191 movilizaciones para abrir puertas a los presos y caminos a la convivencia
La pandemia vuelve a impedir este sábado una enorme movilización nacional por los presos, pero el despliegue toma otra forma, extensísima: 191 convocatorias vespertinas, de Baiona a Tutera y de Muzkiz a Izaba, y una pluralidad que se plasmará por la mañana en el Euskalduna, víctimas incluidas.
Hace ahora una década, la movilización anual posnavideña por los presos que venía de antes dio un salto cualitativo en el nuevo escenario propiciado por la decisión de ETA. Desde entonces cada año ha reunido a entre 80.000 personas y las 135.000 contabilizadas por GARA en 2014, con no muchos vaivenes. Este sábado será imposible medirlo porque la actual ola pandémica imposibilita, por segundo año consecutivo, tal reunión de masas. Pero la dimensión de esta jornada de movilización descentralizada se percibe en la misma convocatoria, que habla por sí sola: 191 actos movilizadores pueblo a pueblo a lo largo y ancho de la geografía vasca, con un mismo objetivo de denunciar que una década después siguen las políticas y las prácticas carcelarias de excepcionalidad.
Por primera vez, eso sí, los familiares no tendrán que renunciar a las visitas a los presos y presas alejados en la otra punta del mapa ibérico o el Hexágono. Tras acabar de vaciarse las cárceles de Galiza, el Mediterráneo o Andalucía, la mitad de los encerrados en el Estado español están en cárceles vascas, y tres cuartos de los del Estado francés, en Lannemezan y Mont de Marsan. En cualquier caso, dar continuidad a este proceso hasta llevarlo a término será una de las demandas prioritarias: presos y presas vascas a Euskal Herria. Como explicaba el coportavoz de Sare Joseba Azkarraga el jueves en GARA, «sería un fracaso colectivo no lograrlo en 2022».
A este alejamiento sibilino se suman otras formas de excepcionalidad más crudas y que dan a las movilizaciones de hoy un sentido claro de defensa de los derechos humanos. Una es el mantenimiento entre rejas de una veintena de presos enfermos y la persistencia de la práctica de no liberarlos hasta que estén en situación terminal, como ha evidenciado este año el caso de Antton Troitiño, fallecido el 16 de diciembre. Otra son los obstáculos al acceso a la libertad condicional o a su fase previa, el tercer grado, con la devolución a prisión de Unai Fano por parte de la Audiencia Nacional como exponente sangrante el pasado otoño. Y sin olvidar las trampas legales vigentes para alargar condenas «ad hoc» a este colectivo humano concreto, bien esquivando la directriz europea que estipula descontar lo cumplido en otros estados (7/2014 de Rajoy) o bien imponiendo plazos de cárcel de hasta 40 años (7/2003 de Aznar).
Las convocatorias emplazarán a los estados para acabar con prácticas excepcionales, a la mayoría política española por las leyes especiales, e implícitamente también ahora al Gobierno de Lakua, que estrena competencia carcelaria
Así las cosas, estas 191 convocatorias conllevarán emplazamientos diferentes: a los dos estados, para que acaben con las prácticas carcelarias excepcionales que tienen como ariete a la Audiencia Nacional; a la mayoría política del Estado español, para que tenga en la agenda la necesidad de reformas legales; y esta vez también indirectamente al Gobierno de Lakua, puesto que asumió la gestión de las prisiones el pasado 1 de octubre. Un azar del calendario han hecho que justo este 8 de enero se cumplan 100 días, que es el plazo de cortesía concedido normalmente a cualquier nuevo mandatario para que convierta sus buenas palabras en actos, sus promesas en realidades.
El formato descentralizado sí lastrará un cuarto objetivo: visibilizar esta causa en la esfera internacional, recordar en el exterior que la cuestión de las personas presas, exiliadas e incluso aún deportadas está lejos de cerrarse.
Mayorías y víctimas
Las movilizaciones comenzarán en la inmensa mayoría de los casos a las 17.00, pero por la mañana en el Palacio Euskalduna de Bilbo habrá una expresión cualificada del impacto de esta jornada. La mayoría política y la unanimidad sindical concitadas en torno a esta reivindicación se visualizarán ahí, en torno a Sare. Son agentes que han encontrado un cauce común de acción compartiendo que este es un tema al margen de ideologías, que en presente se conjuga como cuestión de derechos humanos y en futuro como semilla de convivencia.
Así, según ha adelantado Sare, desde el ámbito político se sumarán a ese acto PNV, EH Bildu, Elkarrekin Podemos y Podemos Nafarroa. Por la parte sindical se reiterará la unidad total que ya sale a la calle una vez al mes hace varios años: ELA, LAB, UGT, CCOO, Steilas, ESK, Etxalde, HIRU, CGT, CNT y EHNE. Se cuenta también con la presencia de una delegación de la oficina del Ararteko y con otros agentes del ámbito de la defensa de los derechos humanos. Y desde fuera llegan para solidarizarse con esta causa un gran número de agentes catalanes, presentes ya en la movilización de Sare en Donostia de octubre (ERC, Junts, CUP, ANC, Ómniu, Consell per la Republica), o el BNG, que acude por vez primera.
La apuesta por unir voluntades para la convivencia queda clara en la mesa redonda de las 10.30 con víctimas de diferentes violencias: Manrique, Lluch, Zamarreño, García y Zabalza
A las 10.30, como muestra de la apuesta por «construir puentes destruidos y unir voluntades en aras a las convivencia», en ese Palacio Euskalduna se anuncia una mesa redonda muy potente, con víctimas de diferentes violencias codo con codo: Robert Manrique, víctima de ETA (Hipercor); Naiara Zamarreño, víctima de ETA (hija de Manuel Zamarreño); Rosa Lluch, víctima de ETA (hija de Ernest Lluch); Maider García, víctima de los GAL (hija de Juan Carlos García); e Idoia Zabalza, víctima de la violencia policial-estatal (hermana de Mikel Zabalza) son los invitados, con Pili Kaltzada como moderadora. La sesión se podrá seguir por streamming y tras ella Sare hará una reflexión sobre la necesidad de encarrilar ambas cuestiones (víctimas y presos) para sustentar un futuro mejor.
Baiona y las demás
Ya por la tarde, no faltan opciones para elegir adónde acudir. Previsiblemente una de la más potentes, si no la que más, será la de Baiona, y también una de las primeras en arrancar, a las 15.00. Tendrá como mensaje principal ‘Le temps presse. Ion, Jakes eta Unai gurekin’, reivindicando que Ion Parot, Jakes Esnal y Unai Parot llevan 31 años presos. También aquí ha quedado patente de antemano la pluralidad política de base, con la imagen (difundida por los convocantes, Bake Bidea y Artesanos por la Paz) de electos de diferentes formaciones adhiriéndose a la marcha, entre ellos Jean-René Etchegaray, presidente de la Mancomunidad Vasca.
Baiona a las 15.00, Gasteiz desde las 16.00 y Bilbo y Donostia a las 17.00, focos principales de una jornada con 63 citas en Gipuzkoa, 62 en Nafarroa, 54 en Bizkaia...
Los electos caminarán juntos en una de las tres columnas que confluirán en la marcha, y que partirán del polideportivo Lauga, Euskaldunen Plaza y Plaza Reduit. El evento se presentó además como principio de una dinámica que se pretende rápida y efectiva en favor de los tres presos citados. Y como anticipo de que la cuestión de los presos vascos debe estar también en la campaña de las presidenciales francesas de abril, más aún cuando las buenas palabras de Emmanuel Macron en Baiona («no hay que dejar que se tambalee la Historia, hay que acompañarla») no han terminado de concretarse.
Por lo que respecta al resto de capitales, en Gasteiz han optado igualmente por columnas, que partirán en este caso a las 16.00 del Palacio Europa, la iglesia de San Juan y el centro cívico Iparralde para confluir en el Artium y partir de ahí en manifestación, a las 17.00.
A esa misma hora iniciarán el recorrido tanto en Bilbo, desde la Plaza Elíptica, como en Donostia, donde la cita es en la Plaza Centenario (al final de la calle Urbieta).
El listado de Sare incluye otras ocho convocatorias en Araba, 53 más en Bizkaia, 61 en Nafarroa y 62 en Gipuzkoa. En cada punto con su propia forma –concentraciones, marchas, cadenas humanas, algún mosaico...-, pero con el mismo fondo. Algunos puntos, en Iruñerria por ejemplo, han preferido mantener sus actos habituales el viernes para sumarse el sábado a la capital.
Todo ello volverá a conformar probablemente la mayor movilización política de todo el año en Euskal Herria, aunque sea esta vez en una circunferencia amplia y no en una única ciudad o dos. Y obviamente, con las precauciones de distancia y mascarillas a las que obliga esta ola de ómicron.