‘Las noches de Tefía’, el campo de concentración fascista para vagos, maleantes y homosexuales
‘Las noches de Tefía’ es una serie que quiere abordar las vivencias de los presos de la llamada Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía. En este campo de concentración compartieron barracones quienes fueron condenados por la ‘Ley de vagos y maleantes’, que también incluía a los homosexuales.
Producida por Buendía Estudios Canarias en colaboración con Atresmedia Televisión, ‘Las noches de Tefía’ es una serie que incide en uno de los muchos episodios trágicos relacionados con el franquismo.
Se trata de un proyecto muy personal de Miguel del Arco. Guionista, actor y director que ha trabajado tanto en cine como en teatro y televisión, ejerce funciones de guionista junto a Antonio Rojano y se coloca detrás de la cámara, alternando la dirección, con Rómulo Aguillaume.
El argumento nos ubica entre 1954 y 1966, en un paraje desértico de Fuerteventura en el que fue instalado un campo de concentración franquista conocido con el eufemístico nombre de Colonia Agrícola Penitenciaria de Tefía.
Tras semejante fachada se ocultaba uno de los muchos rincones silenciados en los que el franquismo enviaba a los condenados por la denominada ‘Ley de vagos y maleantes’, la cual y a partir del 54, amplió su cobertura a homosexuales.
Del pasado saltamos a los tiempos actuales. En concreto hasta el 2004. En este año, Airam Betancor, uno de aquellos presos que fueron condenados por el simple hecho de ser homosexuales, se ve obligado a recordar los diecisiete meses de trabajo forzado que padeció en la colonia cuando apenas tenía veinte años.
El motivo de esta confesión son las investigaciones que está realizando un documentalista que intenta dar voz a la historia de silencio que todavía pesa sobre los episodios que padecieron en la colonia penitenciaria. A partir de este punto, el protagonista realiza un doloroso ejercicio de memoria destinado a despertar el recuerdo adormecido de la terrible vida en la colonia. De esta manera descubriremos la fórmula que emplearon para no caer en la locura y eludir, dentro de lo que cabía, el horror del que estaban siendo víctimas.
Dicha fórmula cobró forma en las narraciones que uno de sus compañeros de barracón improvisaba por las noches para aliviar sus miserias. Charli, el narrador fantástico que asumió el rol de Sherezade, inventó para sus compañeros ‘El Tindaya’, un deslumbrante music hall donde cada uno contaba con un alter ego.
Un espacio de libertad en el que, como dice su tema de bienvenida, «el límite de lo posible revienta al imaginar».
El amplio reparto de la serie incluye a Marcos Ruiz, Patrick Criado, Miquel Fernández, Roberto Álamo, Jorge Perugorría, Raúl Prieto, Israel Errejalde, JavierRuesga, Lucifer Rodríguez y Carolina Yuste.
Encierro, palizas y humillación
El pasado 6 de abril se inauguró la exposición ‘Ni vagas ni maleantes’ en el Centro Sociocultural La Vega, Arrecife, que tuvo como objetivo recuperar a través de la fotografía la historia de la Colonia Penitenciaria de Tefía en Fuerteventura, donde fueron encerradas personas señaladas por el franquismo por su orientación o identidad sexual, y por su reivindicación de la lucha LGTB. Uno de los objetivos del citado campo de concentración era ‘rehabilitar’ a quienes fueron señalados como homosexuales.
Según el testimonio de Octavio García, uno de los presos del campo, «solo faltaban las cámaras de gas. Era igual que Auschwitz o Ravensbrück, con calabozos sucios y una bombilla amarillenta en el techo. Me quedé en 50 kilos, todo el día picando y acarreando piedras y agua, comiendo batatas y chicharros llenos de gorgojos. Éramos seis presos homosexuales en aquella isla inhóspita. El director, Prudencio de la Casa de Dios, ex carmelita descalzo, era terrible, aunque me dio la libertad antes de tiempo porque enseñé a rezar a los demás».
Autor de la novela ‘Viaje al centro de la infamia’ –centrada en el campo de concentración de Tefía–, el historiador canario Miguel Angel Sosa Machín explicó que «la labor que tenían reservada en Tefía para los condenados por homosexualidad era picar piedra de la mañana a la noche y eran humillados de forma continua porque en ese momento ser homosexual era considerado como lo peor que le podía pasar a una persona».