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Quedan al descubierto cuentas de 30.000 clientes de Credit Suisse con fondos ilícitos

Una filtración revelada este domingo por medios de comunicación de todo el mundo ha puesto al descubierto las cuentas de 30.000 clientes del banco Credit Suisse que guardaban dinero procedente de actividades ilícitas. La entidad afirma que cerró el 90% de las cuentas vinculadas a estas acusaciones.

Rótulo de Credit Suisse en su sede de Zurich. (SEBASTIEN BOZON | AFP)

Uno de los nombres más destacados es el del dictador filipino Ferdinand Marcos (fallecido en 1989) y su esposa Imelda, quienes se estima que robaron 10.000 millones de dólares hasta 1986. Los Marcos tenía una cuenta en Credit Suisse bajo los nombres falsos de William Saunders y Jane Ryan. En 1995 un tribunal suizo ordenó devolver 500 millones de dólares a Filipinas.

La nueva filtración revela una cuenta de la abogada Helen Rivilla, condenada en 1992 por ayudar a blanquear dinero para Ferdinand Marcos. A pesar de ello, pudo abrir una nueva cuenta en 2000.

Entre los políticos incluidos está también Pavlo Lazarenko, primer ministro de Ucrania entre 1997 y 1998. Un mes después de dimitir abrió la primera de dos cuentas en Credit Suisse con casi 8 millones de francos suizos. Transparencia Internacional estima que Lazarenko robó 200 millones de dólares cobrando la mitad de sus beneficios a empresarios del país.

Fue condenado en Suiza por blanqueo de capitales en 2000 y posteriormente condenado a nueve años de prisión por corrupción en Estados Unidos en 2006.

También tenían cuenta en Credit Suisse Alaa y Gamal Mubarak, hijos del egipcio Hosni Mubarak. Abrieron la primera cuenta en 1993 y en 2010, un año antes de la caída de su padre durante la Primavera Arabe, una cuenta de Alaa tenía 232 millones de francos suizos. Otros empresarios y altos cargos egipcios de la era Mubarak también tenían cuentas en Suiza.

Un confidente

Credit Suisse es uno de los bancos privados más grandes del mundo y, según esta investigación periodística, ha acogido entre sus clientes a individuos acusados de torturas, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, corrupción y otros crímenes graves, según ha revelado un confidente que ha entregado los datos al periódico alemán ‘Sueddeutsche Zeitung’.

«Creo que la ley de secreto bancario suiza es inmoral. El pretexto de proteger la privacidad bancaria sirve para tapar la vergonzosa función de los bancos suizos como colaboradores de los evasores fiscales», ha afirmado la fuente.

Entre los nombres citados está también el del presidente de la Bolsa de Hong Kong, Ronald Li Fook Shiu, condenado en 1990 por sobornos. Era uno de los hombres más ricos de la ciudad, pero terminó en una prisión de máxima seguridad.

Li, ahora fallecido, pudo abrir sin mayores contratiempos una cuenta en Credit Suisse en 2000 con 59 millones de francos suizos, unos 56 millones de euros.

También tenía hasta dos cuentas en la entidad el serbio Rodoljub Radulovic, condenado en 2001 por fraude en el mercado bursátil estadounidense. La primera se abrió en 2005 y se cerró en 2010. Recientemente ha sido condenado en Belgrado por tráfico de cocaína desde Sudamérica para el capo Darko Saric.

En el caso del alemán Eduard Seidel el banco no tuvo en cuenta que fue condenado por sobornos en 2008. Seidel era empleado de Siemens y fue el director de la multinacional en Nigeria, cargo desde el que sobornó a las políticos para lograr licitaciones.

Sin embargo, mantuvo sus cuentas en Credit Suisse hasta finales de la última década. Cuando salió de Siemens tenía una cuenta con 54 millones de francos suizos, un dinero del que la compañía asegura no tener noticias.

Tampoco se cerró la cuenta del informático sueco Stefan Sederholm, condenado a cadena perpetua por tráfico de seres humanos en Filipinas en 2011. La cuenta siguió abierta al menos dos años y medio después.

Casi dos docenas de empresarios, autoridades y políticos aparecen implicados en casos de corrupción relacionados con la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA). Entre estos nombres están los de los estadounidenses Roberto Rincón Fernández y Abraham Shiera Bastidas, quienes sobornaron a funcionarios en 2009 a cambio de contratos de PDVSA. Tanto ellos como los funcionarios sobornados tenían cuentas en Credit Suisse con importantes sumas de dinero.

«Sacados de contexto»

En respuesta, Credit Suisse ha alegado que las leyes bancarias le impiden comentar las acusaciones individuales, pero el banco ha rechazado «contundentemente» estas acusaciones sobre sus prácticas porque estas informaciones se basan en «datos seleccionados sacados de contexto y por tanto generan interpretaciones tendenciosas de la conducta empresarial del banco».

Credit Suisse señala que se trata de casos pasados, en ocasiones relativos a una época en la que «las leyes, prácticas y expectativas para con las instituciones financieras son muy diferentes de las actuales». Algunas cuentas fueron abiertas en la década de 1940, aunque más de dos tercios fueron abiertas después de 2000.

El propio responsable de la filtración ha reconocido que en la lista hay cuentas legítimas y declaradas por el cliente a la autoridad fiscal correspondiente de su país. «Soy consciente de que tener una cuenta en un paraíso fiscal suizo no implica necesariamente evasión fiscal ni ningún otro delito financiero. Sin embargo, es probable que un importante número de estas cuentas se abrieran con el único propósito de esconder los fondos de las instituciones financieras y/o evitar pagar los impuestos sobre el capital», ha explicado.

Otro dictador que aparece en el listado es el nigeriano Sani Abacha, que se cree que robó 5.000 millones de dólares en solo seis años. Credit Suisse tiene a los hijos de Abacha como clientes y tienen en sus cuentas 214 millones de dólares.

La lista incluye a altos cargos de Pakistán, Jordania, Yemen e Irak, así como al exministro de Defensa argelino Jaled Nezzar, quien estuvo en el cargo hasta 1993. En 2004 abrió una cuenta que llegó a tener dos millones de francos suizos, y permaneció así hasta 2013, dos años después de ser detenido en Suiza por crímenes de guerra.