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En defensa de las carnicerías artesana

Estado francés. 2020. 91’ Tit. Orig.: ‘Tendre et saignant’. Dtor.: Christopher Thompson. Guion: Christopher Thompson y Fabrice Roger-Lacan. Prod.: Christopher Thompson y Jean Cottin. Int.: Géraldine Pailhas, Arnaud Ducret, Stéphane De Groodt, Jean-François Stevenin.

En la parte de arriba se ve la carnicería de ficción, y abajo la real. (NAIZ)

A Christopher Thompson le delata el apellido, porque es hijo de la cineasta Danièle Thompson, y por lo tanto nietísimo del maestro Gérard Oury. La presión familiar ni en el cine ni en ninguna otra profesión es buena, aunque también tiene sus ventajas, y entre ellas la de conocer a los y las grandes del séptimo arte, gracias a lo cual ha podido contar en el reparto con el recientemente fallecido actorazo Jean-François Stevenin en una de sus últimas apariciones en la pantalla, y al que, como no podía ser de otra manera, va dedicada la película. Su papel es importante en el desarrollo de la trama, porque hace de padre de la protagonista, y también le toca morir en la ficción.

Todo arranca, precisamente, cuando su hija hereda el negocio familiar, a sabiendas de que la última voluntad paterna era la de que ella continuase con la carnicería. Y como la mujer no sabe nada del cometido de un carnicero tradicional, en teoría deberá dejar que el empleado de confianza de su progenitor siga llevando las riendas. Abrumada por la responsabilidad, su primera reacción es la de vender el viejo local, para así seguir con su verdadera dediación al mundo de la moda como directora de la revista parisina ‘Chiffon’. En provincias se siente como un pez fuera del agua, y encima no está dispuesta a despedazar animales muertos.

‘Tendre et saignant’ (2020) es la típica comedia de polos opuestos condenados a atraerse entre sí, aunque al principio la urbanita encarnada por Géraldine Pailhas y el charcutero al que da vida Arnaud Ducret parezcan  vivir en mundos totalmente alejados el uno del otro.

Pero lo que se impone es una defensa de la carnicería artesanal y del producto de kilómetro cero, mediante un acercamiento que lo da a conocer mejor, y, por último, a amar su identificación con lo natural, más allá de las fobias veganas y animalistas.