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La Policía intercepta centenares de vehículos para evitar que los convoyes entren en París

Cerca de 7.200 policías y gendarmes componen el dispositivo desplegado por la Prefectura de París este sábado para evitar que, tras pernoctar anoche en Chartres, los convoyes «a la canadiense» penetren en la capital francesa.

Control de la Policía en la Puerta Saint-Cloud, uno de los accesos al centro neurálgico de la capital francesa. (Sameer Al-DOUMY | AFP)

Tras acampar a las puertas de París, varios millares de opositores al pase vacunal llegados desde distintos puntos del Hexágono han vuelto a coger el volante a primera hora de este sábado para tratar de llevar su queja al centro de la capital francesa.

Entre ellos se cuenta esa treintena de vehículos que salieron a primera hora de la tarde del jueves desde Baiona, para sumarse a una marcha heterogénea en la que la consiga central es el rechazo al pase vacunal que el Gobierno ya avanza que decaerá entre marzo y abril.

A esa demanda se suman las quejas contra la carestía de la vida y en particular del precio de los carburantes, lo que ha animado a enganchar con el autodenominado «convoy de la libertad» a personas nostálgicas del movimiento Chalecos Amarillos.

Los automovilistas, que se congregaron anoche en un parking cercano a la localidad de Chartres, distante en menos de 100 kilómetros de París, han salido al amanecer, determinados a movilizarse a pesar del fuerte despliegue policial.

La Prefectura de París ha desplegado a un total de 7.200 policías y gendarmes que a lo largo de la mañana se han dedicado a cerrar el paso a las caravanas de vehículos y que antes del mediodía habían procedido a comunicar amonestaciones a los conductores.

Medios de comunicación parisinos y sobre todo periodistas free-lance dan cuenta de sucesivas operaciones de bloqueo, principalmente en la periferia, para evitar que las filas de coches y camping-car -los camioneros no se han sumado a esta secuela del convoy canadiense- penetren por alguna de las entradas que dan acceso a la capital francesa.

La Prefectura de París juega también la baza en redes y retransmite a golpe de tuit sus acciones para evitar, con policías y «varias decenas de grúas», que la operación para evitar que sigan su ruta las caravanas de antomovilistas derive en un suerte de autobloqueo, al complicar la circulación en las arterias más concurridas de la capital.

«Para las 11.20 se habían impuesto 280 amonestaciones», resumía en uno de esos mensajes. También daba cuenta de la última decisión del Tribunal Administrativo, conocida a media mañana. Rechazaba el segundo recurso presentado por los organizadores de la protesta y corroboraba la prohibición de la manifestación convocada en la plaza Joachim Du Bellay, sita en el céntrico primer distrito de París.

La militante antivacuna e integrante en su día de los «chalecos»,  Sophie Tissier, ha expresado a AFP su enfado ya que «el derecho de mano¡ifestación es un valor constitucional, no así el bloquear o impedir la libertad de movimiento de las personas».

3.300 vehículos

La Policía ha estimado en unos 3.300 los vehículos que integran el convoy, «una acción de una dimensión inpresionante», según lo expresado por uno de los coordinadores de la protesta a la misma agencia.

Otro de los integrantes de la caravana, Robin, llegado desde Alsacia abogaba por «no molestar a la gente, para que la ciudadanía se ponga de nuestra parte, como ha ocurrido en Canadá».

Los llamamientos a volver a ocupar las rotondas, como en el arranque del movimiento que puso en jaque a un recién llegado presidente Emmanuel Macron en 2018, no parecen haber tenido, de momento, demasiado eco.

Las fuerzas se concentran en el pulso en París, antes de tratar de alcanzar, el lunes, Bruselas, aunque las autoridades belgas ya han adelantado que no ahorrarán medios para evitar un bloqueo en las carreteras de acceso a la capital comunitaria.