín para las Supercopas de 2015 y 2021, con sus respectivos parches, en dos colores que no fueron los que finalmente usaron los metas. Gorka Iraizoz y Unai Simón, menos dados a los colorines, jugaron de negro aunque las que yo tengo son verde y azul».
En el repaso histórico no podía faltar la pregunta en torno a la camiseta diseñada por el artista Dario Urzay para la UEFA de la temporada 2004-2005. Bernal es tajante al dar su opinión: «No tengo la de juego que se empleó en dos partidos de verano, es horrible, no me gusta, no entiendo cómo nadie del Athletic le dijo que se había aventurado demasiado. Han pasado 15 años y no hemos llegado a ese nivel de modernez».
Jugadores de los dos equipos y las incoporaciones del femenino
Las entrevistas se realizaron antes del derbi que disputarán navarros y rojiblancos en El Sadar, dos clubes con evidentes vasos comunicantes y viajes de ida y vuelta entre ambos conjuntos para multitud de futbolistas. Algunos de ellos han triunfado rotundamente, otros no tuvieron tanta fortuna. En la colección de Txema García se encuentran camisetas de muchos de ellos, es el caso de Patxi Ripodas, Raúl García, Berenguer, Kuko Ziganda, Pablo Orbaiz, Jon Andoni Goikoetxea, David López, Pizo Gómez, Kenan Kodro, Kike Sola, Aitor Ocio, Unai Expósito, Mikel Kortina o Julen del Val. Una cuestión sobre la que reflexiona destacando que «hay muchos jugadores que han ido y han venido, más hacia Bilbao que a Pamplona. Un caso que me dio mucha pena es el de Kike Sola, que es de mi pueblo Cascante, porque yo le veía un delantero apañado para nosotros, pero en un club con la exigencia que tiene el Athletic es difícil cuajar. Con Kenan Kodro pasó un poco lo mismo, se fue de aquí para poder jugar con Bosnia y acabó en San Mamés. Son futbolistas que es muy difícil que exploten en un club con la exigencia del Athletic». Por su parte, Iker Bernal tira de memoria para recordar que acumula las rojiblancas de «Orbaiz, Tiko, Ziganda Iñigo Pérez y otras muchas otras».
Uno de los agregados especiales que también han ido añadiendo son las prendas utilizadas por las jugadoras de los conjuntos femeninos de ambos clubes. En el caso del Athletic, al hablar del tema aparece un deseo evidente, «tengo una de Lorena Sánchez, marca Athletic, y dos de Eider Hidalgo. No se consiguen en las tiendas y la verdad es que me gustaría tener más». Txema García, por su parte, ahonda en un punto en el que lo tiene claro, «estoy muy orgulloso de ello, llevan el escudo de Osasuna, igual que el masculino. Hemos estado yendo a partidos en Tajonar y también a los de El Sadar. Es fútbol igualmente. Me fastidia que se tengan que quejar de que no tienen el mismo apoyo. Al final, tendríamos que estar yendo ya en una sociedad igualitaria. Espero que en poco tiempo tengamos más partidos en El Sadar y veamos a las chicas pelear con el escudo de Osasuna. Además, ha sido un placer poder conocer a dos o tres jugadoras del equipo y que me hayan dado camisetas para la colección».
¿Y, ahora, cuáles buscan?
Contando con colecciones tan extensas, apenas les quedan sueños en forma de elástica por conseguir, pero todavía las hay. En el caso de Osasuna, uno de los objetos de deseo para Txema García «hay tres o cuatro que me faltan con las que completaría los últimos 42 años. Especialmente hay una que busco de un homenaje que se le hizo aquí a Sammy Lee en 1988 ante el Liverpool. Una camiseta blanca de Umbro con la publicidad de Pacharán Zoco y que me encantaría tenerla».
En Bilbo, Iker Bernal quiere completar su colección de camisolas rojiblancas de los años ochenta, «me faltan la de la 89-90, la titular y una roja que se utilizó en un partido en Valladolid, y la de la 90-91. Son las dos rojiblancas usadas en Liga que no tengo. De las suplentes quiero conseguir la negra de 2009, con la imagen del león y la publicidad de Petronor y la de la temporada siguiente. De partidos europeos, no tengo la de la previa de la Europa League en 2011 ante el Trabzonspor o la rojiblanca de 1994. Busco otras curiosidades como cuando en 2013 se jugó en Vigo con los apellidos de las madres en la espalda.». Asimismo, otra de sus aspiraciones es conseguir algunas de las que se emplearon «en las finales de Copa 2009, 2012 y 2015, en la de la Europa League de 2012 o en la Supercopa de 2015».