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Una multitudinaria manifestación reclama que se retome la búsqueda de los marinos del Pitanxo

Una multitudinaria movilización en Marín ha arropado este domingo a los familiares de los marineros del Villa de Pitantxo en su demanda para que se retome la búsqueda de las doce personas que permanecen desaparecidas. El rescate se suspendió 36 horas después del naufragio.

Familiares de los desaparecidos, durante la manifestación de este domingo. (Miguel RIOPA | AFP)

La alameda de Marín, la villa pesquera pontevedresa en la que tiene su base el Grupo Nores, armador del Villa de Pitanxo, ha sido escenario este domingo de una protesta multitudinaria para reclamar que se retome la búsqueda de los doce marineros que permanecen desaparecidos.

La movilización ciudadana se produce 24 horas antes de la llegada del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, a Galicia para recibir en la base aérea de Santiago de Compostela el avión fletado para repatriar desde Terranova a los tres supervivientes y los cuerpos de los nueve fallecidos.

La mitad de la tripulación del Pitanxo sigue desparecida, después de que las autoridades canadienses tuvieran que suspender su búsqueda, 36 horas después del naufragio a unos 460 kilómetros al este de San Juan, en Canadá, por la falta de posibilidades de encontrarlos con vida y debido a las condiciones meteorológicas tan adversas.

Samuel Kwesi, uno de los tres supervivientes del Villa de Pitanxo, ha suplicado que se retome la búsqueda de sus doce compañeros desaparecidos, según ha contado a la prensa Julio Torres, pastor evangelista de Marín y amigo suyo.

En la protesta de hoy en Marín, María José, hija de Francisco de Pazo, el veterano jefe de máquinas que forma parte del grupo de desaparecidos, ha anunciado que esta semana los familiares de los tripulantes que puedan irán a Madrid para solicitar audiencia con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y con la ministra de Trabajo, la gallega Yolanda Díaz, con el objeto de trasladarles su petición.

Ella ha sido la primera en tomar la palabra desde un palco en el que se han mostrado desde fotos impresas en camisetas hasta cuadros portados en mano de la marinería de ese arrastrero congelador. Llevaba a bordo a 24 personas, de las cuales el mar devolvió nueve cuerpos, mientras que hay tres supervivientes del fugaz hundimiento en pleno temporal: el patrón Juan Padín, su sobrino Eduardo Rial y el ghanés Samuel Kwesi.

María José de Pazo ha elevado su voz para denunciar que desde hace cuatro días no hay rastreo en el Atlántico Norte. «Sabemos que no están vivos, pero nosotros queremos recuperar los cuerpos. Los patrones en Canadá nos dicen que ha mejorado el tiempo. ¿Por qué no se reanuda? Hay olas de cinco metros. Allí es normal». El día que el océano engulló el barco gallego de 50 metros de eslora, la altura era el doble.

«Queremos una explicación, pero no palabras», ha reivindicado la portavoz habitual de los parientes de esta dotación que pescaba fletán negro. «Cada día que pasa es más difícil encontrar algún cuerpo», ha subrayado.

«Nos sentimos abandonados», «no han movido nada», «son españoles», «no son ningún animal para dejarlos allí tirados», han sido algunas de sus quejas.«Es sencillo: háganlo», ha concluido su mensaje.

Aura, pareja de Martín, se ha subido al estrado a continuación para clamar justicia y «apoyo del Gobierno», «por esas doce personas que no están con nosotros».

«¿A quién 36 horas le parecen suficientes»

Cristopher, hijo del engrasador Fernando González, ha lanzado la cuestión que está en mente de todos: «¿A quién 36 horas le parecen suficientes?», «nosotros somos España, nosotros no tenemos el mismo protocolo que Canadá».

Se ha puesto en la situación de su padre, que «ahogado, se murió de frío». «Lo que pudo sufrir», ha señalado visiblemente emocionado. «Sigamos haciendo ruido. Cuando lleguen los cuerpos y los vivos esto se va a olvidar. No podemos callarnos».

Este chico ha dado las gracias a los armadores, patrones y marineros que, «sin llevar nada a cambio, pusieron su vida en peligro para rescatarlos».

Carolina, mujer de Jonathan Calderón, ha compartido que hasta anoche no pudo contar lo sucedido a su hijo. «Somos peruanos con nacionalidad española, residentes en Marín. Es tan doloroso decir a unos niños... Tengo la esperanza de que, aunque esté muerto, lo traigan», ha manifestado.

«No estamos pidiendo una ayuda, estamos pidiendo un derecho. Es muy difícil venir aquí. Yo no iba a venir», ha zanjado.

El laureado atleta olímpico Jean Marie Okutu, multicampeón estatal en salto de longitud, cuyo hermano mayor, Edemon, falta, ha tenido que recibir aplausos de ánimo para poder articular palabra: «que se intente un poco más», «sólo les pedimos eso».

Sin poder contener el llanto, ha relatado que Edemon tiene mujer y tres niñas, una muy pequeña, y que este mismo mes él, el primogénito de sus padres, había cumplido años. «Un mínimo esfuerzo», ha demandado.

Participantes en la marcha han portado cartles con mensajes de apoyo a las familias afectadas y lemas como «Nuestros marineros no son peces, son padres, hijos, hermanos, abuelos».

Los supervivientes están «bien, pero siguen en shock»

Los tres únicos supervivientes del naufragio están "extenuados, pero bien", tras haber descansado en un hotel, aunque es mejor su salud física que la síquica. «Están bien, pero siguen en shock», ha contado a Efe Sara Prieto, pareja de Eduardo Rial, que se salvó junto a su tío y a Samuel Kwesi.

Sara espera poder abrazar a Eduardo este lunes, después de que en la tarde de este domingo llegase a Terranova el avión militar que se encargará de la repatriación, que aterrizó en medio de un intenso temporal de nieve. Aparte de Padín, Rial y Kwesi, en el avión se trasladarán los cuerpos de cuatro marineros.