Responsables de la Liga de Derechos Humanos demandan la libertad de Esnal y Parot
Dos voces de referencia de la Liga francesa de Derechos Humanos, su presidente Malik Salemkour, y su presidente de honor, Henri Leclerc, han hecho suyo el artículo escrito poco antes de morir por Michel Tubiana, en demanda de la libertad de los presos vascos Ion Kepa Parot y Jakes Esnal.
«Llamamos a recuperar la inteligencia, del corazón y de la razón; llamamos a no aumentar los dramas de pasado, a no hacer la opción del odio, ya que de la puesta en libertad de Jakes Esnal y de Ion Kepa Parot, de sus vidas, depende la paz en el País Vasco».
El enunciado es obra del artesano de la paz y presidente de honor de la Liga francesa de Derechos Humanos (LDH), Michel Tubiana, fallecido en octubre de 2021.
El digital ‘Mediapart’ ha reproducido con fecha de 31 de enero ese escrito titulado ‘Optar por la paz es optar por la vida’, a cuyo pie aparecen las firmas de dos referencias actuales del reputado organismo civil, a saber, su actual presidente, Malik Salemkour, y su presidente de honor, Henri Leclerc.
En esa columna se da cuenta del camino recorrido desde que en 2011 callaran las armas de ETA y esa organización clandestina se desarmara, con el concurso de la sociedad civil en 2017, antes de desaparecer definitivamente un año después «haciendo la opción del compromiso con las vías políticas democráticas y el reconocimiento de sufrimiento causado».
«Junto a otras numerosas personas elegimos el campo de la paz y trabajamos para que cesaran las violencias engendradas por ese conflicto y para construir el camino a una resiliencia a la que apelamos con todas nuestras fuerzas», relatan los firmantes, que se declaran conscientes de que esos pasos eran las «premisas indispensables de un proceso de paz que está por construir».
Expresan los sucesores del fallecido artesano de la paz que «restablecer el debate democrático, dar a conocer la verdad sobre lo ocurrido y garantizar la justicia a todas las víctimas» constituyen un pilar indispensable para un proceso de paz.
Aunque también estiman como condición sine qua non para la reconciliación y el asentamiento de la paz «que se resuelva la situación de las personas condenadas, imaginando un tratamiento adaptado a cada caso y teniendo en cuenta el cambio de la situación».
«Persisten las señales de guerra»
«No sirve de nada hablar de paz si persisten las señales de guerra», remarcan los dos representantes de la LDH, organismo de la sociedad civil que, siendo independiente, tiene estatus de entidad consultiva ante el Gobierno francés.
«Dos hombres, Jakes Esnal y Ion Parot, de más de 70 años de edad, condenados por la Justicia francesa a cadena perpetua por graves crímenes cometidos en España, llevan más de 30 años encarcelados», explican a continuación.
«No comprendemos el ensañamiento de la Fiscalía anti terrorista qui ha elegido la vía de la muerte legal y de la humillación», aseveran los dos representantes de la organización de defensa de los derechos humanos.
Sin obviar la alusión a la tortura que, dicen planea sobre algunos de los sumarios que conciernen a esos presos, la crítica a los entendimientos entre autoridades franco-españolas o el incumplimiento por Emmanuel Macron del compromiso con la paz que expresara en Biarritz en 2019, los firmantes consideran que esas actitudes no equivalen a una voluntad de «hacer justicia» sino más bien a la decisión de «remplazar la indispensable humanidad por una venganza destructora de toda esperanza».
«No seremos cómplices de una infamia»
«La Fiscalía antiterrorista, los jueces y la más alta representación de la República asumen la responsabilidad de hacer revivir los peores fantasmas de pasado al programar la muerte en prisión de Jakes Esnal y Ion Parot», denuncian los firmantes que ratifican la misiva del fallecido Michel Tubiana.
«No seremos cómplices de esa infamia», advierten, antes de demandar que se recupere «la inteligencia, del corazón y de la razón», y se acepte la liberación condicional a los dos veteranos presos vascos, a cuya suerte ligan los firmantes de la carta «el futuro de la paz en el País Vasco».