Elegidos diez diputados de todos los grupos para reactivar la comisión de gastos reservados
Tras el escándalo Pegasus se abre la opción de reactivar la comisión de gastos reservados ante la que debe rendir cuentas el CNI. La modificación desde la Presidencia ha permitido nombrar a diez diputados de otros tantos grupos, con la intención de acabar así con bloqueos y también vetos.
El Pleno de Congreso ha elegido este jueves a los diez únicos diputados, uno por grupo parlamentario, autorizados para acceder a materias clasificadas como secretas, que recibirán información sobre el uso de los fondos reservados y que podrán controlar las actividades del Centro de Nacional de Inteligencia (CNI).
Con la oposición del PP, Vox y Ciudadanos, que rechazan que las formaciones independentistas puedan tener acceso a «secretos de Estado», se rebajaron los votos necesarios para salir elegidos en este trámite pasando de los tres quintos de la Cámara (210) a la mayoría absoluta (176). Ha sido fruto del cambio de reglas aprobado por la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, para desencallar esta comisión, que permanecía sin constituir desde 2019 por el veto de los grupos de derecha a fuerzas independentistas y de izquierdas.
Todo ello ha ocurrido tras el escándalo del espionaje con Pegasus, que ha delatado algunas consecuencias de la falta de control al CNI. Hasta la ministra de Defensa, Margarita Robles, lo ha admitido aunque con sarcasmo, al asegurar que el CNI no puede dar explicaciones sobre el tema al no contar con un foro propicio para ello. Una vez se active esta comisión, Robles asegura que habrá explicaciones en ella por parte de la directora del servicio de espionaje, Paz Esteban.
Tras la votación secreta, por papeleta en urna, han sido elegidos Héctor Gómez (PSOE), Cuca Gamarra (PP), Iván Espinosa de los Monteros (Vox), Pablo Echenique (Unidas Podemos), Gabriel Rufián (ERC), Miriam Nogueras (Junts), Edmundo Bal (Ciudadanos), Aitor Esteban (PNV), Mertxe Aizpurua (EH Bildu) y Albert Botran (CUP).
Habrá que esperar a que se constituya finalmente la comisión para ver la importancia real de este paso. En los últimos días tanto desde Unidas Podemos como desde el PNV se ha recordado que cuando estuvo en marcha hasta 2019 en ella nunca se habló de Pegasus (lo ha dicho Pablo Echenique) y tampoco «se escuchó ningún secreto» (Aitor Esteban).
La derecha entra en cólera
El relanzamiento de esta comisión sin vetos se ha traducido en tremendos descalificativos hacia la presidenta Batet y el PSOE por parte de los grupos de derechas, que en algunos casos han apuntado que no participarán en ella.
Así, la secretaria general del grupo parlamentario de Vox en el Congreso, Macarena Olona, ha acusado a Batet de «prostituir» la Cámara. La presidenta le ha reclamado respeto, pero Olona ha seguido en ello hasta afirmar que «usted queda en la historia del constitucionalismo español como la catedrática de Derecho Constitucional que vulneró todos nuestros derechos». Tras ello la bancada de Vox ha empezado a corear «Dimisión, dimisión».
Olona lo ha completado con un extracto teatralizado sobre la tortura, en el que se mofa de sus víctimas.
Desde el PP, José Antonio Bermúdez de Castro ha acusado al PSOE de romper consensos, obviando que ello mantenía bloqueada la comisión, por «el chantaje de sus socios presupuestarios». «Lo importante es seguir en el poder -ha reprochado a los socialistas-. Ponen su propia supervivencia por encima de los intereses del Estado y eso los españoles no se lo van a perdonar».
La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha añadido alusiones personales a algunos de los independentistas que tomarán parte de la comisión, para concluir así: «Menudo 'dream team', sólo les falta Jack el Destripador».