INFO

A una semana de su ejecución, cada vez más voces piden el indulto para Melissa Lucio

El próximo miércoles, 27 de abril, el estado de Texas ejecutará a Melissa Lucio, condenada tras ser declarada culpable de haber maltratado y matado a su hija menor. Dado que el proceso judicial ha estado plagado de irregularidades, el hashtag #SaveMelissaLucio pide que se le revoque la pena capital.

Lucio reza junto con un grupo de abogados tejanos en la cárcel de Gatesville. (Jeff LEACH | AFP)

A falta de una semana para que Melissa Lucio sea ejecutada por el estado de Texas, cada vez más voces piden justicia y el indulto para esta mujer, que fue condenada a muerte tras ser declarada culpable de haber maltratado y matado a su hija menor, Mariah, una acusación que ella siempre ha negado. La periodista y activista Amanda Knox, la estadounidense que fue injustamente condenada en Italia por matar a su compañera de piso y después exonerada, puesto que era inocente, también le ha mostrado su apoyo y se ha sumado a la petición de indulto para Lucio.

Concretamente, Knox se ha unido al hashtag #SaveMelissaLucio para presionar la interrupción de la inyección mortal. Mediante un hilo de Twitter, Knox ha compartido su propia experiencia en la maternidad, y de cómo, en alguna ocasión, toda madre o padre ha tenido algún susto con sus respectivos hijos. A continuación, varios padres y madres se han sumado al hilo y han compartido sus respectivas experiencias en la crianza de sus hijos.

La pequeña Mariah, que padecía una leve malformación en los pies, se tropezó y cayó por unas escaleras, mientras que Lucio, despistada, organizaba una mudanza. Al principio, la niña parecía estar bien, pero dos días después falleció mientras dormía. Lucio, que fue interrogada durante más de cinco horas sin la presencia de un abogado, acabó confesando un crimen que siempre ha negado haber cometido.

Sin embargo, esa confesión de dudosa credibilidad y conseguida mediante «coacción», según la defensa de Lucio, convenció al jurado, ya que la declararon culpable y la condenaron a la pena capital, convirtiéndose así en la primera mujer latina condenada a muerte en el estado de Texas.

La Conferencia de Obispos Católicos de Texas ha mostrado su apoyo a Lucio y cinco de los doce jurados que la condenaron actualmente tienen dudas sobre el veredicto. Asimismo, la mayoría bipartidista de la Cámara de Representantes del estado de Texas pidió clemencia para esta mujer de 53 años.

Por su parte, el fiscal de distrito del condado de Cameron, Luis Sáenz, ha afirmado que si no se suspende la ejecución de Lucio hará «lo que tenga que hacer para detenerla». Pese a sus declaraciones, Sáenz no ha retirado su solicitud de una fecha de ejecución, algo para lo que tiene potestad si así lo deseara.

La defensa de Lucio solicitó el indulto ante el gobernador Greg Abbott y el Consejo de Indultos y de Libertad Condicional de Texas hace semanas, pero todavía no han recibido ninguna respuesta.

El género sí importa

Desde su propia experiencia como mujer injustamente condenada, Knox ha explicado las diferencias entre los procesos judiciales que implican a hombres y mujeres como acusados: «Cuando los hombres son condenados injustamente, generalmente hay un crimen obvio, sangre y trauma, la familia de la víctima en duelo. La Policía y los fiscales se equivocaron de persona y, en algún lugar, el verdadero violador o asesino puede estar causando más daño. Pero cuando las mujeres son condenadas injustamente, en casi el 70% de los casos, es por delitos que nunca ocurrieron».

Para ejemplificar sus afirmaciones, Knox ha mencionado «muertes por accidente, enfermedad o suicidio», para añadir a continuación que en «casi un tercio de los casos son por la muerte de sus propios hijos o niños a su cargo».

«Con las mujeres, la mayoría de las veces, la familia en duelo es suya», ha sentenciado.

Confesiones falsas

«La mayoría de los miembros del jurado consideran que las confesiones son pruebas muy convincentes. Es natural pensar: ‘Nunca confesaría algo que no hice’», ha expuesto Knox.

Sin embargo, la periodista ha explicado que la vulnerabilidad es un factor clave para que una persona inocente se atribuya la autoría de un crimen que jamás cometió: «He escrito sobre mi propia admisión falsa forzada muchas veces, tratando de entenderlo yo misma y educar a otros sobre cómo se puede presionar a personas inocentes para que se impliquen. Cuanto más vulnerables son, más fácil es para la Policía hacerlo. En mi caso, tenía 20 años, estaba sola en un país extranjero, a miles de kilómetros de casa, siendo interrogada en un idioma extranjero».

Lucio, por su parte, también era una persona vulnerable, ya que había sufrido abusos sexuales desde la infancia, había sufrido la pérdida de una hija horas antes y estaba siendo interrogada sin la presencia de un abogado. «Utilizaron técnicas conocidas para obtener confesiones falsas. Minimizaron la gravedad de su situación, al mismo tiempo que exageraron la fuerza de la evidencia que tenían en su contra, esencialmente mintiéndole», ha denunciado Knox.

Falta de pruebas físicas

Además, Knox ha destacado que Armando Villalobos, el fiscal del distrito que participó en la causa contra Lucio, fue condenado posteriormente por soborno y extorsión. Este fiscal retrató a Lucio como una abusadora, rechazando las declaraciones del resto de sus hijos, que negaban rotundamente que su madre abusara de ellos.

A ello se suma que la propia Lucio ha criticado que su primer abogado de oficio, Peter Gilman, «no trató de ayudarme de ninguna manera».

A pesar de que el estado de Texas no presentó ninguna prueba física, la condena se sustentó, únicamente, en la confesión falsa de Lucio.