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Roberta Metsola, una antiabortista con traje europeísta toma las riendas del Parlamento Europeo

Su carácter conservador pero moderado para el PPE, su posición antiabortista pero defensora de los derechos LGTBIQ+ y su compromiso europeísta marcan el inevitable perfil ambivalente de la maltesa Roberta Metsola, tercera mujer al frente de la Eurocámara y presidenta más joven de la historia.

Roberta Metsola, durante su intervención tras ser nombrada presidenta del Parlamento Europeo. (Patric HERTZOG | AFP)

El pleno del Parlamento Europeo ha elegido este martes a Roberta Metsola como nueva presidenta de la institución para lo que resta de legislatura. Un más que notable regalo de cumpleaños –cumple 43 años este martes– para la conservadora maltesa que se convierte así en la tercera mujer al frente de la Eurocámara y la presidenta más joven en la historia de la institución. Contraria al derecho al aborto, defensora de los derechos LGTBIQ+ y consciente de las realidades de las minorías europeas, Metsola se ha presentado ante los diferentes grupos parlamentarios espetando que representará a la mayoría.

La elección de Metsola responde al pacto entre conservadores, los socialdemócratas y los liberales, según el cual David Sassoli, fallecido hace una semana, presidiría la Eurocámara durante la primera mitad de la legislatura y un candidato del PPE tomaría el relevo a partir de enero de 2022. Pese a que los números apuntaban al bávaro Manfred Webber, el líder del Partido Popular Europeo confesó hace un año que sus aspiraciones políticas no se hallaban en Bruselas, y finalmente será la aspirante del sur de Europa la que presida el Parlamento Europeo.

Conservadora pero representante del ala moderada del Partido Popular Europeo, el perfil político de Metsola dista mucho del de Antonio Tajani, último de ese partido en ocupar el cargo, pero no deja de ser ambivalente. Ante el carácter abrupto del italiano, Metsola es dialogante y accesible, señalan los que han tratado con ella. Candidata de partido pero lejos de la figura de «halcón», añaden.

En su trayectoria política ha defendido los derechos de la comunidad LGBTIQ+, y también ha apoyado el Estado de derecho frente a la deriva autoritaria de países como Polonia, pero su candidatura ha causado una fuerte controversia por su firme oposición al aborto. Su historial de votos en el Parlamento Europeo da cuenta de ello: se abstuvo en la tipificación de la violencia de género como delito y ha votado en contra en todas y cada una de las resoluciones a favor del aborto. Una postura más acorde con la realidad de su país respecto a los derechos reproductivos, dado que Malta es el último Estado miembro de la UE donde el aborto es completamente ilegal.

De hecho, varios europarlamentarios han contrapuesto el legado de Simone Veil, que fue presidenta de la Eurocámara (entre 1979 y 1982) y superviviente del Holocausto que promulgó en el Estado francés la despenalización del aborto, con el perfil de Roberta Metsola, a la que han calificado de «antifeminista». La política conservadora se ha escudado en sus últimas intervenciones y en su primer discurso tras ser elegida presidenta argumentando que asumirá como propias las posiciones de la Eurocámara, también en áreas en las que como eurodiputada discrepó.

Ligada a la UE y consciente de las minorías

La carrera de Roberta Metsola siempre ha estado ligada a la Unión Europea. Abogada especializada en legislación europea, creció políticamente en las juventudes del Partido Popular Europeo. Tras su paso por el College of Europe, fue asesora legal de Catherine Ashton, la Alta Representante para la Política Exterior y de Seguridad Común, entre 2012 y 2013. En ese mismo año fue elegida eurodiputada por el Partido Nacionalista de Malta, inscrito en el Partido Popular Europeo.

Cuatro años antes, junto a su marido, el finlandés Ukko Metsola, del que toma su apellido –su anterior es Tedesco Triccas–, se convirtió en el primer matrimonio en concurrir en las listas de la Eurocámara. Ninguno salió elegido.

Durante estos dos años y medio ha ocupado el cargo de vicepresidenta primera y desde la muerte de Sassoli, presidenta en funciones. En una casa tan grande como es el Parlamento Europeo, con catorce vicepresidentes, su elección como vicepresidenta primera ha sido una prioridad para los populares europeos tras la designación de Mairead McGuinness como miembro de la Comisión Europea.

Como contrapeso a los perfiles de los altos cargos en la UE, Metsola representa a un país pequeño, situado además en el sur de Europa, habla maltés y tiene una conciencia mínima respecto a las minorías nacionales y lingüísticas, señalan fuentes del Parlamento.

Al contrario que la mayoría de miembros del PPE, tomó parte en el intergrupo de Minorías, y participó activamente en una iniciativa legislativa popular denominada Minority Safepack, encaminada a crear un marco común para la protección de los derechos de las personas que pertenecen a minorías.

Metsola también se ha mostrado favorable a que la Eurocámara tenga más peso, y en la presentación de su candidatura insistió en que el Parlamento Europeo debería tener derecho a la iniciativa legislativa, puesto que actualmente solo tramita los asuntos que llegan desde la Comisión.

La extrema derecha, sin candidato

Metsola ha logrado una cómoda mayoría de 458 votos a favor del total de 616 válidos en la ronda secreta de votación celebrada en Estrasburgo, y se ha impuesto en la primera vuelta a la candidata de la Izquierda Europea, Sira Rego (Izquierda Unida), y la exministra sueca Alice Bah Kuhnke, candidata de Los Verdes, ambas sin prácticamente opciones.

El candidato polaco de los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) –grupo al que pertenece VOX–, el ultra Kosma Zlotowski, ha decidido finalmente retirar su candidatura antes de la ronda de votaciones, lo que ha favorecido el apoyo del grupo a la candidata popular. Para muchos parlamentarios, la ultraderecha también se ha sumado al acuerdo para designar a Metsola como presidenta y habrá que esperar a ver qué plantean populares y socialdemócratas a modo de contrapartida.