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La mayoría reeditada y la espantada crítica ofrecen todo el poder de EA al equipo de Eba Blanco

La secretaria general, Eba Blanco, y su equipo han recibido el apoyo de la mayoría de compromisarios del Congreso de Eusko Alkartasuna. Esto, unido a la no participación de los críticos, hace que todas las estructuras del partido queden ya en manos del sector oficial.

Eba Blanco ha superado el porcentaje de apoyo que obtuvo Pello Urizar en 2017. Ambos se han abrazado de forma efusiva y sincera (Raúl BOGAJO | FOKU)

Eba Blanco y su equipo han sido elegidos para liderar Eusko Alkartasuna con el apoyo de 135 de los 249 compromisarios del XIII Congreso de partido. Esto supone un 54,21% de apoyo a todos los órganos del partido elegidos, frente a un 45,79% que no participaron en las votaciones siguiendo la táctica escogida por el sector crítico. La dirección de Blanco ha superado el porcentaje de votos que Pello Urizar obtuvo frente a Maiorga Ramírez en 2017, que fue de un 52,4% contra un 47,6%.

La victoria es más importante de lo que inicialmente pudiera parecer, puesto que la mayoría ratificada por el sector oficial y la espantada protagonizada por los críticos, hace que todas las estructuras internas de ámbito regional y nacional del partido queden para los próximos cuatro años en manos del equipo liderado por Eba Blanco.

Hace cinco años, la participación del sector de Maiorga Ramírez en el XII Congreso hizo que obtuvieran una nutrida representación, aunque minoritaria, en la Asamblea Nacional de EA. En esta ocasión, al no presentar listas ni tomar parte en las votaciones, el máximo órgano entre congresos será monocolor.

Además, en 2017 el sector crítico consiguió hacerse con los liderazgos regionales de Araba, Gipuzkoa y Nafarroa, lo que además de una suerte de contrapoder interno importante, le daba acceso a la Ejecutiva Nacional. En este Congreso, las bases han aprobado mayoritariamente un cambio de estatutos que hace que los coordinadores de cada herrialde fueran elegidos ayer directamente por los compromisarios.

También la Comisión de Garantías será en adelante absolutamente afín al sector mayoritario de EA. La que salió elegida en Donostia en 2017 era inicialmente de mayoría oficialista, pero el cambio de sector de uno de sus integrantes decantó la mayoría a favor de los críticos, lo que tuvo después notable incidencia en las disputas internas que se dieron en torno a las primarias y en todo tipo de contenciosos.

La Comisión de Garantías es, por otra parte, el órgano ante el que el parlamentario navarro Maiorga Ramírez, la excoordinadora de Araba, Iratxe López de Aberasturi, el excoordinador de Gipuzkoa, Mikel Goenaga, la excoordinadora de Nafarroa, Miren Aranoa y Esther Korres pueden recurrir su suspensión de militancia por cuatro años, a la que dio lugar una denuncia de dos militantes. Durante este periodo todos estos líderes del sector crítico estarán fuera de los órganos del partido.

Los críticos en una sala alquilada hace días

En este contexto, el sector crítico ha anunciado también esta mañana la creación de un «grupo motor de democratización» compuesto por afiliados de la formación y cuya cara pública será Esther Larrañaga. Llama la atención que este acto que este acto se haya celebrado en el mismo Palacio Europa en el que tenía lugar el Congreso y en una sala que, según ha sabido NAIZ, fue alquilada hace ya varios días, antes de que, por ejemplo, se produjeran algunos de los hechos después denunciados por este sector para justificar su no participación en los debates y las votaciones. No ha estado presente Carlos Garaikoetxea, que también ha sido invitado por la dirección de Eba Blanco para asistir a la sesión final del Congreso.

El objetivo declarado de este «grupo motor» es el de seguir trabajando por una mayor «democratización» de EA y el refuerzo del peso y de la «independencia» de esta formación en el seno de EH Bildu.

Su problema, además del de estar en minoría, es doble. Por un lado, en el ámbito interno,  al haber renunciado a participar en el Congreso, carecerán de instrumentos en las estructuras internas para tratar de alcanzar ese impulso «democratizador» de EA salvo los cargos locales a los que puedan optar.

Por otro lado, en lo relativo a los cambios en la estructura de EH Bildu, no podrán nunca hablar en nombre de EA para pedir cualquier alteración y varios de los líderes críticos tampoco tienen voto en los órganos de representación de las bases de EH Bildu puesto que, como reconoció recientemente uno de sus portavoces, no son «bilkides».

En estas condiciones, y si en los últimos cinco años no han conseguido volcar la correlación de fuerzas interna, lo tienen prácticamente imposible para poder cambiar la estrategia política de EA confirmada en este congreso y, menos aún, la organización presente y futura de EH Bildu.

Largos aplausos e irrintzis

Después de los debates y aprobación de forma telemática de la ponencia política y de los estatutos de EA el sábado, y de la elección también por internet de los órganos del partido, el acto presencial fue breve pero emotivo.

Primero fueron llamados al estrado del Palacio Europa de Gasteiz lo integrantes de la dirección. Después, el momento más emotivo fue el de la presentación de la secretaria general, Eba Blanco, que fue recibida con un caluroso y extenso aplausos, irrintzis y un sentido abrazo del anterior líder, Pello Urizar.

Del discurso de Eba Blanco tienen más información en NAIZ. En él dejó claro que el peligro de que EA se sitúe fuera de EH Bildu «lo hemos cerrado este fin de semana. Ahora nos toca a todas y a todos ponernos a trabajar con disciplina». Al final se repitieron los aplausos y los irrintzis, una calor que mostraba la intensidad emocional con la que se han vivido este Congreso y los últimos años en EA.