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El presidente filipino respalda a sus policías tras 6.000 muertes en su «lucha contra la droga»

Rodrigo Duterte ha afirmado que «ayudaré a todos los militares y agentes que se enfrenten a imputaciones por esto». No solo es una respuesta interna sino también externa, dado que el Tribunal Penal Internacional ha abierto la opción de investigar qué ocurre en Filipinas.

Duterte, en el discurso anual a la nación. (Jam STA ROSA | AFP)

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha sostenido este miércoles que «nunca pedirá perdón» por las muertes registradas en el marco de la «guerra contra las drogas» puesta en marcha por su Administración.

«Nunca, nunca me disculparé por la muerte de esos bastardos. Nunca pediré perdón», ha aseverado durante un mensaje a la nación. «Matadme, encarceladme, nunca me disculparé», ha insistido en su autoritario y desafiante estilo.

Así, ha recalcado que su promesa fue hacer frente a las drogas y que su Gobierno se centraría en dicha cuestión, según informaciones del diario 'Philippine Daily Inquirer'. Además, ha indicado que está ayudando al Ejército y la Policía a defenderse de los cargos impuestos debido al «desempeño de su labor» para acabar con el narcotráfico.

«No es fácil y estos agentes se enfrentan a cargos. Les ayudaré. Todos los militares y agentes que se enfrenten a imputaciones por esto tendrán mi ayuda sin excepción alguna», ha dicho.

En este sentido, ha reiterado que no reconoce al Tribunal Penal Internacional (TPI), que había autorizado la apertura de una investigación sobre la guerra contra las drogas pero posteriormente anunció su suspensión.

No obstante, seguirá estudiando la información y evaluará la necesidad de reanudar la pesquisa, como indica un documento publicado en la web del tribunal. En concreto, el fiscal jefe del TPI, Karim Khan, ha incidido en que la paralización se produce para valorar el «alcance y la solicitud» de aplazamiento que demandó el Gobierno de Duterte el pasado 10 de noviembre argumentando que estaba llevando a cabo una investigación al respecto.

«Si hay un juez capaz de juzgarme deberá ser uno filipino porque soy filipino», ha destacado. Las autoridades del país estiman que 6.000 sospechosos han muerto durante esta llamada guerra contra las drogas desde que Duterte llegó al cargo.